Ayer el Instituto Nacional de Estadísticas informó que la tasa de desocupación en el país cayó del 10% por primera vez desde mayo de 2020. Economistas analizan las cifras y evalúan cómo se puede impulsar la recuperación a largo plazo.
Por primera vez en más de un año la desocupación nacional dejó a tras los dos dígitos, según informó este viernes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Esto luego de que la entidad revelara que la tasa de desempleo se ubicó en 9,5% entre los meses de abril y junio de 2021.
Y es que desde mayo de del año pasado que el indicador se encontraba por sobre un 10%, en línea con el álgido momento por el que atravesaba el país a causa de la pandemia y de las restricciones a la movilidad para prevenir los contagios.
Así y todo, Tomás Rau, director del Instituto de Economía de la U. Católica, dijo a Emol que el retroceso de la tasa de desempleo «debe tomarse con cautela, por cuanto la ocupación no aumentó respecto al trimestre anterior y aún existe un millón de empleos menos que antes de la pandemia». En base a aquello, aseguró que «la creación de empleos se encuentra totalmente estancada».
En efecto, el INE reveló que, en comparación al trimestre móvil inmediatamente anterior, la cantidad de ocupados se mantuvo prácticamente igual, y la tasa de ocupación (50,6%) registró una nula variación respecto al periodo previo, lo que se traduce en una cifra de 8.0401.190 personas.
En ese sentido, Cecilia Cifuentes, directora ejecutiva del Centro de Estudios Financieros del ESE Business School de la U. Andes, declaró a este medio que «la caída del desempleo no se explica porque están surgiendo nuevos puestos de trabajo, sino que porque hay trabajadores que están saliendo del mercado laboral, está aumentando el número de trabajadores inactivos y eso es lo que explica la caída del desempleo. En ese sentido, no están surgiendo nuevas fuentes de trabajo».
Según la economista, pareciera ser que «más que un problema de demanda, hay un problema de oferta», lo que atribuyó a «las mayores restricciones sanitarias que hubo en ese periodo, en parte, y probablemente las ayudas del Gobierno, que llevan a que la necesidad por buscar empleo sea menor en personas que no tienen una fuente de ingreso alternativo».
Quien también abordó esta situación fue Cristián Echeverría, director del Centro de Estudios de Economía y Negocios de la U. del Desarrollo, quien dijo: «el total de ocupados ahora de 8 millones de personas está bastante por debajo de lo que correspondería a esta época, por ejemplo, en el año 2019 en este mismo semestre que sería de casi 9 millones de personas ocupadas».
«En el fondo hay más de un millón de personas que se han retirado de la fuerza de trabajo que no la están recogiendo ni los ocupados ni los desocupados, es decir están fuera del mercado del trabajo», subrayó y manifestó que «eso muestra que la situación del mercado del trabajo todavía está frágil, es decir, todavía está deprimido, no estamos frente a un mercado del trabajo sano».
A lo que agregó que «la perspectiva es que el reintegro de ese poco más de un millón de personas que están fuera del mercado del trabajo van a tomar un tiempo en la medida que la economía se consolide».
¿De qué depende la reactivación?
Dado que aún faltan cerca de un millón de puestos de trabajo por recuperar, la perspectiva del Gobierno apunta a que en la medida que los casos de coronavirus sigan disminuyendo y el exitoso plan de vacunación avance, ello derive en una pronta recuperación del empleo.
De hecho, es bajo las condiciones actuales, y tras más de 51 días de mejoras en las cifras de la pandemia, que Echeverría afirmó: «yo sí esperaría que haya una mejoría marcada y sostenida».
» Hay más de un millón de personas que se han retirado de la fuerza de trabajo que no la están recogiendo ni los ocupados ni los desocupados, es decir están fuera del mercado del trabajo. Eso muestra que la situación del mercado del trabajo todavía está frágil, es decir, todavía está deprimido, no estamos frente a un mercado del trabajo sano»
Cristián Echeverría, economista U. del Desarrollo
Junto con ello, mencionó «no olvidemos que este último dato del INE recoge un trimestre en el cual las restricciones sanitarias se recrudecieron, de hecho, en varias partes del país. Entonces pese a todo, muestran una recuperación en números, el número de ocupados se mantuvo y no cayó eso es una buena cosa, entonces yo creo que ahora lo que queda del año vamos a ver una recuperación más sostenida y mes a mes mejorías en la ocupación».
