Diagnóstico se basa en deterioro de expectativas, shock de incertidumbre y condiciones financieras menos favorables por aumentos en las tasas de interés. Gremio pide políticas públicas que favorezcan la industrialización y agreguen conocimiento a la matriz productiva.
Su preocupación por las consecuencias que puede seguir generando el estallido social en el empleo mostró esta mañana el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, al dar a conocer las proyecciones del sector en esta materia para 2020. Es así que informó que este año, y como consecuencia de la crisis, se perderán más de 25 mil empleos en el sector manufacturero.
“Según nuestras estimaciones, el shock de incertidumbre y deterioro de expectativas, junto a condiciones financieras menos favorables producto de aumentos en las tasas de interés, nos hacen proyectar esta cifra no muy alentadora en materia de destrucción de empleos. Mientras no se restablezca por completo el orden público, que permita el normal funcionamiento de las fuentes productivas, al igual que un mejoramiento del escenario político y económico, creemos que no será posible generar las confianzas que permitan reactivar la actividad productiva. Esperamos que las autoridades, y la clase política, empiecen a dar señales de convergencia”, señaló.
El presidente de ASIMET dio a conocer estas proyecciones del gremio para 2020 durante una conferencia desayuno con empresarios del sector a la que fue invitado a exponer el economista y ex presidente ejecutivo de Codelco, Óscar Landerretche.
En la oportunidad, Arrigoni apoyó la postura del ministro de Hacienda, Ignacio Briones, al señalar la necesidad que tiene Chile de reorientar su modelo económico para avanzar en un plan de desarrollo productivo moderno. Agregó que para medir el avance de nuestra industria en el mercado globalizado se debe considerar el índice de medición de Complejidad Económica (ICE), que es un concepto que mide la cantidad de conocimiento de los productos que exportan los países, y que en el caso nacional hoy exhibe el último lugar entre las economías de la OCDE, y similar ranking entre las naciones con las que tenemos tratados de libre comercio.
“Para mejorar este índice es imprescindible una nueva industrialización del aparato productivo nacional, que previo a la crisis social, ya venía mostrando una pérdida de competitividad, bajo crecimiento y creación de empleo”, sostuvo.
Agregó que esta forma de medir el desarrollo industrial de los países “hace hoy mucho sentido, tomando en consideración las soluciones que Chile necesita y demanda. Existe una estrecha relación entre el ICE y el tema de la desigualdad de los ingresos. El ranking de los países con mayor Complejidad Económica se relaciona directamente con el ranking de menor coeficiente de GINI. Es decir, para tener un crecimiento económico sostenido y una reducción progresiva de la desigualdad, se necesitan políticas industriales modernas, que agreguen conocimiento a la matriz productiva de los países, y que se complementen a las políticas sociales”, aseguró el dirigente gremial.
Retroceso en los últimos 40 años
Durante la conferencia, el presidente de ASIMET explicó que en las últimas cuatro décadas Chile ha mostrado un retroceso en su Índice de Complejidad Económica, pues ha descendido dos puestos. En 1977 ocupaba el casillero 59, y en 2017 se posicionó en el lugar 61. Entre los países de la OCDE los resultados tampoco son mejores, ya que en los últimos años se ha ubicado permanentemente en los últimos lugares.
En este sentido, sostuvo que la crisis también es el resultado de una economía básica y concentrada en pocos sectores exportadores, y que se hace necesario repensar el modelo de desarrollo para financiar la agenda social y para tener una sociedad con mayores y mejores oportunidades. “El boom de las materias primas ocultó la poca diversidad y bajo valor agregado de nuestras exportaciones, que han ido bajando su rentabilidad. Para respaldar un crecimiento inclusivo debemos mejorar la productividad y agregar mayor conocimiento a los productos que exportamos”, sostuvo Arrigoni.
“La industria chilena estará en condiciones de competir en mercados globalizados en la medida que las autoridades generen políticas públicas de largo plazo, que apunten a una industrialización moderna, como sucedió en países que hace 50 años estaban muy por debajo nuestro, y que ahora nos superan ampliamente como Corea del Sur y Singapur”, concluyó.
Chile, sale fortalecido ocupando el primer lugar en estabilidad macro que evalúa inflación y la dinámica deuda-PIB. Además, mejora en la variable mercado de productos que justiprecia complejidad tarifaria asociada a la apertura comercial, donde se ubica en el puesto 10.
