En el dictamen el ente fiscalizador sostiene que la trabajadora que mantiene a su hijo menor de dos años en su hogar (no en una sala cuna u otro lugar de cuidado), y ejerce el derecho de alimentación, postergando el inicio o anticipando el término de la jornada en una o media hora, no tiene derecho a acceder a los derechos que consagra el inciso 5° del artículo 206 del Código del Trabajo, esto es, el pago del valor de los pasajes y la ampliación del lapso de permiso.
El presidente de ASIMET, Dante Arrigoni señaló que “nuestra participación en el PIB continúa decreciendo y siguen perdiéndose empleos de calidad”. Además, hizo un llamado a las autoridades para el fomento de políticas públicas que permitan que la industria ingrese a la nueva revolución tecnológica en industrial 4.0.
La producción del sector metalúrgico-metalmecánico registró un incremento de 1,6% el año 2018, resultado que se da en un escenario de incertidumbre respecto a la actividad del sector, debido al bajo desempeño en el segundo semestre del año 2018, y al cierre o transformación de algunas empresas del sector.
El segundo semestre del año pasado mostró una importante caída en la actividad con un descenso de 2%, inferior a los valores registrados en el primer semestre en la cual la actividad del sector aumentó en 5,5%.
“Un año perdido para la industria”
El presidente de ASIMET, Dante Arrigoni mostró su preocupación por los resultados del sector manufacturero, señalando “vemos con moderado optimismo el 2019, y si bien el crecimiento del país el 2018 fue de un 4,0%, que celebramos significativamente, siendo el mejor de los últimos cinco años; en nuestro caso, el crecimiento es marcadamente inferior. Vivimos una situación difícil para la manufactura que requiere que las autoridades la aborden conjuntamente con el sector. Yo lo calificaría como un año que no cumplió con las expectativas”.
Arrigoni indicó que uno de los factores que preocupa al sector manufacturero es la lenta evolución de algunos sectores claves como la industria minera, la construcción e infraestructura, entre otros.
“Crecer 1,6% el 2018 significa un nuevo retroceso en nuestra participación en el PIB y la pérdida de empleos de calidad, como ha venido ocurriendo con el cierre de empresas importantes del sector. Requerimos de las autoridades políticas públicas que nos permitan competir adecuadamente con países que ya están en la industria 4.0, donde nosotros debemos llegar”, señaló el dirigente empresarial.
Agregó que para el gremio la competencia en un mercado abierto como el de nuestro país es más compleja, considerando que faltan políticas pro industria 4.0, escasez de mano de obra calificada, competencia desleal, capacidad de innovación y no contar con una institucionalidad proactiva.
Desafíos del sector
Un reciente ranking elaborado por Bloomberg que midió a 60 economías en materia de innovación y situó a Chile en el lugar 58, sólo superando a México y Vietnam. Las áreas de peor desempeño fueron “intensidad en investigación y desarrollo” (59); “densidad en alta tecnología” (56) y “concentración de investigadores” (54).
“Mejorar estas áreas es clave para contar con una industria manufacturera más competitiva a nivel mundial y para ello debemos contar con políticas públicas que permitan estrechar estas brechas tecnológicas”, explicó Dante Arrigoni.
Actividad por subsectores
Un análisis de los sectores que componen la industria metalúrgica metalmecánica, destaca el positivo desempeño del subsector de fabricación de maquinaria de uso especial, que registró un crecimiento de 19,8% el 2018 respecto del año anterior, lo cual contribuyó con 2,5 puntos porcentuales de crecimiento al sector.
A continuación viene el subsector de industrias básicas de hierro y acero con un aumento de 16,5% y un aporte de 1,5 pp. Como contraparte fabricación de carrocerías para vehículos automotores; fabricación de remolques y semirremolques se contrajo un 22,9% y restó 2,5 puntos de crecimiento al sector.
El presidente del gremio concluyó su análisis señalando que “las cifras 2018 del sector de la manufactura indican que se dificulta el propósito de retomar la participación de la industria de un 15% de la actividad económica del país, o el promedio de la OCDE que es un 16%”.
