A partir de junio, importadores, fabricantes y constructoras deberán cumplir con nuevos requisitos sobre uso de perfiles laminados en frío.
En un país sísmico como Chile, la normativa vigente respecto de los materiales de construcción resulta fundamental para garantizar la seguridad del consumidor final, y en los últimos años desde el sector han prestado especial atención a la actualización y cumplimiento de éstas a través de un proceso de certificación. Tal es el caso de la norma NCh427/2, aprobada en 2019 por el Ministerio de Vivienda y publicada en el Diario Oficial en diciembre pasado, referida al diseño de miembros estructurales de acero conformados en frío a partir de planchas, pletinas y barras de acero.
A diferencia de su última versión de 2016, estas nuevas disposiciones actualizan y hacen ineludibles los requisitos de composición de los perfiles que forman parte fundamental del diseño de las edificaciones.
A partir del 14 de junio próximo, estas disposiciones establecerán la obligatoriedad de ciertos estándares y requisitos técnicos para el desarrollo de las obras que utilicen este tipo de material de manera de “elevar los niveles de confianza”, según comentan desde el Instituto Chileno del Acero (ICHA), impulsor de la iniciativa.
De acuerdo a lo indicado en el texto de 179 páginas, la normativa determina características como el ancho efectivo, la resistencia a la flexión, espesor y resistencia al corte de diseño con las que deben contar estos perfiles de acero laminados en frío en determinados casos.
En el detalle técnico, se establece que en el caso de los aceros conformados en frío con una elongación mínima igual o superior al 10%, estos podrán ser utilizados “sin restricción” siempre y cuando la razón entre la tensión de rotura a la tracción (tensión máxima que un material es capaz de sostener), y la resistencia a la deformación inelástica (tensión de fluencia) sea mayor o igual que 1,08. A su vez, en el caso de aquellos materiales con una elongación menor a 3%, la norma determina que pueden ser utilizados únicamente “para configuraciones de alma múltiple como planchas de techo, de muro y de piso”, siempre que éstos se ajusten a los parámetros.
Pese a que desde el sector aseguran que el carácter obligatorio de la norma no significará un cambio abrupto para importadores y fabricantes, al mismo tiempo no descartan un leve aumento de costos para las empresas dedicadas a la construcción. Esto, en un escenario en el cual aún existen dificultades para acceder a los materiales que requiere la industria a causa de los problemas de abastecimiento y de aumento generalizado de los precios que ha provocado la crisis logística desatada con ocasión de la pandemia.
Evasión de las reglas
Según datos del ICHA, en 2021 el consumo aparente de acero anotó su máximo histórico con cerca de 3 millones 287 mil toneladas, con un aumento de 38,8% en comparación con el año anterior. Además, el consumo aparente de aceros largos (barras y perfiles) creció en un 23,3% respecto de 2020, por lo que desde el instituto ya proyectan un crecimiento definitivo de este índice en hasta un 4,8%.
En este marco de alta demanda, que desde el sector valoran el avance de la normativa, que al reemplazar la última versión que data de 2016, la moderniza como “una regulación más completa, profunda y clara que aumenta la seguridad estructural de las edificaciones de todo tipo”, señala Sergio Contreras, expresidente del ICHA y vicepresidente del Colegio de Ingenieros hasta 2020.
En esta línea, agrega que “es un gran aporte porque es la guía que tenemos los diseñadores estructurales para hacer nuestros diseños de forma segura”. Respecto de este último punto, Contreras indica que el texto marca un antes y un después en cuanto a “la evasión”, pues “hay gente que no toma la norma porque al no ser obligatoria, dicen ‘yo lo hago a mí manera’”.
Además destaca “el compromiso legal’’ con el consumidor final, ya que “alguien puede demandar tanto civil como penalmente por no cumplir con esa norma”.
Impacto económico
Todo cambio de este tipo implica algún impacto en los costos de las empresas detrás de un proyecto de construcción. Y si bien la mayoría de las empresas del rubro cumplen con las normas exigidas, aún existen algunas firmas que no adoptan las reglas por la falta de obligatoriedad pero que dentro de unos meses deberán cumplir al pie de la letra el nuevo marco para mantenerse en la industria, advierte Contreras.
En esta línea, Rodrigo Campos, gerente comercial de VH Manufactura de Tubos de Acero, sostiene que “a los distribuidores del país o comercializadores ya no les puede dar lo mismo cuál es el origen de los perfiles que comercializan”.
Si bien no descarta eventuales variaciones en el valor de los materiales, asegura que desde la empresa están “haciendo todos los esfuerzos para pagar estos aumentos de costo -que sí requieren inversiones iniciales muy potentes-, pero que esto no se transfiera al precio público”.
“En definitiva, aunque el precio subiese, el aumento en costo va a ser menor que el impacto positivo que (el documento) va a tener en la sociedad como un todo”, indica.
Contreras agrega que “el impacto económico no debiese ser tan grande” porque el nivel de ingeniería en Chile “es bastante bueno, y no es el caso de que hayamos hecho 0 y hoy tenemos que hacer todo”.
Diario Financiero, marzo 28 de 2022