Su sistema financiero recibe una buena valoración (21), destacando en brecha del crédito (1) y solidez de la banca (4). Asimismo, es bien apreciada la solidez de las normas de auditoría e informes (21), el marco regulatorio de la insolvencia (26) y el tiempo para comenzar negocios (32).
Estas calificaciones corresponden al último Índice de Competitividad Global 2019, realizado por el Foro Económico Mundial (WEF), en colaboración con la Universidad Adolfo Ibáñez, que entre 141 economías analizadas a nivel mundial, sitúa a Chile en la posición 33, primero de América Latina.
Sin duda estas son buenas noticias para las empresas de todos los tamaños que están en vías de tomar la decisión de implantarse en Chile, como las ya establecidas, las cuales reinvierten sus beneficios afianzándose en el mercado local y expandiéndose por el hemisferio ganando en competitividad.
En Latinoamérica, Chile continúa al frente, a quince puestos del segundo México (48), Uruguay (54) y Colombia (57). Más alejados se ubican Perú (65), Brasil (71) y Argentina (83), y a bastante distancia, Ecuador (90), Bolivia (107) y Venezuela (133). El ranking es liderado por Singapur, y a continuación figuran Estados Unidos y Hong Kong.
Con estos datos Chile se mantiene como la nación más competitiva de la región en el concierto internacional, consolidándose como un “hub” de entrada indiscutible y seguidamente de acceso al resto de la Alianza del Pacífico o el Mercosur.
Por supuesto que existen materias a mejorar como en cualquier país, y claro, estas deben ser visualizadas como oportunidades por quienes buscan su espacio con proyectos nuevos o de ampliación. Así, de los cuatro pilares y 12 categorías que mide el sondeo, los espacios los encontramos en la Adopción de Tecnologías de la Información (56), Capacidad de Innovación (53), Mercado Laboral (53), Adopción de Medidas Disruptivas (74), Pensamiento Crítico en la Enseñanza (84) o Inclusión de la Fuerza de Trabajo (88).
Avanzar en estos rezagos significa ser más competitivo en un mundo cada vez más accesible, donde quedarse atrás afecta a los intercambios e impide que se promuevan nuevas reformas que hagan más fácil el poder participar con nuevos negocios, generando empleos, innovar, o, incluir tecnologías que faciliten la actividad empresarial.
De otra parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), estima una subida del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile para este 2019 de un 2,5% y 3% para 2020. En tanto hacia 2024, anticipa una expansión de 3,2%. A su vez, el Ministerio de Hacienda de Chile, prevé en el último Informe de Finanzas Públicas un 2,6% para este año y un 3,3% para 2020 y 3,6% hasta 2024.
Las previsiones del FMI en relación al PIB per cápita de los chilenos lo colocan en los 30 mil dólares medido en paridad de poder adquisitivo en el 2023, un año más tarde a lo proyectado con anterioridad.
Para entender estos y otros pronósticos hay que tener siempre presente en relación con Chile, que es una de las economías más abiertas del planeta, en lo económico financiero no solo está expuesto a consideraciones de carácter interno, sino, sobre todo, a aquellas venidas de contingencias internacionales, como la que dirimen en este momento China y Estados Unidos, la arancelaria entre Estados Unidos y la Unión Europea, o, las que se viven en Latinoamérica, por citar algunas, que pueden llegar a afectar a la inversión, y cómo no, en último término al crecimiento del PIB.
Lo positivo de esta abertura es que permite a los consumidores elegir productos y ofertas de profesionales, provenientes de infinidad de lugares del mapa global y a precios muy competitivos en la mayoría de casos.
Igualmente, las inversiones crecen al haber un mercado financiero abierto. Hace escasas semanas comentábamos la condición de Centro Financiero de la ciudad de Santiago. Similar en trascendencia es para las compañías asentadas en Chile contar con la opción de promover proyectos en múltiples naciones esparcidas por los cinco continentes, sirviéndose de las ventajas que allí existan e incentivando la competencia.
Muchos ya conocen que Chile está a la cabeza de los Estados que más tratados de libre comercio han suscrito. Hace pocos días entró en vigor el logrado con Indonesia, sumando 65 los países con los que existen vías comerciales francas por las que transitan con fluidez bienes y servicios, las que llegado el caso pueden ensancharse pudiendo llegar hasta una integración económica.
Fuente: https://wolfypablo.com/, octubre 12 de2019
En la oportunidad, Dante Arrigoni fue enfático en señalar que Chile necesita urgente modernizar su modelo de desarrollo, el que debe estar vinculado a la Reindustrialización. “Si bien fue una estrategia exitosa durante las décadas pasadas, hoy está demostrado que no es suficiente. No podemos seguir haciendo más de lo mismo”.