Con el fin de aportar con información y análisis al desarrollo de políticas públicas en favor de la tercera edad, la Universidad del Desarrollo y Caja Los Héroes lanzaron CIPEM y su primer estudio denominado “Contexto demográfico global y chileno. Situación de la población adulto mayor”.
Con la participación del ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, se presentaron los primeros resultaron del trabajo realizado por el Programa Conocimiento e Investigación en Personas Mayores, CIPEM, impulsado por la Universidad del Desarrollo (UDD) y la Caja de Compensación Los Héroes. El análisis concluye que la edad promedio de chilenos aumentó un 33% en últimos 35 años, por lo que, para la segunda mitad del presente siglo, Chile será una de las poblaciones más envejecidas del mundo.
Mientras que a principios de la década de los ochenta la edad promedio de los chilenos se situaba en torno a los 26,9 años, en 2017 este número escaló hasta los 35,8 años promedio. Un aumento de 33% que refleja el acelerado proceso de envejecimiento que experimenta la población de nuestro país, según se refleja en un estudio elaborado por el programa Conocimiento e Investigación en Personas Mayores (CIPEM) impulsado por la Universidad del Desarrollo (UDD) y la Caja Los Héroes.
Actualmente, la población de adultos mayores en Chile bordea los 2,85 millones lo que equivale al 16,2% del total de habitantes, siendo la población más envejecida de América Latina junto a Cuba.
Aun cuando esta cifra es baja en relación con los países OCDE, donde Chile aún se perfila como un país joven, el proceso de envejecimiento de la población y la proporción actual es un tema que se debe analizar con especial preocupación.
“Este es el tema con el cual vamos a tener que enfrentarnos como humanidad y que tenemos que abordar como país. Es un enorme desafío, pero también una gran oportunidad. Este mayor desarrollo que Chile ha tenido también nos ha llevado a tener una población totalmente diferente a la que teníamos. Es por esto que necesitamos hacer actividades consistentes con ese envejecimiento, como preocuparse de su salud, que se mantengan activos y sanos, el empleo es muy importante, como también el transporte y participación. Este es un problema de todos, por eso agradezco el aporte de este estudio porque esa es la manera de enfrentar estos temas de país. Estudios, ideas, apoyo, creatividad y ayudar a crear conciencia es una ayuda enorme. Lo que hace esta Universidad y Caja Los Héroes, especialista en esta materia es una tarea que tenemos que tomar entre todos”, aseguró Alfredo Moreno, ministro de Desarrollo Social.
Entre los años 1970-1990 Chile registró un incremento importante en su esperanza de vida, alcanzando niveles OCDE. Esto, junto con la disminución de la mortalidad infantil y una menor tasa de natalidad, explican el escenario que enfrentamos.
“En nuestro país, el envejecimiento se ha transformado en un fenómeno inminentemente rural. En 35 años la población rural aumentó 4 veces su tasa de envejecimiento. En 1982, el número de personas mayores por cada 100 niños menores de 15 años era marginalmente superior en zonas urbanas comparado a zonas rurales (26,3 y 25,8, respectivamente). En 2017, en zonas urbanas hay 78 personas mayores por cada 100 niños y en zonas rurales hay 102,5 personas mayores por cada 100 niños», explicó Mauricio Apablaza, investigador de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo y director académico de CIPEM.
Según los autores del estudio, estas cifras obligan al país a cambiar el paradigma sobre la inclusión de adultos mayores en la sociedad y desarrollar políticas públicas que se hagan cargo de los cambios demográficos que experimenta Chile y que se profundizarán en las próximas décadas.
“Como país debemos dejar de pensar en cómo ‘dar oportunidades’ a los adultos mayores y empezar a pensar cómo nos preparamos para ser una sociedad de ‘personas mayores’. Esto nos obliga a mirar el desafío desde otra óptica, pensando en un desarrollo integral, inclusivo y fundado en valorar el rol de las personas mayores en la sociedad”, afirmó Germán Lafrentz, gerente de asuntos Corporativos y Negocios de Caja Los Héroes.
