Tras dos meses de bajas, la actividad repuntó 1,1% en diciembre. Analistas destacaron la rápida velocidad de recuperación, aunque advirtieron el riesgo de que recrudezca la violencia. Enero sería también positivo y marzo la gran duda.
Un cierto alivio se instaló ayer en el medio local luego que el Banco Central informara que el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) creció 1,1% en diciembre pasado, comparado con igual mes de 2018. Superior a los mejores pronósticos del mercado –tras dos meses en rojo-, este resultado se convirtió en la primera alza desde que estalló el conflicto social el 18 de octubre.
Y aunque la reconocida sorpresa no bastó para evitar que el último trimestre de 2019 cerrara en rojo con una caída de 1,8% y con un avance de sólo 1,2% -el peor saldo desde la crisis de 2009–, la cifra fue valorada por distintos economistas.
“La recuperación de la actividad estaría siendo más rápida que en eventos de crisis previas como la crisis asiática, y similar a lo visto en la crisis del año 2008”, fue la lectura de Scotiabank Chile.
Santander se hizo eco de una visión similar y reparó en que ello se estaría reflejando en las expectativas empresariales, que han mejorado, aunque sin abandonar la zona pesimista.
Decidor en esta mirada más positiva fue el alza mensual de 3,5% que registró la serie desestacionalizada del Imacec, la más alta desde abril de 2010 tras el terremoto.
De hecho, el economista jefe de Fynsa, Nathan Pincheira, subrayó que la serie desestacionalizada del Imacec no minero mejoró 3,6% frente a noviembre, el mayor avance desde abril de 2010.
En este segmento -con un aumento anual de 0,8%-, Scotiabank destacó el “buen desempeño del sector construcción, que ha continuado con la favorable inercia que traía previo al 18-O y que también se refleja en el ámbito de empleo”.
La entidad también resaltó el rubro manufacturero, relacionado a una mayor elaboración de productos ligados a la minería y a la maquinaria especializada, que se condice con la inversión minera que ya está en marcha.
Frente a esto, el Imacec minero creció 3,7% en el último año, en línea con el buen desempeño del sector descrito en los datos entregados la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), con un avance desestacionalizado mensual de 2,7%.
Banchile también advirtió que el Imacec de 1,1% fue favorecido por un día hábil más respecto del mismo mes del año anterior.
El fantasma de la violencia
Tras celebrar el crecimiento de la actividad en diciembre, los economistas locales pusieron una nota de cautela sobre lo que ocurrirá durante el curso de este año, en especial dada la preocupación por actos que alteren el normal funcionamiento de la estructura productiva del país.
“Se esperaba que diciembre mostrara una recuperación importante (…) Esto se relaciona con que la violencia bajó significativamente durante el último mes del año, permitiendo que la economía saliera de la parálisis parcial que estaba experimentando”, dijo el economista senior de BTG Pactual, Pablo Cruz.
Por lo mismo, como recordó Pincheira, los eventos de incertidumbre de este año ligados al proceso constituyente “seguirán presentes”.
A lo anterior, acotó, “hay que sumar los recientes eventos de violencia, recordatorio de que los impactos en la economía de éstos aún no han desaparecido”.
Bajo la óptica de Banchile lo que ocurra en 2020 “seguirá vinculado a la disipación de la incertidumbre asociada a factores locales” e, incluso, creen que, de mantenerse el repunte de las expectativas empresariales en los meses siguientes, “la economía puede mostrar una gradual recuperación a lo largo del año”.
Con todo, para Santander “todavía la actividad deberá transitar por un periodo de normalización y no se pueden descartar nuevas disrupciones hacia delante”.
Así, las proyecciones mayoritarias para el Producto Interno Bruto (PIB) parecieron ayer más centradas en un rango de 1,5% a 2%.
Es el caso de Security, que de todas formas condicionó ese nivel a que no haya nuevas disrupciones en el país. Aún más, creen que podría ser momentáneo el menor impulso externo que generó el coronavirus en las primeras semanas de enero. “Prevemos que este factor sería transitorio y que volvería el apetito por riesgo en los mercados financieros globales, lo que llevaría a una depreciación de dólar, un alza en las materias primas y mayores tasas de interés”, dijeron.
En el extremo de las previsiones más bajas se situó BTG Pactual, con un PIB de 0,5% este año. “Aunque estos datos le dan un leve sesgo al alza a nuestra proyección”, admitió Cruz al comentar el Imacec de diciembre.
Todos cálculos que corroboran que tendió a desaparecer el escenario de una recesión técnica en Chile, con un primer trimestre con pronóstico más bien teñido de números azules.
Para Santander, por ejemplo, el Imacec habría crecido en torno a 1,5% en enero. Esto, dado el aumento de 3,3% que registró la generación de electricidad en dicho período y el alza de 2,5% de las exportaciones 2,5% en las primeras tres semanas del año.
Cruz lo ve entre 0 y 1%, con un alza mayor en febrero debido a la baja base de comparación en el sector minero -cayó 7,5%- como consecuencia de las fuertes lluvias ocurridas en el mismo mes del año pasado.
La clave se traslada a marzo, período tradicionalmente asociado a la normalización de las actividades del país tras el período estival. Con el retorno a clases -universidades y colegios- y el proceso constituyente en marcha, para los analistas las dudas apuntan a la magnitud de las manifestaciones en la calle y la capacidad del gobierno para contener el conflicto social y sus consecuencias.
En el tercer mes del año pasado la economía creció 1,7%, y el conjunto del primer trimestre 1,5%.
Fuente: Diario Financiero, febrero 04 de 2020