Este año la economía nacional crecería un 1,5%, para desacelerarse a 0,5% en 2023. En ambos períodos la expansión del país estaría por debajo de la media global y de América Latina.
Un duro aterrizaje sufrirá la economía chilena tanto este año como el próximo. Así lo han anticipado diferentes actores en los últimos meses, a quienes ahora se suma el Fondo Monetario Internacional (FMI). La entidad prevé que en 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) nacional se expandirá solo un 1,5%, mientras el año que viene el crecimiento llegaría a 0,5%.
El pronóstico se revisó a la baja en la actualización del Panorama Económico Mundial (WEO, su sigla en inglés), que la entidad publica en medio de sus reuniones de primavera junto al Banco Mundial. A fines de enero, el Fondo estimaba que el PIB nacional creciera un 1,9% este año, similar al alza contemplada en ese entonces para 2023.
El cuadro delineado ahora queda en medio de la proyección que el Banco Central presentó en su último Informe de Política Monetaria (IPoM), que contempla que la economía chilena se expanda entre 1% y 2% este año, para moderarse a un rango que iría entre una caída de 0,25% y un alza de 0,75% en 2023.
El panorama del FMI dejaría a Chile por debajo del pronóstico para la economía mundial y de América Latina. Tanto este año como el próximo, el crecimiento global se moderaría a 3,6% -desde el alza de 6,1% de 2021-, y en la región la expansión llegaría a 2,5% tanto en 2022 como en 2023.
La inflación también será una preocupación para la economía nacional y global en los años que vienen. El Fondo estima que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) promedie 7,5% en 2022 en Chile, para moderarse a 4,5% en 2023. El dato estimado para este año queda por debajo del 8,2% que estima el IPoM como media, pero el panorama del FMI para el período que viene es superior al 3,4% que proyecta el Central.
En el plano fiscal, el organismo internacional estima que el saldo de la cuenta corriente se moderará a una contracción de 4,5% este año, para seguir acotándose a una baja de 3,4% en 2023. En lo laboral, en 2022 el desempleo bajaría desde el año pasado, pero promediaría 7%, para descender a 6,9% el año que viene.
Ingresos per cápita
Hace cuatro años, el FMI apostaba a que 2022 sería el año en que el PIB per cápita de Chile -medido en dólares corrientes a paridad de poder de compra- superaría los US$ 30.000. Pero con un estallido social y una pandemia de por medio el panorama ha cambiado, y ahora el organismo estima que en 2024 la economía nacional superará ese umbral, llegando a US$ 30.186.
Con esto, el Fondo adelantó su apuesta para el período en que Chile llegará a US$ 30.000, ya que en su actualización de octubre pasado estimaba que el umbral se cruzaría en 2025, y hace un año se inclinaba por alcanzar dicho hito en 2026.
La entidad ahora prevé que los ingresos per cápita nacionales lleguen a US$ 28.526 en 2022, y hacia adelante, el avace anual sería de más o menos US$ 1.000, para llegar -se espera- a US$ 33.455 en 2027, el último año que contempla el análisis del Fondo.
En Sudamérica, Chile seguiría liderando y sería el primero en alcanzar los US$ 30.000 per cápita. Uruguay lo lograría en 2025 y al año siguiente vendría el turno de Argentina. El resto de la región estaría más bien por debajo de Chile y los países ya mencionados. En cinco años Brasil tendría un PIB per cápita de US$ 20.439, y Colombia de poco más de US$ 23.000.
Ecuador llegaría recién a US$ 15.163 al cierre del ejercicio, y México a US$ 26.469 para el mismo 2027.
Ese año, los ingresos per cápita nacionales se codearían con los de Serbia y Uruguay: el primero alcanzaría los US$ 33.231 en 2027, y el segundo treparía a US$ 33.295.
Preocupaciones globales
El economista jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, advirtió ayer que “las perspectivas económicas mundiales se han visto seriamente afectadas, en gran parte debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia”. Afirmó que, “más allá de su impacto humanitario inmediato y trágico, la guerra frenará el crecimiento económico y aumentará la inflación”, y agregó que “los riesgos económicos generales han aumentado considerablemente, y las compensaciones de política se han vuelto aún más desafiantes”.
Para este año, el ajuste a la baja para la economía mundial fue de 0,8 puntos porcentuales, como consecuencia del impacto directo del conflicto bélico. El PIB para la Unión Europea se recortó en 1,1 pp. por los efectos indirectos de la guerra, convirtiéndose en el segundo mayor contribuyente a la revisión general a la baja. Entre las grandes potencias el cambio fue más modesto: el FMI revisó el panorama para el PIB de EEUU en 0,3 puntos, y para China el recorte fue de 0,4 unidades.
Gourinchas alertó que “la inflación se ha convertido en un peligro claro y presente para muchos países”, y planteó que, incluso antes de la invasión, se disparó gracias al aumento de los precios de las materias primas y los desequilibrios entre la oferta y la demanda.
Fuente: Diario Financiero, abril 20 de 2022