Timonel del gremio, Fernando García, valoró anuncios como la modernización y gratificación a las policías para hacer frente a la inseguridad, y la promesa de rebajar en un 30% los plazos de tramitación de permisos ambientales, pero alertó por la falta de realismo en cuanto a los incentivos que necesita el sector privado para lograr su reactivación.
Su desazón por el “poco realismo y desconocimiento de la situación que enfrenta hoy la industria nacional” expresó el presidente de ASIMET, Fernando García, luego de escuchar la cuenta pública del Primer Mandatario en el Congreso Nacional. Específicamente, el dirigente gremial se refirió al anuncio del proyecto de negociación ramal, “que viene a ser como el tiro de gracia para nuestra industria, que ya debemos afrontar y ajustarnos a otras leyes como el aumento del salario mínimo y la ley de 40 horas. En este escenario, es difícil acoger el llamado del Presidente a los empresarios a ser optimistas si se anuncia una negociación ramal que atenta contra la competitividad de la industria”.
En ese sentido, agregó que el gremio esperaba una postura más enérgica y decidida en materia de incentivos para aumentar los índices de productividad del país, cuya tendencia de desaceleración se ha agudizado en la última década: “Como sector manufacturero, nuestra principal preocupación es el estancamiento de la productividad que exhibe Chile en los últimos 15 años. En su primera cuenta pública al país el Presidente Boric prometió aumentar la productividad en un 1,5%, pero ya vimos que en 2023 esta cifra volvió a contraerse en alrededor de un 2%. No estamos logrando repuntar en materia de productividad y se hace evidente la necesidad de generar medidas para impulsarla, principalmente en materia de eficiencia laboral. La productividad es el factor clave para que el país pueda alcanzar un crecimiento de largo plazo. señaló García.
En este contexto, agregó que el Gobierno debe reconocer que la economía está estancada y tomar medidas concretas para revertir la situación, principalmente en cuanto a la generación de nuevos empleos de calidad, que son los que otorgan los sectores productivos, y que es la necesidad inmediata que tiene hoy el país. “Los empleos anunciados hoy provienen del sector público, que generan más gasto para el Estado, y no van en la dirección correcta de fortalecer al sector privado para que tenga las espaldas para otorgar más puestos de trabajo”, sostuvo.
El presidente de ASIMET señaló también su preocupación por el estrés fiscal que exhibe Chile en la actualidad, cuyo manejo a futuro no fue abordado por el Mandatario. “La deuda pública al primer trimestre de este año supera el 40% del PIB. Este es un problema serio que no está en el debate político ni lo mencionan las autoridades económicas. La pregunta entonces es cómo se va a abordar este déficit para que el Estado pueda seguir cumpliendo con sus compromisos y cómo se pagará esta deuda que viene creciendo año a año”.
El presidente de ASIMET se refirió también a la importancia que le da este Gobierno a la concreción del pacto fiscal, que si bien es un factor relevante que incide para lograr una buena administración, no es la solución más eficiente para afrontar los problemas que tienen los países: “Escuchamos hoy que en la medida que se logre aprobar el pacto fiscal el país podrá solucionar sus problemas. Eso es una gran falacia. Para mejorar la vida de las personas, y otorgarles bienestar, el único camino y el más eficiente es con crecimiento e inversión”, aseguró.
Finalmente, García valoró anuncios como la modernización y gratificación a las policías para hacer frente a la inseguridad, y la promesa de rebajar en un 30% los plazos de tramitación de permisos ambientales.
El dirigente gremial señaló que mira con moderado optimismo este año luego del bajo desempeño de solo un 2,6% que exhibió el sector manufacturero durante 2018. Alertó sobre la necesidad de contar con políticas públicas pro Industria 4.0, señalando que las empresas del sector “no vemos por parte del Gobierno el sentido de urgencia que merece la modernización de nuestra industria”.
Preocupado por los bajos resultados que obtuvo la industria manufacturera durante 2018 se mostró el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, señalando que luego de crecer solo un 2,6% en ese periodo ve con moderado optimismo los resultados para este año. “Esta cifra significa un nuevo retroceso en nuestra participación en el PIB y la pérdida de empleos de calidad, como ha venido ocurriendo con el cierre de empresas importantes del sector. Vivimos una situación difícil para la manufactura y nos preocupa la lenta evolución de algunos sectores claves como la industria minera, la construcción e infraestructura, entre otros”, afirmó.
Frente a este escenario, indicó que el gremio no ve por parte del Gobierno el sentido de urgencia que merece la modernización de la industria. “Lo hemos advertido casi hasta el cansancio: Chile necesita de políticas públicas que apoyen a nuestras empresas en la necesaria reconversión que necesitamos para competir con los países desarrollados. Nadie se puede sorprender que este año suframos el cierre de más empresas en Chile”, sostuvo.
Arrigoni, que presidió un desayuno con socios de ASIMET al que asistió como invitado el economista Gonzalo Sanhueza, advirtió durante su intervención que ya se cumplió un año del Gobierno de Sebastián Piñera y aún se encuentran en discusión materias que, según dijo, “deberían haber quedado zanjadas, porque fueron señaladas como sus prioridades: entre ellas, la reforma tributaria y la reforma laboral, dos ejes centrales clave para el desarrollo del país”. Al respecto, enfatizó que la industria manufacturera “merece desenvolverse en el mejor de los escenarios para poder desarrollar todo su potencial, entre otras razones porque somos un motor clave de la economía y uno de los sectores que otorga los puestos de trabajo de mayor calidad en Chile”, afirmó.
Finalmente, el presidente de ASIMET enfatizó que no darle la relevancia que corresponde a la reindustrialización que provoca la cuarta revolución industrial, “significa no entender hacia dónde camina hoy el mundo y los países desarrollados, que cuentan todos con políticas públicas 4.0 destinadas a fomentar la modernización de las empresas y también la reconversión de las personas”.