Mientras que se espera que la economía global crezca sobre el 2% el próximo año, los organismos multilaterales estiman que la economía local no superaría el 1,9%.
Un 2023 mejor de lo esperado, pero con una desaceleración para el próximo año, es lo que proyectan los organismos internacionales para la economía global. Al mismo tiempo, sus estimaciones para la actividad productiva chilena indican un menor ajuste para este ejercicio, pero un vuelo más moderado para el siguiente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) coinciden con que el 2023 finalizaría con una expansión global del PIB de 3%, mientras que el Banco Mundial es menos optimista y apunta a un 2,1%. En el caso de 2024, los tres organismos comparten la idea de que habría una leve moderación hacia una expansión del Producto de 2,9%, 2,7% y 2,4%, respectivamente.
Una previsión que difiere con lo esperado para Chile, cuyo PIB caería este año y repuntaría levemente en 2024.
El FMI señaló que el principal riesgo para la actividad del país es “una posible desaceleración mundial brusca”, además de un endurecimiento drástico de las condiciones financieras mundiales.
Mientras que, en su Panorama Económico Mundial de abril, el FMI estimaba que la economía chilena terminaría este año con una contracción de 1%, su más reciente revisión ajustó esta perspectiva a un descenso de 0,5%.
Sin embargo, el movimiento fue en sentido inverso para 2024: en abril estimaba que Chile se expandiría 1,9% y ahora prevé solo un 1,6%.
Una situación similar sucede con las últimas proyecciones del Banco Mundial, que si bien mantuvo sin cambios su pronóstico de junio para el país, proyecta que la economía chilena caerá 0,4% en 2023 y repuntará a 1,8% para el próximo año.
En el caso de la OCDE, sus proyecciones de junio indican que el PIB de Chile descendería 0,1% durante este periodo, pero tendría un repunte a 1,9% en 2024.
Riesgos: China y desaceleración mundial
En su informe regional para el hemisferio occidental, el FMI indicó que la caída de la actividad chilena era conforme a una reorientación de la demanda interna hacia una trayectoria más sostenible, después del sobrecalentamiento entre 2021 y 2022.
Además, agregó que Chile -junto a Brasil, Colombia, México y Perú- tendría su desaceleración de la actividad debido al debilitamiento del consumo privado, provocado por el endurecimiento monetario. Al mismo tiempo, indicó que el mercado laboral se muestra sólido y que, si bien la participación en la fuerza laboral está por debajo del nivel prepandemia, “sus componentes indican que esto en parte se debe al efecto probablemente permanente de los trabajadores de mayor edad que abandonaron la fuerza de trabajo durante la pandemia”.
En cuanto al repunte a 1,6% del próximo año, el FMI explicó que sería por las exportaciones y la recuperación del consumo privado.
Sin embargo, el organismo apuntó que el principal riesgo para la actividad del país es “una posible desaceleración mundial brusca”, además de un endurecimiento drástico de las condiciones financieras mundiales, lo que causaría una reducción en los flujos de capital y los precios de las materias primas.
En tanto, la OCDE explicó en su nota para el país que los efectos del freno del consumo y de la inversión en 2023 deberían disminuir para inicios del próximo año. Al mismo tiempo, que el aumento de la demanda exterior sostenga el crecimiento de las exportaciones.
Entre los riesgos a la baja para el crecimiento de la actividad, se identificaron posibles presiones a los precios de la energía, provocados por la guerra de Rusia y Ucrania. Además del estancamiento en China -el principal socio comercial de Chile- y su disminución en las exportaciones y la inversión.
A nivel local, también se apuntó a la incertidumbre política de que no se apruebe una nueva Constitución y que no se aportara mayor claridad sobre el futuro de la reforma tributaria, lo que impactaría en la confianza de las empresas y los consumidores, trayendo como consecuencia que se debilite el consumo y la inversión.
América Latina
A nivel regional, el Banco Mundial proyecta que América Latina y el Caribe esté por debajo del crecimiento global y alcance un incremento de 2% este año y que aumente levemente a 2,3% en 2024.
A pesar de que el organismo destacó que la región logró recuperar el PIB perdido en los últimos años tras el Covid-19 y la guerra en Ucrania, todavía advirtieron que las perspectivas de crecimiento permanecen en un nivel bajo.
De los países vecinos, el organismo prevé que Argentina caería 2,5% este año y tendría una expansión de 2,8% en 2024, mientras que Perú crecería levemente 0,8% en 2023 y 2,3% en 2024%, Colombia con 1,5% y 2,1%, respectivamente; y Uruguay con 1,5% y 3,3%.
Brasil estaría por debajo de Chile el próximo ejercicio, alcanzando una expansión de 1,4%, después de crecer 2,6% este año.
Cifras similares a las observadas por el FMI: acompañando a la situación de Chile, solo estaría Argentina, nación para la cual prevén una recuperación de 2,8% para el próximo año.
En el caso de Perú se espera un incremento de 1,1% y 2,7% para 2023 y 2024, respectivamente; Colombia con 1,4% y 2,0%; Brasil con 3,1% y 1,5%; y Uruguay con 1,0% y 3,2%.
Fuente: Diario Financiero, octubre 18 de 2023