En esa línea, tanto Lafrentz como Apablaza coincidieron en que el análisis comparado que realiza este primer documento permite generar conocimiento relativo a la situación de los adultos mayores en el país, lo que es clave para el desarrollo de políticas públicas dirigidas a mejorar la calidad de vida esta población.
Por su parte, la Primera Dama Cecilia Morel, quien lidera el plan de envejecimiento positivo del Gobierno destacó los resultados de este estudio, y la iniciativa impulsada por la UDD y Caja Los Héroes.
“Nuestro Gobierno tiene en el corazón de las prioridades a nuestros adultos mayores. Y en el mes del adulto mayor, la información que entrega este estudio viene a reforzar las medidas que estamos implementando para integrar y volver a visibilizar a la sociedad a nuestras personas mayores. Los datos de la investigación, como otros que están saliendo, son un aporte para seguir construyendo políticas públicas intersectoriales, escuchando y proyectando las demandas de un sector prioritario para el Gobierno”, señaló la Primera Dama.
La subsecretaria de Previsión Social, María José Zaldívar enfatizó que el desafío está en conocer a las personas mayores.
“Saber más de nuestros adultos mayores, qué piensan, qué sienten, qué necesitan es fundamental para avanzar en políticas públicas bien enfocadas en este segmento que en 2050 alcanzará a cerca del 30% de los chilenos. Necesitamos más iniciativas como éstas que apuntan en ese camino para avanzar en la mejora de la calidad de vida de nuestros adultos mayores”, concluyó María José Zaldívar, subsecretaria de Previsión Social.
Qué es el CIPEM
El Programa Conocimiento e Investigación en Personas Mayores (CIPEM) es una instancia impulsada por la Universidad del Desarrollo y Caja Los Héroes, la cual fue lanzada recientemente en un evento donde se presentaron los resultados de su primer estudio, que contó con la presencia del ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno; la subsecretaria de Previsión Social, María José Zaldívar; el director nacional del Senama, Octavio Vergara; el superintendente de Seguridad Social, Claudio Reyes; el presidente de Caja de Compensación Los Héroes, Alfredo Kunze; y el decano de la Facultad de Gobierno, Eugenio Guzmán, entre otros.
CIPEM busca generar conocimiento en ámbitos que permitan contribuir a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, apuntando a ser un aporte a la creación de políticas públicas y a la generación de herramientas que impacten positivamente en temas como salud, transporte, empleo, situaciones de dependencia o recreación, entre otros.
En el sitio www.cipem.cl podrá conocer mayores detalles de la iniciativa.
VER EL ESTUDIO: “Contexto demográfico global y chileno. Situación de la población adulto mayor”.
Fuente: Los Héroes CCAF, octubre 03 de 2018
Noah Smith hace un repaso desde el PIB hasta los números que arrojan las mediciones del mercado laboral.
BLOOMBERG.- Cuando escuchamos sobre el crecimiento económico o el tamaño de la economía, se refiere al producto interno bruto. Inventado en la década de 1930, el PIB mide el valor de mercado de todo lo producido en un país (o región, o estado) en un año determinado. Mientras que cuando escuchamos sobre el mercado laboral, generalmente involucra la tasa de desempleo, que es el porcentaje de personas que quieren trabajar y no tienen trabajo.
La columnista de Bloomberg, Noah Smith, explica a continuación las diversas cifras económicas -y sus respectivos problemas- que se deben tener en cuenta al momento de evaluar la economía de un país:
En los últimos años, más personas han empezado a cuestionar el uso de estas estadísticas económicas que se informan regularmente. Un problema con el PIB es que no toma en consideración la desigualdad: si todas las ganancias del crecimiento fluyen hacia los ricos, el PIB aumentará mientras que la persona promedio no estará mejor.
Otro problema que la gente menciona es que el PIB no mide la felicidad humana: si las personas se enferman y se ven obligadas a comprar más medicamentos, el PIB puede subir mientras que el nivel de vida disminuye. Mientras tanto, la tasa de desempleo no toma en consideración a los trabajadores desesperanzados, que abandonan la fuerza laboral definitivamente porque nadie los contrata.
