Según análisis elaborado por la Universidad del Desarrollo y Caja Los Héroes:
El crecimiento en las expectativas de vida, sumado a las bajas pensiones que la tercera edad recibe han llevado a que los años de trabajo se extiendan. Sin embargo, la falta de reconocimiento y valorización termina por castigar los ingresos de este segmento etario.
Un evidente y notorio cambio es el que vive el mercado laboral chileno, el cual avanza a paso firme junto con el aumento en las esperanzas de vida del país. Es más, según el estudio Golden Age 2018 —realizado por la consultora PwC— se prevé que, entre 2015 y 2050, el número de personas de 55 años o más en el mundo crezca del orden de 50%, hasta unos 538 millones.
Una tarea difícil es la que se tiene en el país en el ámbito del trabajo al ver las cifras que arrojó el análisis elaborado por la Universidad del Desarrollo (UDD) y Caja Los Héroes —en base a cifras de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2017—, el cual evidencia que el 50% de los adultos mayores ocupados (60 años o más) percibe salarios iguales o inferiores a $306.563 mensuales.
Andrés Meyer, director ejecutivo de Calev Consulting, explica que la falta de reconocimiento y valorización del trabajo en la tercera edad termina por castigar su experiencia y limitar sus ingresos. `Esto sucede no por sus capacidades profesionales, sino que por un tema social y cultural`, afirma. Asimismo, los datos del estudio evidencian el crecimiento de 4,5 puntos porcentuales de participación en el mercado laboral que han tenido los mayores de 60 años entre 2010 y 2017, pasando de 11,4 % a 15,9%.
El director de Investigación de la Facultad de Gobierno de la UDD, Mauricio Apablaza, comenta que este aumento `no solo está relacionado a un tema de ingresos (el cual predomina), sino también a la necesidad psicológica de permanecer activos`. En cuanto a las diferencias por género, el 64,3% de los adultos mayores corresponde a hombres, mientras que el restante 35,7% son mujeres. La economista del ESE Business School de la Universidad de los Andes, Cecilia Cifuentes, apunta a que esta brecha responde directamente a la situación social que se vivía años atrás, cuando las mujeres mantenían labores domésticas por sobre un empleo formal.
`El que este porcentaje sea mayor para la fuerza de trabajo adulta se explica porque las mujeres siempre han participado menos del mercado y más de las tareas del hogar, caso que en los grupos etarios más jóvenes comienza a ser más parejo`, añade Cifuentes. El 44,7% de los adultos mayores que participan del mercado laboral chileno señalan contar con un contrato de trabajo escrito, el resto (55,3%) no posee contrato laboral o no especifica su régimen contractual.
Las razones de esta ausencia son variadas, pero Apablaza señala que se deben —en gran parte— a que las labores que desempeña este segmento de la población son —en su mayoría— esporádicas. `No solo importa la cantidad de empleo, sino también la calidad de este`, añade. El socio líder de Consultoría en Personas de EY Chile, Juan Andrés Perry, apunta a `que si bien hay iniciativas para incorporar a la tercera edad al mercado, estas son aún insuficientes`.
Al desagregar la participación laboral de la tercera edad en Chile por sector ocupacional, se puede observar que la concentración de esta ocurre en las categorías de asalariados en el sector privado (38,4%) y de trabajador por cuenta propia (37,5%). En menor medida, los adultos mayores realizan labores de asalariados en el sector público (10,3%), de empleador (8,4%) y de servicio doméstico (5,5%).
Un dato que resulta preocupante tiene, precisamente, relación con el trabajo por cuenta propia, en donde el 23,4% de este grupo declara trabajar en la calle o vía pública, con un promedio de ingresos de $268 mil, lo que equivale a 0,97 veces el salario mínimo actual ($276 mil), el cual aumentará —si es aprobado en el Senado— a $286 mil, y luego a $300 mil. Javier Gatica, socio de PwC Chile, apunta a que `esta situación, en el largo plazo, podría afectar la cobertura de todas las plazas laborales necesarias para el desarrollo del país, y plantea el reto, tanto a los generadores de políticas públicas como a la sociedad en su conjunto, de definir nuevas y mejores formas de inclusión de este segmento en el mercado laboral`.
Mujeres sobre 65 años ganan menos de $240 mil
Según la Encuesta Nacional de Empleo del trimestre abril-mayo-junio de 2018 del INE, las personas que tienen 65 años o más presentan la más alta tasa de ocupación informal, alcanzando 49,1%. Es decir, en la Región Metropolitana, casi la mitad de los ocupados mayores de 65 años tiene un trabajo informal.
Asimismo, según la información levantada por el Observatorio Laboral Metropolitano —perteneciente al Centro de Políticas Públicas UC— son las mujeres quienes se ven más castigadas en sus ingresos, ya que más de la mitad de ellas perciben ingresos por menos de $240 mil al mes. Según Paula Ibáñez, directora del Observatorio, `las cifras muestran que en la Región Metropolitana parte importante de las mujeres que siguen trabajando después de la edad de jubilación legal están recibiendo un salario mensual muy bajo`.
El director de Investigación de la Facultad de Gobierno de la UDD, Mauricio Apablaza, añade que este empleo `es bastante menos glamoroso de lo que la gente piensa, lo que demuestra que tras estas cifras hay un análisis escondido de informalidad, de mala calidad del empleo que es importante y que no se toma en cuenta`.
«Las cifras demuestran que no solo importa la cantidad de empleo, sino también su calidad».
MAURICIO APABLAZA DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE GOBIERNO DE LA UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO
Fuente: Economía y Negocios – Capital Humano, agosto 20 de 2018