El doctor en Economía del MIT profundizó con Emol sobre los «huracanes» que golpearán a Chile y al mundo e hizo hincapié en la reconversión de la educación para evitar «una clase de trabajadores redundantes».
«Preocupado» se declara el economista Klaus Schmidt-Hebbel cuando se le pregunta por cuál es su análisis del futuro. Y no sólo del de Chile, sino que, sobre todo, del devenir del mundo entero. Es que para el académico «se vienen tres grandes huracanes» en el escenario global, los que golpearán inevitablemente a las personas, la naturaleza y la estabilidad geopolítica.
«A mí lo que me quita el sueño son tres grandes temas, que son los huracanes que vienen en la economía global y que, por tanto, le van a pegar a Chile«, aseveró el ex economista jefe de la OCDE en un seminario organizado por la Sofofa y la UDD este miércoles. «Sobre dos de ellos podemos hacer algo, en el tercero, muy poco«.
Así, en primer lugar, Schmidt-Hebbel se refirió a la revolución industrial 4.0, la cual, a su juicio, provocará lo mismo que anticipa el historiador y escritor Yuval Harari en su libro «21 lecciones para el siglo XXI»: «Una masa de prescindibles, una clase de trabajadores redundantes«.
«No hablo de una clase proletaria que trabajará full 14 horas para sobrevivir, sino que de una clase que simplemente no tendrá empleo de nada, porque no tendrá las calificaciones para emplearse en la economía del futuro«, dijo haciendo referencia a los procesos laborales que se verán afectados por la digitalización y robotización de los servicios.
«Habrá un masivo reemplazo del trabajo actual y el 50, 60 y hasta 70% de las personas que hoy tenemos trabajos vamos a ser redundantes de aquí a 2030 si no nos reconvertimos«, profundizó con Emol después de su exposición, dando de ejemplo el caso de los digitadores de programas de computación que existían en los años ’70 antes de que aparecieran los computadores portátiles.
Y el cambio tecnológico, pese a generar un montón de ventajas económicas y de eficiencia según el ex gerente de Investigación Económica del Banco Central (1996-2008), «ya genera enormes tensiones sociales, frustración y necesidad de reconversión». Por ello, la cuarta revolución industrial «plantea un enorme reto, porque se trata de algo que será exponencial y muy violento».
Segundo huracán: «La certeza absoluta del cambio climático y la destrucción de las especies«. Más allá de la preocupación inherente en estos dos puntos, el doctor en Economía del MIT los nombra porque «sólo por el hecho de estar ocurriendo ponen en peligro mayúsculo la supervivencia de la especie humana«.
«Como género humano hemos destruido el 50% de las especies del mundo entre 1970 y el presente. La mitad. Y ‘calentamiento global’ más ‘extinción de especies’, significa que le legamos al mundo de las nuevas generaciones un planeta horrible que pone en peligro a todos«, dice molesto el también ex gerente del Consejo Fiscal Asesor del Ministerio de Hacienda.
Respecto al aumento de las temperaturas, subraya -tras mencionar una serie de estudios internacionales- que Chile es uno de los países que se verá más afectados: «Económicamente, socialmente, en producción, agricultura, campos y hasta en las concentraciones urbanas esto está pegando poco a poco, pero cada vez será peor».
En cuanto a su tercera preocupación, Schmidt-Hebbel nombra «la aparición de dictaduras que hacen que el mundo sea cada vez un lugar más peligroso, porque hay poderes con armas nucleares y gobiernos muy grandes, como China y Rusia, donde el poder íntegro está básicamente en una persona», dijo tras referirse los casos puntuales de Xi Xinping y Vladimir Putin.
«La historia lo que nos ha enseñado es una conclusión muy trágica: cuando el poder absoluto se concentra en una sola mano muchas veces se mal utiliza. Eso, hoy, implica que vivimos en un mundo más peligroso que en los años ’90», asegura.
¿Qué está haciendo Chile para hacer frente a estos «huracanes»?
Partiendo en orden contrario, el economista reconoció que respecto al tercer punto «Chile no puede hacer mucho más allá que participar de foros internacionales o, en el caso muy concreto de Venezuela, ir a Cúcuta, pero finalmente eso tampoco tiene una gran influencia en producir un cambio de Gobierno, pero sí es un granito de arena que Chile puede contribuir».
Por el contrario, es más duro es con el tema del cambio climático. «Podemos hacer mucho y estamos haciendo muy poco«, considera y agrega que «nosotros reaccionamos a posteriori a algunas de las consecuencias del cambio, después de que ya quedan de manifiesto sus consecuencias, como con los incendios donde lo hicimos pésimo el 2017 y se nos quemaron 600 mil hectáreas».
Consultado por cuál es, bajo su criterio, el «gran debe» de Chile en esta materia, el académico no duda: «Acelerar nuestra reconversión de la matriz energética«. «Acá en particular le tiro flores al Gobierno de la Presidenta Bachelet, porque aceleró bajo una muy buena política energética la reconversión hacia energía sustentable renovable y no contaminante«.
«Pero podemos acelerar eso un poquito más, que sea más rápido: cerrar las termoeléctricas con mayor velocidad e ir fomentando más aún la adopción de energía solar y eólica», acota considerando que se están viviendo las consecuencias de estos cambios «en forma mucho más dura y costosa de lo que anticipábamos hace cuatro años, por eso hay tareas gigantescas que hacer«.
Por último, para Schmidt-Hebbel el tema de la educación es clave para poder enfrentar la cuarta revolución industrial y, en ese sentido, no se complica en aseverar que el desafío en Chile «pasa por un montón de bolsones de pobreza de educación, desde la primaria a la media».
«La educación pública está en estado catatónico, es pésima, y la privada es mediocre«, asegura haciendo un parangón del nivel de conocimiento promedio de los egresados de colegios privados en Chile con los de colegios públicos de países de la OCDE.
«Tenemos la necesidad de reconvertir radicalmente nuestra educación, prepararnos mejor, impulsar iniciativas desde la educación pública hasta la de post grado, porque profesiones enteras van a desaparecer y hay que prepararse para los trabajos del futuro… Pero ojo, el futuro no viene a la vuelta de la esquina, el futuro del que hablo ya llegó«.
Fuente: Emol economía, marzo 07 de 2019