En el Informe de Política Monetaria, la entidad estimó un crecimiento para 2022 entre 1,5 y 2,25%, que se compara con un rango anterior de 1,0%-2,0%. Pero para el siguiente las cifras consideran una caída de -1% o sin variación.
La economía chilena seguirá en aprietos y el escenario quizás podría complicarse aún más. Eso es lo que sugieren las proyecciones incluidas en el Informe de Política Monetaria (IPoM) que publicó esta mañana el Banco Central y que la presidenta del mismo, Rosanna Costa, está exponiendo ante la comisión de Hacienda del Senado.
Mirando el vaso medio lleno, las cifras del ente emisor indican que este año tendremos un crecimiento mejor al esperado en marzo, pues los pronósticos pasaron de un rango de 1%-2% a uno de 1,5% y 2,25%, pero hacia 2023 la pista se pone cuesta arriba: ahora el escenario central prevé que la economía tendrá una variación anual entre -1,0% y 0,0% (-0,25/0,75% en marzo).
En 2024, se sigue previendo una expansión del PIB entre 2,25 y 3,25%, valores que están en línea con su crecimiento potencial.
El banco señala que los datos de inicios de 2022 muestran que la economía ya entró en una fase de ajuste, reflejando un leve descenso desde los elevados niveles que alcanzó el año pasado, cuando la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) saltó 12%, lo más alto desde comienzos de los ‘90.
El IPoM señala también que la demanda ha evolucionado con una marcada diferencia entre el comportamiento del consumo privado y de la inversión, en donde el primero sigue en niveles elevados e, incluso, los datos del primer trimestre dan cuenta que permanece por encima de lo esperado en marzo, manteniéndose en torno a sus máximos alcanzados durante 2021.
El IPoM indica que los fundamentos del gasto privado apuntan a que el consumo se debilitará en lo venidero, en un contexto donde las expectativas de empresas y consumidores se han deteriorado de modo importante en los últimos meses.
Y, como contraparte, las perspectivas para la formación bruta de capital fijo -indicador de lo que ocurrirá con la inversión- sólo se deterioraron. Así para este año, el Central asumió una mayor caída que en marzo -ahora es de 4,8% frente al 3,8% previo-, mientras que para el siguiente ejercicio el descenso sería de -2,2% frente al -0,2% anterior.
Inflación cerca de 13%
El Informe explica que, en el escenario central, la variación anual del IPC seguirá aumentando hasta valores algo por debajo de 13% durante el tercer trimestre. A partir de ahí, comenzará a descender, terminando 2022 en torno a 10%, lo que es significativamente superior a lo previsto en marzo.
La revisión de la proyección de inflación subyacente también es relevante. A diciembre de este año se espera una variación acumulada 2,5 puntos porcentuales mayor que la proyectada en marzo.
Si la inflación efectiva hacia diciembre se veía en 5,6% hace tres meses, ahora se habla de un 9,9%. En promedio, la variación interna de los precios saltó de 8,2% a 10,8% en el IPoM.
En este caso, señala el Informe, los principales cambios responden a los mayores precios de los alimentos incluidos en este índice, al efecto del alza del tipo de cambio y a los cuellos de botella logísticos en el precio de los bienes.
También tiene un efecto el mayor consumo privado que se está observando y los impactos de segunda vuelta del incremento en la inflación esperada.
Hacia 2023 y 2024, el escenario central del Banco Central sigue contemplando que la inflación total y su contraparte subyacente tendrán un sostenido descenso, ubicándose ambas en torno a 3% para mediados de 2024, el fin del horizonte de política monetaria de dos años.
Tasas de interés
El Consejo estima que, tras el alza de 75 puntos base acordada en la reunión de este martes hasta 9% -lo más alto en dos décadas-, serán necesarios ajustes adicionales, pero de menor magnitud «para asegurar la convergencia de la inflación a 3% en el horizonte de dos años».
De todos modos, los riesgos siguen siendo elevados, en particular por el nivel que ha alcanzado la inflación y su mayor persistencia, advierten.
De hecho, el reporte explica que la parte alta del corredor de TPM refleja escenarios de sensibilidad donde la persistencia de la inflación podría ser mayor que la prevista, lo que podría ocurrir si el consumo privado continúa sin mostrar un ajuste significativo en los próximos trimestres.
Más allá de que sus fundamentos indican que debería comenzar a debilitarse en el corto plazo, no puede descartarse que siga presentando un dinamismo por sobre lo previsto, en particular por la capacidad de financiamiento que otorga la liquidez remanente y el descenso en el nivel de deuda de los hogares durante 2021.
Un escenario de este tipo, precisa el IPoM, también puede darse si se incrementan las fuertes presiones de costos globales. «Ello agudizaría el problema inflacionario, dando paso a una reacción más intensa de la política monetaria de diversos bancos centrales en el corto plazo, pero aumentando la probabilidad de una recesión global en el mediano plazo», alerta el documento.
La parte baja del corredor de TPM da cuenta de escenarios donde las presiones inflacionarias se reducen con mayor rapidez que la proyectado. El Informe prevé la posibilidad de que la contracción de la actividad y la demanda sea más intensa, ya sea por una mayor debilidad de la inversión o una mayor velocidad de ajuste del consumo privado.
Tampoco, agrega el banco, puede descartarse que en el escenario externo se observe una reducción de las presiones de costos globales y una inflación que ceda en la mayoría de las economías, incluido Chile.
El Informe también describe escenarios donde la economía enfrentaría cambios más significativos, que ubicarían el crecimiento por fuera del rango de proyecciones del escenario central. Uno de ellos podría darse si el desarrollo de la invasión rusa a Ucrania adquiere características mucho más nocivas sobre la economía mundial; y también podría suceder si las condiciones financieras globales sufren un empeoramiento aún más significativo, por ejemplo, ante un cuadro donde la evolución de la inflación lleve a un ajuste mucho mayor al esperado de la política monetaria de las principales economías.
Fuente: Diario Financiero online, junio 08 de 2022