Adicionalmente, acotó que es probable que la tasa de desocupación «pueda permanecer media alta, media porfiada, porque en la medida que empiece a mejorar el mercado del trabajo, van a empezar a volver las personas que se retiraron, entonces al entrar al mercado del trabajo y buscar empleo, van a tender a elevar la tasa de desempleo».
En tanto, el académico de la U. Católica, resaltó que «en la medida que se abra la economía y los colegios, debería haber una estimulación en la creación de empleo».
Pero, ¿de qué depende la recuperación? Ante la pregunta, Rau indicó que «se debe seguir avanzando en el proceso de vacunación y la apertura de colegios para que la gente pueda salir a trabajar sin miedo de contagio y con el tema del cuidado de los niños resuelto». Igualmente, sostuvo que «se requiere una política de mercado laboral activa para acelerar el proceso».
De esta forma, además de la comisión de expertos convocada por el Ejecutivo que estudia en la materia, cuyas propuestas debiesen ser dadas a conocer próximamente, han surgido voces que apuntan a potenciar la entrega de subsidios que actúen como incentivos para la búsqueda de empleos.
«Más que dar ayudas sin condiciones lo que aquí se requiere son ayudas que permitan fomentar el empleo formal, que permita que se recupere la inversión y ayudas enfocadas en políticas de capacitación también, porque cuando uno analiza la composición de las personas que han perdido su trabajo, nos encontramos con que en general son personas de menor calificación, de menor escolaridad, mucho empleo informal»
Cecilia Cifuentes, economista U. Andes
En esa línea, Rau afirmó que «una de las herramientas más usadas para incentivar la creación de puestos de trabajo son los subsidios a la demanda, pero estos deben ser bastante generosos en relación al salario y pueden acelerar el proceso de creación». Luego de ello argumentó que «el subsidio al nuevo empleo va en esa dirección, pero debe resolverse el tema sanitario, y el cuidado infantil para lograr que los inactivos retornen a la fuerza de trabajo«.
Además, desde su perspectiva, se debe «estimular a la oferta de oferta trabajo», puesto que «según encuestas de algunos gremios, se ha reportado escasez de mano de obra en el agro, en el sector metalúrgico y metalmecánico, así que no debe dejarse de lado políticas que incentiven la oferta de trabajo».
Asimismo, Cifuentes mencionó que mantener la pandemia bajo control es crucial para que «la gente deje de percibir riesgo y además se puedan realizar las actividades económicas, ahí se va resolviendo el problema por las dos vías, tanto por el lado de la demanda, que pueden recuperarse las actividades que todavía tienen restricciones, como también desde el punto de vista de la oferta, en el sentido de que las personas van a tener menos temor del contagio y van a salir a buscar empleo».
Pero manifestó que «también son necesarios a esos factores agregar temas de política pública«, y ejemplificó: «más que dar ayudas sin condiciones lo que aquí se requiere son ayudas que permitan fomentar el empleo formal, que permita que se recupere la inversión y ayudas enfocadas en políticas de capacitación también, porque cuando uno analiza la composición de las personas que han perdido su trabajo, nos encontramos con que en general son personas de menor calificación, de menor escolaridad, mucho empleo informal».
«En ese sentido, la política debe enfocarse hacia que esas personas logren tener un empleo formal y no sigan dependiendo de las ayudas del Estado», argumentó.
Consultada por la propuesta de parlamentarios de Chile Vamos de modificar el actual Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para que transite hacia un Ingreso Laboral de Emergencia (ILE), justamente a fin de que estos bonos, paulatinamente, se enfoquen en quienes logren encontrar un empleo formal, Cifuentes zanjó que «es inviable».
«Pensar que puedan ser sostenibles como montos que se puedan después destinar como equivalente a subsidios a la formalidad o la capacitación, eso es inviable. Aquí además hay que ir disminuyendo definitivamente los montos de ayuda o vamos a terminar en una crisis fiscal», aclaró.
Con todo señaló que «a lo mejor uno podría plantear que el Estado, por ejemplo, financie las cotizaciones de seguridad social para las personas y eso abarata los costos de contratación desde el punto de vista del empleador y permite un mayor ingreso líquido para los trabajadores».
Por cierto, Echeverría expresó que, eventualmente, «se podría establecer un subsidio vinculado a que hagan cotizaciones previsionales, porque están por ley obligados a hacer cotizaciones previsionales, entonces a medida que coticen, que se les entreguen los subsidios (…) es la única manera que lo veo factible, por un tiempo, gradual escalonado y claro decreciente, en función de la economía».
Fuente: Emol economía, julio 31 de 2021