Termómetro de la Salud Mental ACHS-UC:
La cuarta versión del estudio de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica se realizó con gran parte del país en Fase 3 o 4 del plan Paso a Paso. Como resultado, 23,7% de las personas presentaron sospecha de problemas de salud mental, la cifra más baja desde que se realiza este estudio. Sin embargo, los niveles de síntomas asociados a la depresión se mantuvieron respecto a abril: un 18,8% exhibió síntomas moderados a severos.
La mejora en los índices de contagio y el avance de la vacunación contra el COVID- 19 no solo provocaron mayores libertades de desplazamiento, sino que también impactaron positivamente en la salud mental de los chilenos. La Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, publicaron la cuarta edición del “Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC”, que indicó –entre sus múltiples conclusiones– que un 23,7% de los encuestados exhibieron síntomas asociados a una probable presencia o sospecha de este tipo de problemas, el número más bajo desde que se inició el estudio en julio de 2020.
David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica; Daniela Campos, jefa de Riesgos Psicosociales de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS); y Antonia Errázuriz, académica del departamento de Psiquiatría de la Universidad Católica, dieron a conocer los resultados de la investigación, que se hizo mediante entrevistas telefónicas a una muestra representativa de aproximadamente 1.300 personas -entre 21 y 68 años- durante el mes de agosto. Cabe destacar que esta muestra es la misma que se ha utilizado en todas las versiones del estudio.
Daniela Campos, jefa de Riesgos Psicosociales de la ACHS, afirmó que “podemos ver una mejora, asociada mayormente a no estar con restricciones de movimiento severas, como se dio en la encuesta de abril, donde después de un año de pandemia, se volvía a cuarentenas estrictas. Sin embargo, que más de un 20% de los encuestados sigan presentando síntomas de problemas de salud mental sigue siendo un número alto al que hay que ponerle atención”.
En ese sentido, Campos explicó que, en noviembre de 2020, para la 2° versión de la encuesta, también coincidió con una baja en restricciones sanitarias. Cuando en ese entonces más de 1 millón de personas seguía bajo cuarentena, un 26,7% dijo tener algún nivel de problema de salud mental. “Durante el levantamiento actual, poco más de cien mil personas estaba bajo cuarentena, y la diferencia con noviembre del año pasado no es muy grande. Por lo tanto, sigue quedando en evidencia que estos son problemas que tenemos que trabajar como país pensando más allá de la pandemia”, dijo.
En cuanto a los factores de estrés para las personas: La preocupación por la posibilidad de contagiarse de COVID-19 mostró una fuerte caída, de 61,7% en abril a 36,7% en agosto. De acuerdo con la información entregada por los encuestados, la delincuencia fue el mayor factor estresor, con un 63,8%. El segundo lugar lo ocupó la situación económica de las personas, con un 49,6%. La posibilidad de perder el empleo se ubicó en el tercer lugar, con un 37%.
La prevalencia de problemas de salud mental bajó en todas las regiones de Chile. La zona sur, al igual que en todas las versiones del estudio, sigue siendo la que registra la menor cifra, con un 21%. Esta vez estuvo acompañada de la zona norte, con casi un 20%, bajando casi 20 puntos comparado con abril. La Región Metropolitana fue la zona con los mayores índices, llegando a un 25,9%, casi ocho puntos menos que la versión anterior.
Uno de los elementos que se correlacionan en mayor medida con salud mental es la situación laboral de las personas. En relación con ello, hubo un salto positivo en cuanto a cómo se sienten los chilenos en el trabajo. El 74,5% indicó que muchas veces o siempre se siente entusiasmado con su actividad, y un 40,1% que muchas veces o siempre siente que cuando están trabajando se olvidan de todo. Estos factores fueron 16 y 12 puntos más altos que en julio de 2020, en el mes de mayor impacto económico negativo de la pandemia. Asimismo, el 75,2% dijo sentirse muchas veces o siempre satisfecho en su puesto de trabajo, un alza de 8 puntos en relación con julio de 2020. Sobre si su horario laboral le permitía mantener una vida personal acorde a sus deseos e intereses, un 59,9% dijo que pasaba muchas veces o casi siempre, casi 14 puntos más que en julio de 2020.