Un llamado al sector público y privado y también a las universidades y centros de investigación, realizó esta mañana el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, para que en una acción conjunta sumen esfuerzos para acordar una estrategia común que permita que la industria chilena pueda insertarse en la Cuarta Revolución Industrial.
El dirigente gremial abordó los desafíos y problemas que enfrenta la manufactura nacional al inaugurar el Foro Anual de la Industria, en Casa Piedra, y donde señaló que “los países desarrollados han comprendido la urgencia de la industria 4.0”.
En la oportunidad Arrigoni dio a conocer una investigación de los economistas Patricio Meller y Manuel Marfán “Estrategia Industria 4.0 diseñando el Chile del futuro”, que fue auspiciado por ASIMET y el Consejo Minero de Chile, y que será entregado al Gobierno para su análisis.
Ambos profesionales forman parte del equipo de relatores del Foro Anual de la Industria, quienes plantean la importancia que el país aborde en forma colaborativa una hoja de ruta de inserción a los grandes cambios tecnológicos que a nivel global vienen ocurriendo.
En su intervención, el presidente de ASIMET señaló que en el presente actual de la economía chilena con bajo crecimiento y pérdidas de empleos capacitados, “cada día se hace más evidente que Chile necesita modernizar su modelo económico de crecimiento”.
Agregó que “por más de tres décadas tuvimos una estrategia muy exitosa pero en los últimos años ha quedado demostrado que hoy es insuficiente para llegar al desarrollo. No podemos continuar haciendo más de lo mismo”, afirmó el dirigente empresarial, agregando que “esta encrucijada en la que se encuentra Chile es un fenómeno común en la historia de muchas economías, pero sólo las que mutaron su estrategia de crecimiento dieron el salto al desarrollo”.
En ese contexto, indicó que el estudio de ASIMET y del Consejo Minero pretende colaborar con una propuesta para que Chile pueda tener una estrategia de crecimiento a largo plazo vinculada a la Cuarta Revolución Industrial. Entre los puntos clave que incluye este informe, mencionó la presencia de un Estado estratégico, que participe activamente donde pueda generar una diferencia. “Se requiere de un Estado presente y activo en el proceso, que ejerza el liderazgo para conducir al país hacia un futuro mejor. También se necesitan políticas públicas audaces que faciliten y motiven la transformación industrial”, sostuvo.
Dante Arrigoni expresó su preocupación por la lentitud de la transformación productiva en Chile, haciendo mención a un estudio de la OCDE del año pasado, donde se nos advirtió sobre la falta de una estrategia con políticas públicas de largo plazo orientadas en tal sentido. “Incluso hicieron un llamado a un pacto renovado entre el Gobierno, las empresas, la academia y la sociedad para avanzar hacia esta transformación productiva”, expresó.
Propuestas para la Reindustrialización
El presidente de ASIMET entregó propuestas que apunten a impulsar la Reindustrialización del país. “El sector público y privado deben actuar conjuntamente para generar una nueva economía”, indicó.
“Debemos crear una amplia y diversa base industrial de exportaciones con valor agregado. Chile puede ser Desarrollado aplicando las oportunidades que ofrece la industria 4.0 y para ello formar un Estado estratégico que participe activamente donde pueda generar una diferencia”, acotó.
Asimismo, propuso medidas concretas que promuevan la reindustrialización, como tasas de depreciación mayores al 100% para la inversión en tecnologías, equipos y maquinarias vinculadas a la Industria 4.0; subsidio a la tasa de interés de los créditos para la compra de la tecnología 4.0; crédito tributario del 50% para Investigación y Desarrollo, destinado a generar innovaciones en los productos y procesos; y reducción del impuesto corporativo para el ingreso generado por las patentes. Esta reducción podría ser mayor al 50%, existiendo casos con impuesto cero.
Además, planteo la posibilidad de un subsidio tributario del 40% para la capacitación 4.0 de todos los trabajadores, aplicado a su costo total; un Fondo de Garantía Estatal para las pymes de hasta un 80% del monto del crédito, y finalmente, una legislación laboral flexible adecuada al trabajo del futuro.
El presidente de La Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, Dante Arrigoni, se sumó a la solicitud del gran empresariado y explicó el modelo que proponen para una industrialización 4.0
Además, promovió la creación de Políticas Públicas que potencien la Industria Nacional y para ello recordó la invitación al Foro Anual de la Industria que se realizará este 21 de agosto en CasaPiedra, el cual tiene como consigna “Modernización productiva a través de la industria 4.0”, para ello nos acompañar expositores nacionales e internacionales para conocer cuáles han sido las estrategias de los países desarrollados para no quedar rezagados en términos de competitividad.