Estos defectos son reales. Pero en lugar de pensar que las cifras económicas oficiales son noticias falsas, y que hay cifras mucho mejores, es importante darse cuenta de que no hay una medida perfecta de la salud de una economía. Cada uno de los diferentes números es el más apropiado para diferentes propósitos.
US$247.000
millones es el PIB total de Chile, según el Banco Mundial con datos de 2016
Medición del PIB
Si está tratando de medir el poder económico general de un país, el PIB total es probablemente una medida tan buena como cualquier otra. Representa el tamaño de la base impositiva que los gobiernos pueden utilizar para pagar a sus militares y proporcionar servicios sociales. El PIB también proporciona una adecuada medida aproximada de la capacidad de un país para mover los mercados mundiales, aunque también es importante observar cuánto importa y exporta realmente un país.
Nivel de vida
Cuando se analizan los niveles de vida de los países en desarrollo, el PIB per cápita -ajustado por la paridad del poder adquisitivo para tener en cuenta las variaciones de los precios de los bienes en diferentes países- es una buena medida. El PIB per cápita es fácil de calcular para la mayoría de los países con una precisión razonable, y para los externos es fácil estimar a partir de indicadores representativos. Se correlaciona con muchos indicadores importantes de bienestar, como el hambre y la mortalidad infantil, que afectan a amplios sectores de la población en el mundo. Existe una relación muy estrecha entre el PIB PPA per cápita y el Índice de Desarrollo Humano, un índice inventado específicamente para medir los niveles de vida tangibles.
Desempeño económico
Pero cuando se mide el desempeño de una década a otra de un país rico como Estados Unidos, el crecimiento del PIB no es la mejor medida, por las razones descritas anteriormente. Una mejor alternativa es la mediana del ingreso personal real. Este indicador se basa en la mediana, por lo que no se modifica mucho con las grandes ganancias para los ricos. A diferencia del ingreso familiar, no está distorsionado por los cambios en el número de personas que viven juntas, y analiza todas las fuentes de ingresos, incluidas las transferencias del gobierno, los beneficios y los ingresos de inversión.
Desde la década de 1980, la mediana del ingreso personal real ha aumentado, pero más lentamente que el PIB real per cápita.
La brecha entre los dos es una forma buena y rápida de ilustrar la creciente desigualdad entre los ricos y la clase media.
Para saber si hay crisis
Pero si necesita información rápidamente, si está en una recesión o una crisis, o si está tratando de hacer una evaluación rápida de una nueva política económica, tendrá que quedarse con el PIB. La mediana del ingreso personal real solo está disponible con un rezago: por ejemplo, los números más recientes son de 2016.
Pobreza
Esta medida tampoco proporciona mucha información sobre los estándares de los miembros más pobres de la sociedad. Para eso, puede usar el ingreso promedio del 80% o el 90% inferior, según las mediciones de los economistas Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman. También puede consultar la Medida de Pobreza Complementaria, un número creado por la Oficina del Censo y la Oficina de Estadísticas Laborales (el INE en Chile) que intenta tomar en consideración el costo de las cosas que los pobres necesitan y la asistencia estatal que reciben.
Mercado laboral
Al observar los mercados laborales, el número más importante es probablemente la relación entre empleo y población en edad productiva. Al observar quiénes tienen trabajo en lugar de quienes no lo tienen, este criterio ignora la distinción inútil entre los desempleados y los trabajadores desesperanzados. Al solo observar a las personas entre las edades de 25 y 54 años, se ignora a la mayoría de aquellos que todavía están cursando estudios o en jubilación anticipada. Esta medida actualmente muestra un mercado laboral que se ha recuperado en gran medida de la Gran Recesión.
A largo plazo, los cambios en la relación no solo reflejan la salud del mercado laboral, sino que también incluyen cambios a largo plazo, como la entrada de las mujeres en la fuerza de trabajo formal.
Salarios
En cuanto a los salarios, hay dos medidas que más gustan entre los expertos: la remuneración real por hora y la mediana del ingreso semanal real para los empleados a tiempo completo.