Al respecto, David Bravo, Director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales indicó que “tal como se ha encontrado en las rondas anteriores, durante la pandemia el trabajo ha constituido un factor protector de la salud mental. Hay una asociación importante entre no tener un empleo y registrar índices mayores en problemas de salud mental, depresión, soledad, ansiedad y problemas de sueño. Se puede apreciar, entonces, la importancia de continuar con el proceso de recuperación de los empleos perdidos como un aspecto central no solo para los ingresos de los hogares, sino que también para el bienestar de las personas”.
Niveles de depresión y soledad se mantienen
A pesar de la mejora en varias de las dimensiones estudiadas, hubo tres que se mantuvieron muy similares a los niveles de cuando había cuarentena en casi todo el país: los niveles de depresión moderada a severa, de soledad y el consumo de riesgo de alcohol. Además, solo un 15,1% señaló haber consultado un médico psiquiatra o psicólogo desde el inicio de la pandemia.
Los resultados de la encuesta arrojaron que el 18,8% reportó síntomas moderados o severos de depresión, un porcentaje comparable al 18,4% reportado en abril y 6 puntos más alto que noviembre de 2020 (cuando había menos restricciones sanitarias). A través de todas las mediciones hechas desde el año pasado, las mujeres han mostrado mayor prevalencia de síntomas moderados o severos de depresión: Durante agosto llegaron a un 24,8%, 12 puntos más que los hombres. La proporción que presenta estos síntomas de depresión es menor en el grupo de los universitarios y mayor entre los menos educados. Otros datos preocupantes son que los síntomas de depresión están asociados a un mayor consumo de alcohol de alto riesgo (4 puntos adicionales de depresión en relación con el consumo de bajo riesgo) y a un mayor sedentarismo (los síntomas de depresión son 9 puntos más prevalentes entre las personas sedentarias que en quienes realizan ejercicio).
Un 21% consideró sentirse en un estado de soledad, muy similar a lo arrojado en abril de este año y noviembre de 2020 (22% y 20%, respectivamente), siendo las personas entre 45 y 54 años las que se sienten más solas (25,8%). Geográficamente, el sur del país acumula la mayor prevalencia con un 25,9%; la Región Metropolitana es la única zona que tiene un número menor a 20% (16,6%).
Otro factor importante son los problemas de sueño. Un 42,3% presentó algún grado de insomnio, con un 16,3% teniendo problemas severos o moderados, tres puntos y medio menos que en abril, pero que, sin embargo, sigue siendo un porcentaje muy relevante.
Datos sobre el estudio
El “Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC” es un estudio longitudinal, con una muestra aproximada de 1.400 individuos en cada ronda, representativa de la población nacional urbana entre los 21 y los 68 años, seleccionada aleatoriamente del total de viviendas en el país y visitadas previamente de manera presencial. Con la información recolectada antes de la pandemia, las encuestas de las cuatro rondas del Termómetro de la Salud Mental se han realizado a través de una modalidad telefónica.
Sus principales indicadores en el ámbito de la salud mental están construidos a partir de metodologías internacionalmente validadas (sintomatología GHQ-12; depresión PHQ-9; exposición a riesgos CoPsoQ; engagement UWES-3; consumo de alcohol AUDIT-C; insomnio ISI; soledad-escala UCLA-; ansiedad GAD-7; apoyo percibido: la escala multidimensional de apoyo social percibido; y actividad física-escala UCL).
El carácter público de los resultados del estudio ha permitido evaluar los efectos de la pandemia en la salud mental de los chilenos a través de sus cuatro mediciones, además de ser un aporte para el diseño de políticas públicas en esta materia en el futuro.
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