El gremio de los industriales metalúrgicos metalmecánicos acusó que rebajar la jornada de 45 a 41 horas semanales aumentará el costo de las empresas, por lo que enviar la iniciativa sin una medida que compense el impacto negativo en productividad es “sorprendente”.
Decepcionado y sorprendido se mostró el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni frente al envío que el Gobierno hará del proyecto de ley que baja la jornada laboral de 45 a 41 horas semanales, “sin que, al mismo tiempo, piense en la Industria y el crecimiento de Chile, con medidas que compensen la pérdida de productividad y el mayor costo que ello significará para las empresas”.
El dirigente gremial enfatizó que en enero de 2018 la OCDE publicó un “peer review” sobre transformación productiva en Chile llamando la atención que las políticas públicas no tengan planes estratégicos, e hicieron un llamado a un “pacto renovado entre el Gobierno, las empresas, la academia y la sociedad. Esto, que es habitual en las economías desarrolladas, no se hace en Chile, por el contrario, hoy en Chile se improvisa, y este proyecto es un claro ejemplo de ello”.
No generará un mayor empleo productivo
En relación a los anuncios de la autoridad del Trabajo que esta iniciativa creará 350 mil nuevos empleos, Arrigoni dijo que no resulta convincente pues “el proyecto no aclara que será un costo adicional para las empresas, que bajará la productividad por trabajador y en consecuencia perjudicará el crecimiento”.
El dirigente empresarial reiteró la necesidad de que el país conjuntamente con el sector público y privado impulse la modernización del modelo económico, que debería significar la reindustrialización del país. “Chile vivió por 35 años un ciclo virtuoso de crecimiento que está llegando a su fin desde hace algunos años; se trata de un fenómeno común en la historia de muchas economías, pero sólo las que mutaron su estrategia de crecimiento dieron el salto al desarrollo, las que no lo hicieron cayeron en la “trampa del ingreso medio”, afirmó.
Acto seguido precisó que “si queremos estar a la misma altura de los países desarrollados, con jornadas laborales reducidas, tenemos que ser capaces de igualarnos en los índices de productividad que exhiben esas naciones, con medidas que generen un aumento de la competitividad, con estrategias que apunten a poner en marcha el tránsito de nuestra economía hacia un modelo de desarrollo basado en la reindustrialización 4.0, con políticas públicas que apoyen a nuestras empresas para su necesaria y urgente reconversión”.
Concluyó señalando que la experiencia internacional indica que “el desarrollo se alcanza aumentando la competitividad internacional, que tiene como insumo principal incrementar la productividad, y esta iniciativa aislada del Gobierno va en el sentido contrario”.
El dirigente empresarial se reunió esta mañana con el Ministro de Economía a quién planteó la inquietud del gremio considerando que los niveles de productividad en Chile son muy bajos en relación a los países desarrollados OCDE donde se trabaja 40 horas, y con los cuales competimos.
El presidente de ASIMET, Dante Arrigoni expresó esta mañana su preocupación al Ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine en relación al proyecto que se discute en el Congreso y que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, señalando que podría ser “lapidario” considerando los bajos niveles de productividad y competitividad con los cuales trabaja la industria chilena.
Arrigoni se reunió esta mañana con el secretario de Estado a quien le representó las inquietudes del sector metalúrgico metalmecánico, y que dicen relación con la necesidad de consensuar políticas públicas, que permitan la reindustrialización del país y volver a generar riqueza y nuevas fuentes de trabajo. En las últimas dos décadas se han perdido 250 mil empleos calificados por el cierre de las industrias.
“Ahora –señaló el dirigente empresarial- se pretende dar un duro golpe a este sector industrial si se reduce la jornada laboral. Lo acaba de decir un ex ministro de Hacienda a fin a las ideas de quienes promueven esta legislación que bajar la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales representará un mayor incremento del 11%. En resumen eso significará menos empleo porque habrá industrias que no podrán asumir esos mayores costos, con iguales estándares productivos”.
Dante Arrigoni planteó al ministro de Economía que la jornada laboral será un costo fijo que sumado al proyecto de la reforma previsional de un 4% para el empleador, puede poner a este sector industrial que representa el 10% del PIB en una condición crítica. “Quienes promueven estas ideas probablemente no han considerado los factores determinantes en la producción industrial que es la productividad. Chile en nuestra área tiene una productividad menor en un 50% a los países desarrollados de la OCDE y de un 40% de la industria de Estados Unidos”.
