De acuerdo al Banco Central, en el período el consumo de bienes durables registró un alza de 24% y fue la única variable desde gasto que contribuyó positivamente en la actividad.
En septiembre, la economía cayó menos de lo que el Banco Central había informado cuando se publicó el Índice Mensual de Actividad Económica. En ese momento la contracción había sido de 5,3%, y ahora, tras realizar el proceso de revisión habitual que hace el ente rector, la cifra se corrigió a -4,8%, lo que confirma que, de manera paulatina, ya comenzó el proceso de recuperación, en línea con la apertura de la economía.
De esta manera, de acuerdo a la Cuentas Nacionales del Banco Central, el tercer trimestre se contrajo 9,1%, menor que el -14,5% que tuvo el segundo cuarto del año. Entre enero y septiembre se acumula una merma de 7,7%.
En el detalle se muestra que en el trimestre las actividades más afectadas fueron servicios personales, construcción, transporte, restaurantes y hoteles, y servicios empresariales. Todas ellas ligadas directamente con la movilidad de las personas, por lo que están más sujetas a las decisiones de cuarentena de la autoridad para contener la expansión del Covid-19.
La cifra ajustada estacionalmente, es decir, en comparación al trimestre inmediatamente anterior, dio cuenta de un incremento de 5,2%. “Esta recuperación de la actividad económica está en línea con el levantamiento gradual de las medidas de control sanitario, las medidas económicas de apoyo a los hogares y el retiro de una parte de los fondos previsionales. Lo anterior incidió principalmente en el resultado del comercio, desde la perspectiva del origen, y en un mayor consumo por parte de los hogares, desde la perspectiva del gasto”, menciona el reporte de Central.
La principal debilidad que mostró la actividad se relaciona con la demanda interna, la cual se contrajo -11,4%. Si bien es una caída fuerte, es menor a la registrada en el segundo trimestre que fue de -20,6%. Esta variable reflejó la baja del consumo total de -7,8%, afectado principalmente por el menor gasto de los hogares, el cual retrocedió -8,8%, mientras que el gasto de gobierno lo hizo en un -3,7%.
Según el Central, la caída en el consumo de los hogares fue determinada por el menor gasto en servicios, que cayó 19,1%, y, en menor medida, en bienes no durables con una merma de 2,1%.
La única variable del gasto que mostró dinamismo fue el consumo de bienes durables, el cual creció 24,3% impulsado por las medidas económicas de apoyo a los hogares y el retiro de una parte de los fondos previsionales. Además, fue el único que contribuyó positivamente al registro del trimestre con un alza de 1,2% (ver infografía). Este ítem estuvo favorecido por un mayor gasto en bienes tecnológicos, en especial de computadores y celulares.
Respecto del consumo de servicios, las mayores caídas ocurrieron en restaurantes y hoteles, transporte, actividades culturales y de esparcimiento y salud.
La formación bruta de capital fijo (inversión) cayó 18,5% afectada, principalmente, por el mal comportamiento de la variable construcción y otras obras que se desplomó 26,1%, mayor incluso al registrado en el segundo trimestre de -17,1%. Maquinarias y equipos moderó sustancialmente su comportamiento al caer 5,6% frente al -27,7% del segundo cuarto.
De acuerdo al Central, el resultado en construcción y otras obras fue reflejo de una menor edificación -habitacional y no habitacional- y de una menor inversión en obras de ingeniería ligadas a la minería. En relación a la inversión en maquinaria y equipos, ésta estuvo en línea con menores internaciones de vehículos de carga y maquinaria de uso industrial.
Las exportaciones cayeron 7,2%, debido al componente de servicios, siendo el de mayor incidencia a la baja; turismo y transporte explicaron principalmente este resultado. Asimismo, las exportaciones de bienes también se redujeron, destacando los menores envíos de cobre, frutas y celulosa.
Qué viene ahora
Con estos resultados los expertos reafirman su visión de que el cuarto trimestre será positivo en materia de crecimiento. En este escenario, las proyecciones para ese período van desde 0,5% hasta 2,8%. “En el panorama nacional, todo parece indicar que el grado de desconfinamiento seguirá al alza y existirá un segundo retiro de fondos, que volverá a provocar un shock de liquidez aunque menor que el primer retiro que se destinará principalmente a consumo y ahorro”, comenta Pavel Castillo, gerente comercial en Corpa.
Los sectores que impulsaron la actividad y tendrán un mayor dinamismo es el comercio exterior y el consumo. “Proyectamos que consumo será uno de los sectores más dinámicos durante el último trimestre del año, debido a la mayor flexibilización de las medidas sanitarias en el país y la recuperación del empleo, la que ya se ha visto en las recientes cifras del mercado laboral”, comenta Martina Ogaz de EuroAmerica, mientras que Felipe Ruiz, economista de BCI, acota que “el sector externo continuaría al alza y el consumo privado mantendría su dinamismo, sujeto a la evolución de los ingresos de los hogares”. Pablo Cruz, economista jefe de BTG Pactual, afirma que además del consumo, aportaran actividades que estuvieron detenidas durante las cuarentenas como la construcción.
Cuenta corriente acumula un superávit de 0,1% en el año
El Banco Central informó que durante el tercer trimestre de 2020, la cuenta corriente registró un déficit de US$25 millones. Con ello, el saldo acumulado en un año totalizó un superávit de 0,1% del PIB. El resultado trimestral refleja el déficit asociado a las utilidades devengadas de la inversión extranjera en Chile y la balanza comercial de servicios, que fue compensado, en gran medida, por el superávit de la balanza comercial de bienes. En comparación con igual trimestre de 2019, las exportaciones de bienes registraron una variación de 0,9%, en respuesta a mayores envíos mineros. En tanto, las importaciones (FOB) cayeron 17,8%, lideradas por menores internaciones de bienes intermedios y de consumo. Asimismo, la deuda externa se redujo en US$338 millones, alcanzando un nivel de US$205.520 millones (81,9% del PIB). El 29,4% de ésta corresponde a deuda cuyos pagos están programados para los próximos doce meses (corto plazo residual), y pertenece, principalmente, a empresas de inversión extranjera directa (IED).
Fuente: Pulso, noviembre 19 de 2020