Dante Arrigoni C. Presidente ASIMET
Preocupante, aunque no por ello inesperada, es la noticia publicada por DF MAS hace una semana respecto de que Europa iniciará la elaboración de su propio litio para dejar de depender de sus proveedores externos, entre ellos Chile, que le proporciona el 78% de este suministro. El bloque europeo confirma así su decisión inclaudicable de lanzarse a asegurar su propia producción de 30 materias primas críticas, agregando en esta oportunidad el litio, que es clave para la electromovilidad.
Si bien es impensado creer en la posibilidad de un autoabastecimiento total, la finalidad del plan europeo es también dejar de depender de China, y condiciona a los proveedores a una producción sustentable. Pero más allá de promover cadenas de suministro responsable de minerales, la estrategia de la Unión Europea es una prueba más de que la actual pandemia aceleró un fenómeno propio de este nuevo mundo multipolar y que quedó en evidencia con la irrupción del Covid 19: la crisis sanitaria es global, pero las respuestas han sido nacionales, incluso locales.
En lo económico, lo que se observa es similar, un mundo en que cada país busca la autosuficiencia, y depender menos de mercados externos para sus requerimientos estratégicos. Como lo señala el reportaje de Diario Financiero, estos países no están dispuestos a exponerse al riesgo político que afecta a algunos proveedores o mercados que enfrentan problemas sociales o medioambientales.
Pero no estamos hablando sólo de asegurar el abastecimiento de materias primas, sino también de tecnologías, conocimiento, desarrollo digital, tecnología agrícola, biotecnología, telecomunicaciones y, en este momento crítico, también tecnología de la salud. Europa así lo entiende y se prepara, en medio de una segunda ola de la pandemia, para enfrentar la reactivación de corto y largo plazo desde esta mirada.
Sin duda que vendrán también nuevas alianzas económicas y políticas en el nuevo orden mundial, y Chile tiene que estar atento y no sorprenderse con el fenómeno de desglobalización que está en ciernes. Nuestra economía no puede seguir dependiendo de manera tan hegemónica de las ventas a los mercados externos de nuestros recursos naturales. Se debe agregar conocimiento, debemos, agregar valor y fortalecer nuestras cadenas de producción. Las autoridades económicas deben entender que este es un tema que no pueden eludir, como lo han hecho hasta ahora.
En este nuevo contexto mundial, e incluso antes de la pandemia, llama poderosamente la atención que estas materias no sean objeto de análisis por parte de nuestras autoridades, y que el debate en torno al modelo de desarrollo al que debemos aspirar se centre en la discusión un tanto simplista de si Chile debe o no compararse con Nueva Zelandia y seguir su ejemplo.
No cerremos los ojos ante lo evidente. Si Europa y las economías más dinámicas se están industrializando, debemos preguntarnos por qué. Que no nos pillen desprevenidos.
Fuente: DIario Financiero, octubre 21 de 2020