Ambos han crecido, pero el primero ha crecido mucho más rápido, especialmente antes de la Gran Recesión: esto muestra una creciente desigualdad salarial, ya que la cifra es un promedio que se ve impulsado por grandes ganancias salariales de las personas con altos ingresos. Mientras tanto, los aumentos para ambos han disminuido en el ciclo de recuperación actual.
«Entonces, si solo se observa el PIB y la tasa de desempleo, se está pasando por alto mucha información. Si puede, recuerde también considerar la mediana del ingreso personal real, la Medida de Pobreza Complementaria, la relación entre empleo y población de 25 a 54 años de edad, la remuneración real por hora y la mediana del ingreso semanal real. Incluso todas estas medidas juntas no le dirán todo lo que se debe saber sobre la salud de la economía, pero capturan gran parte de las cosas importantes sobre el crecimiento y los mercados laborales», concluye Smith.
Fuente: Emol economía, septiembre 23 de 2018
Se ha vuelto común, hoy en día, en las empresas, crear relaciones individuales de trabajo ausentes de toda formalidad, ya sea celebrando contratos a honorarios o bien lisa y llanamente omitiendo la escritura del contrato de trabajo exigido por la ley laboral.
El contrato de trabajo está definido en el artículo 7° del Código del Trabajo, de la siguiente manera: » Contrato individual de trabajo es una convención por la cual el empleador y el trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo dependencia y subordinación del primero, y aquél a pagar por estos servicios una remuneración determinada».
A su vez el Artículo 8° del Código del Trabajo señala: Toda prestación de servicios en los términos señalados en el artículo anterior, hace presumir la existencia de un contrato de trabajo.
El contrato individual de trabajo además es consensual, lo que significa que se perfecciona con el acuerdo de las partes, sin embargo, el artículo 9° del Código del Trabajo ordena escriturar el contrato y el plazo para hacerlo es de 15 días por regla general o de 5 días tratándose de contratos por obra, trabajo o servicio determinado o de duración inferior a 30 días. Esto significa que de no haber contrato de trabajo escrito, en ningún caso es dable considerar la inexistencia de una relación laboral.
El contrato a honorarios es una convención en virtud de la cual una parte se encuentra obligada a prestar servicios específicos, por un tiempo determinado a favor de otro, el que a su vez se obliga a pagar una cierta cantidad de dinero por dichos servicios. Este contrato no puede tener una duración superior al necesario para desarrollar la labor específica para la cual se celebró. Se rige por las reglas relativas al arrendamiento de servicios inmateriales, artículo 2006 y siguientes del Código Civil Chileno.
El Abogado del Departamento Jurídico de la Dirección del Trabajo, José Luis Ugarte comentó «que el contrato o convenio a honorarios es una expresión genérica que se utiliza para designar cualquier contrato civil que, por no haber subordinación, no corresponde a un contrato de trabajo, pero donde hay prestación de servicios. Este tipo de contratos está pensado para personas que prestan servicios con cierta autonomía. En un principio eran los profesionales liberales, pero se ha extendido a cualquier persona que sea un trabajador independiente. Y – continúa – como están en calidad legal de contratos civiles no es necesario que se escrituren, es más, en el derecho civil las partes son autónomas de fijar los acuerdos que quieran en los términos y formas que estimen convenientes. El cambio en el derecho laboral es todo lo contrario.»
El hecho que el contrato a honorarios se rija por las normas civiles y no laborales, trae una serie de consecuencia prácticas, como por ejemplo: que no es procedente descontar las cotizaciones previsionales y de seguridad social a una persona contratada a honorarios, tampoco está afecto a las normas relativas al ingreso mínimo mensual, descansos, protección a la maternidad, negociación colectiva etc…
Es necesario señalar que es fácil confundir las dos instituciones ya expuestas, es decir, el límite práctico, entre un contrato de trabajo y uno a honorarios llegar a ser difuso. Tanto es así, que existe una serie de dictámenes de la Dirección del Trabajo y sentencias de los tribunales superiores de justicia, en que se establece, que a pesar de la existencia de un contrato a honorarios, formalmente escriturado, se ha estimado que existe relación laboral, y por lo tanto el empleador se ha visto expuesto a sanciones a este respecto.
