Actividades de alojamiento y servicios de comida son las más denunciadas.
El 12,7% de las acciones presentadas ante la Dirección del Trabajo provienen de extranjeros. Extensión excesiva de la jornada es la materia más sancionada en fiscalizaciones.
P.M. es un trabajador de nacionalidad haitiana que viajó a Chile hace tres años para buscar “una mejor vida”. Llegó junto a su pareja y dejó a sus dos hijos a cargo de su abuela. En su primer año en el país deambuló en distintos trabajos, hasta conseguir un puesto como personal de aseo en un conocido restaurante de Ñuñoa.
Allí trabajó dos años con contrato, en jornadas que excedían las 45 horas semanales, sin domingos de descanso ni pago de horas extras. Pese a que lo despidieron en octubre de 2018, hasta la fecha no le han pagado finiquito y le adeudan gran parte de sus imposiciones.
“En ese lugar tuve que aguantar malos tratos solo por mi color de piel. Me echaron de un día para otro sin aviso (…). Ahí me pasaron el finiquito, pero no lo firmé ante notario (…) y ahora no me lo quieren reconocer”, cuenta P.M., entre un español poco fluido y frases en inglés. “Solo quiero que me paguen las cotizaciones para renovar mi (visa) temporaria. Quiero ser regular para traer a mis hijos”, agrega.
Aumento de denuncias
Entre 2016 y 2018, las denuncias interpuestas por trabajadores migrantes en la Dirección del Trabajo, por vulneraciones a sus derechos laborales, se han triplicado: pasaron de ser 1.855 a 7.427 el año pasado, según información obtenida vía Ley de Transparencia.
Si bien la materia más sancionada en las fiscalizaciones de la Dirección del Trabajo (DT) es la excesiva jornada laboral, también hay altos índices de infracciones en temas previsionales y de remuneraciones.
¿La razón de este aumento? Diferentes expertos en temas de migración y autoridades creen que no es fácil esbozar una sola. Entre ellas, un factor podría ser el aumento de la población extranjera.
En 2018, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Departamento de Extranjería y Migración (DEM) estimaron los extranjeros residentes en Chile en un 6,6% de la población. Sin embargo, las denuncias de migrantes, ese mismo año, alcanzaron el 12,7% del total.
Según Mauricio Peñaloza, director nacional del Trabajo, “la tasa de participación laboral de los extranjeros es más alta que la de los chilenos. No tengo una cifra exacta, porque se da una informalidad importante, lo cual conlleva a una mayor infracción laboral”.
Asimismo, asegura Peñaloza, existe un “desconocimiento mayor por parte de los trabajadores extranjeros en relación a sus derechos y, lamentablemente, se puede dar que algunos empleadores abusen de esa realidad e infrinjan con mayor frecuencia respecto de los trabajadores chilenos”.
Ignacia Labbé, encargada del programa laboral del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), opina que el aumento de las denuncias de personas migrantes por abusos en sus trabajos podría explicarse porque “la preocupación de los migrantes por conocer sus derechos y deberes ha ido en aumento”.
Emilia Solís, dirigenta del Sindicato de Trabajadores de Casa Particular , afirma que el principal problema detectado entre sus asociadas extranjeras es que sus empleadores no formalizan la relación con un contrato. “Estamos reuniendo antecedentes de varias trabajadoras que están en esta situación, para poder hacer una denuncia formal en la DT como agrupación. Conocemos el caso de una trabajadora que lleva siete años en una casa sin contrato”, dice.
Situación migratoria
Los expertos también advierten de una posible “cifra oculta”, debido al miedo de los extranjeros a denunciar por residir en el país con un estatus migratorio irregular.
Según la directora de la Clínica Jurídica de Atención a Migrantes de la UAH, Macarena Rodríguez, “actualmente, el trabajador depende de un contrato para mantener una condición migratoria regular. Ellos aguantan mucho y cuando se deciden a denunciar, es por no pago de sus horas extras o de finiquito”.
Para Karla Nowajewski, coordinadora de la bolsa de empleo del Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), “los principales momentos cuando la persona está más susceptible a sufrir vulneraciones se dan cuando todavía no tienen permiso de trabajo o cuando ya se les venció el carné, porque es cuando tienen menos posibilidades de emplearse de manera formal”.
Álvaro Bellolio, jefe del Departamento de Extranjería y Migración (DEM), indica que “es importante transmitir la seguridad de que, independiente de la condición migratoria, pueden denunciar. Si bien corresponde por normativa realizar una sanción si trabaja sin permiso, esta puede ser apelada y reducida o eliminada al analizar las circunstancias”.
Prevención
Con el fin de revertir estas situaciones, se han desarrollado distintas iniciativas que van desde informar a los empleadores y trabajadores sobre los derechos del trabajo, hasta incentivar el ingreso de migrantes a sindicatos.
El DEM, junto con el Ministerio del Trabajo, está elaborando un documento con recomendaciones y buenas prácticas en la materia. “Creemos que existe cierto nivel de desinformación o mitos sobre la contratación de parte de los empleadores”, dice Bellolio.
Desde la DT señalaron que es relevante realizar campañas de difusión dirigidas a los trabajadores, para que estos puedan estar más conscientes de sus derechos.
Otra de las iniciativas es el trabajo que el Movimiento de Acción Migrante (MAM) realiza con la Central Única de Trabajadores (CUT). “Es indispensable promover la incorporación de los trabajadores migrantes a los sindicatos y que sus dirigentes puedan velar porque se respeten las mismas condiciones laborales para todos”, dice Francisco Bazo, vocero del MAM.
Fuente: La Tercera, junio 03 de 2019