Estudio entre 133 ciudades de 93 países muestra un retroceso general de urbes de la región por la depreciación de sus monedas. Caracas es la más barata del planeta.
Comprar ropa y calzado en Santiago implica desembolsar un 39% del precio promedio que se paga por lo mismo en Nueva York. Para salir a tomarse unos tragos en la capital chilena hay que desembolsar el 53% de lo que lo hace un neoyorquino, mientras que el transporte santiaguino resulta 120% de lo que se paga en el centro financiero de Estados Unidos. Estas son algunas de las conclusiones de la nueva versión del ranking de costos de vida de ciudades que publica dos veces al año The Economist Intelligence Unit (EIU), la división de estudios de la revista The Economist. El reporte está basado en la comparación del precio en dólares de una canasta de 160 bienes y servicios de 133 ciudades. El índice general, de acuerdo con la metodología de EIU, muestra que Santiago tiene en general un costo de vida equivalente al 66% del de Nueva York, la ciudad que se usa como base de comparación (y que por tanto tiene un valor 100 en el índice). Con este valor, la capital chilena se ubica en la posición 76 entre las ciudades más caras del mundo, un retroceso de 10 posiciones en relación con el ranking de hace un año, cuando el costo de vida de Santiago equivalía al 72% del de Nueva York.
Con este movimiento, Santiago pasa a ser la cuarta ciudad más cara de América Latina -después de Ciudad de México, Montevideo y Ciudad de Guatemala- y al mismo nivel que Atlanta, la ciudad de EE.UU. más barata para vivir, según el estudio. Como se trata de un ranking internacional, los movimientos no se producen por la percepción interna de cada país, sino que por la comparación de precios a nivel internacional, en donde el tipo de cambio juega un factor clave. «Hay un fuerte contraste entre las ciudades latinoamericanas que caen fuertemente, mientras que las de EE.UU. suben, lo que se explica por la depreciación «, dice Roxana Slavcheva, editora del estudio. «Ciudades de economías emergentes, como Buenos Aires, Sao Paulo o Río de Janeiro han caído en el ranking , debido a la sostenida pérdida de valor de sus monedas». De hecho, estas tres ciudades están entre las cuatro que más baratas se hicieron en el último año, solo superadas por Estambul, en Turquía, donde también hubo una crisis cambiaria en 2018. Caracas, por su parte, se sitúa como la ciudad más barata del mundo, luego de reemplazar en esa posición a Damasco, en Siria, al alcanzar un costo de vida equivalente al 15% del de Nueva York.
Volatilidad cambiaria
«La volatilidad cambiaria afecta mucho los costos en las ciudades latinoamericanas», dice Agustina Bellido, de Mercer, firma que también hace estudios de costos internacionales. «Las altas fluctuaciones de las monedas hacen que en las ciudades de la región sea más difícil planificar o estimar sueldos de largo plazo para las empresas internacionales que operan en monedas más duras como el dólar o el euro».
La alta volatilidad también afecta a Santiago: en 2018, la capital de Chile alcanzó el lugar N° 66 en el ranking , luego de subir 20 posiciones.
El estudio se realiza sobre la base de los costos de alimentos, bebidas, ropa, casa, servicios básicos, colegios y otros bienes, con el objetivo de que empresas multinacionales puedan comparar los costos de sus recursos humanos y los paquetes de beneficios y compensaciones que deben realizar para sus empleados y ejecutivos expatriados.
De acuerdo a esto, las ciudades más caras de mundo son Singapur, que mantiene su primer lugar; París (sube 1 posición), y Hong Kong (+3). Nueva York (+6) empata en el séptimo lugar junto a Seúl (-1) y Copenhague (+1). De acuerdo a los resultados, «hay una fuerte convergencia entre el nivel de costos de las ciudades que tradicionalmente han sido como las más caras», dice Slavcheva, de EIU. «Es un efecto de la globalización y las similitudes en gustos y patrones de compra».
Baja latina
Sao Paulo, Río de Janeiro y Buenos Aires fueron tres de las cuatro ciudades que más cayeron en costos.
Fuente: Economía y Negocios, marzo 19 de 2019