Ejemplo de esto son los siguientes:
1. Corte Suprema, 26.04.1995, Rol 4095-95: » Establecida la relación de dependencia o subordinación de la persona que presta los servicios, a través de la apreciación de la prueba rendida según reglas de la sana crítica, debe concluirse que entre las partes existió un contrato de trabajo y no otro diverso, no obstante la declaración en sentido contrario formulada por éstas en el propio contrato, en orden a calificarlo como de prestación de servicios. Ello por que en derecho las cosas son según su real naturaleza y no según lo que las partes prediquen de ellas, y entendido que los derechos derivados de un contrato de trabajo, son irrenunciables».
2. Dirección del Trabajo, 10.07.03, Dictámen 2701/65: » Asimismo, de dichas disposiciones se infiere que la sola concurrencia de las condiciones o requisitos enunciados precedentemente, hace presumir la existencia de un contrato de trabajo, aún cuando las partes le hayan dado otra denominación a la respectiva relación jurídica».
La razón de fondo para que estas instituciones del Estado, desconozcan la voluntad expresa de las partes, la esboza la Corte Suprema al señalar: » que en derecho las cosas son según su real naturaleza y no según lo que las partes prediquen de ella..», de esta forma si un contrato a honorarios reviste en la práctica la forma de un contrato individual de trabajo, no cabe duda que será el segundo. Pero el tema es cómo reconocerlos.
La Dirección del Trabajo ha estimado que los requisitos para constituir un contrato de trabajo son:
a) Una prestación de servicios personales;
b) Una remuneración por dicha prestación; y
c) Ejecución de esta prestación bajo subordinación y dependencia de la persona que se beneficia con la prestación de los servicios.
Estos elementos se desprenden de la definición de contrato individual de contrato de trabajo del Artículo 7° antes transcrita. Para determinar en la práctica estos requisitos, la Dirección del Trabajo estima que es necesario que se presenten ciertos hechos, tales como:
a) La obligación del trabajador de dedicar al desempeño de la faena convenida un espacio de tiempo significativo, como es la jornada de trabajo, pues en virtud del contrato de trabajo la disponibilidad de dicho tiempo pertenece a la empresa o establecimiento.
b) La prestación de servicios personales en cumplimiento de la labor o faena contratada, se expresa en un horario diario y semanal, que es obligatorio y continuado en el tiempo.
c) Durante el desarrollo de la jornada el trabajador tiene la obligación de asumir, dentro del marco de las actividades convenidas, la carga de trabajo diaria que se presente, sin que le sea lícito rechazar determinadas tareas o labores.
d) El trabajo se realiza según las pautas de dirección y organización que imparte el empleador, estando sujeto el trabajador a dependencia técnica y administrati-va. Esta supervigilancia del empleador se traduce en instrucciones y controles acerca de la forma y oportunidad de la ejecución de las labores por parte del trabajador.
e) Por último, las labores, permanencia y vida en el establecimiento, durante la jornada de trabajo, deben sujetarse a las normas de ordenamiento interno que, respetando la ley, fije el empleador».
Dentro de las sanciones impuestas por la Inspección del Trabajo, en esta materia, podemos citar, la obligación de celebrar un contrato de trabajo en forma retroactivo, es decir, desde de la fecha en que el trabajador comenzó a prestar servicios, con los correspondientes descuentos legales y previsionales. Así lo señala el dictámen N°1583/129 el 10 de Abril de 2000.
En resumen, la continuidad de los servicios prestados, la obligación de asistencia del trabajador, el cumplimiento de un horario de trabajo, la supervigilancia del empleador en el desempeño de las funciones, la subordinación a instrucciones y controles de diversas índoles, son las circunstancias que nos permiten determinar la existencia de una relación laboral, independientemente del título del contrato escrito y firmado por las partes, ya que este vínculo de subordinación está sujeto en su existencia a la particular naturaleza de la prestación del trabajador y no al nombre que le den las partes.
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