Agregó que “las leyes no se pueden aplicar en forma mecánica si no se conoce la realidad y el contexto de cada uno de los países que es muy diferente. Una jornada laboral de 40 horas significará mayor desempleo y probablemente muchas industrias medianas y pequeñas no van a poder resistir”.
Finalmente el presidente de ASIMET, propuso una mesa de trabajo con el gobierno que desarrolle políticas públicas que permitan que Chile pueda incorporarse a la industria 4.0 y a la automatización, como lo han hecho la mayoría de los países que tenemos tratados, que comprendieron que el futuro de la industria del siglo XXI y su competitividad pasa por un trabajo conjunto de las autoridades y el sector privado.
Señor Director:
La economía del siglo XXI en Chile no debería moverse solo por los sectores de servicios y comercio ( e-commerce), como lo señaló en «El Mercurio» el ministro de Economía, sino también por la capacidad que tengamos de subirnos al carro de la reindustrialización con la Cuarta Revolución Industrial.
En la reciente Cumbre de Davos, Colombia se transformó en uno de los países protagonistas del foro cuando anunció que acogerá el primer Centro para la Cuarta Revolución Industrial (C4IR) que tendrá América Latina, y que estará afiliada a la red de centros del FEM (Foro Económico Mundial).
El C4IR en Medellín servirá como un espacio de intercambio de conocimiento para Latinoamérica, formulación de políticas nacionales y extranjeras para ejecutivos empresariales y expertos en tecnología, sobre las últimas tendencias y aplicaciones tecnológicas, con miras a configurar el futuro de la Revolución Industrial 4.0 en el continente.
Este logro fue posible gracias a los esfuerzos de su gobierno, y le permitirá al país y a la región ser aún más atractivos para la inversión extranjera, al promover proyectos conjuntos para que las empresas, emprendedores e investigadores de la región usen tecnologías con miras a incrementar su valor agregado y puedan acceder a los mercados globales.
Colombia se pondrá a la vanguardia mundial para definir la puesta en marcha de nuevas políticas alrededor de la Cuarta Revolución Industrial vinculada a los emprendedores globales, a los centros de investigación de carácter mundial, y organizaciones globales de alto contenido tecnológico.
No cabe duda que en Colombia existe consenso en que la guerra comercial que vivimos es un tema industrial, que los países desarrollados están luchando por la supremacía del comercio de bienes, sus tecnologías y ecosistema 4.0, que la mejor forma de procurar el bienestar de las personas es a través de un fuerte desarrollo industrial, y que la Industria 4.0 es la oportunidad para recuperar el terreno cedido a los países de bajo costo y el mejor camino para el desarrollo.
Debemos recuperar nuestra competitividad industrial y como Asimet nos ponemos a disposición para apoyar la implementación de este tipo de políticas públicas.
Dante Arrigoni, Presidente Asimet.
El dirigente gremial señaló que para que el país vuelva a crecer con fuerza necesita un proyecto país de largo plazo, que “encante a los chilenos y donde no existan perdedores, y en esta tarea el Gobierno debe llevar el liderazgo”, aseguró.
El presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, señaló que el mayor problema que tiene Chile hoy para aumentar el crecimiento es interno, y que las razones tienen que ver con una falta de relato para unir voluntades en torno a un proyecto país.
“Es discutible que el Presidente señale responsables por los problemas internos de Chile, lo primero que necesitamos es crear un liderazgo que nos haga compartir un sueño de proyecto país con políticas públicas de Estado donde todos los chilenos se sientan ganadores”, sostuvo.
Al comentar la Cuenta Pública del Presidente Sebastián Piñera, el dirigente gremial manifestó su preocupación porque “pese a los avances, nos estamos alejando de lograr la meta de crecimiento que se propuso el Gobierno, y esto ocurre porque la autoridad no ha logrado aunar voluntades detrás de un relato de proyecto país, con políticas de Estado de largo plazo que encanten a la mayoría de los chilenos”.
Al respecto, Dante Arrigoni sostuvo que “no basta sólo el voluntarismo de tramitar proyectos o reformas de leyes, primero necesitamos compartir un proyecto que nos una, en donde no existan perdedores, esta es la primera tarea y el Gobierno debe llevar el liderazgo”.
Finalmente, el presidente de ASIMET señaló que “Chile tiene la oportunidad de tomar un camino de unidad, con un proyecto de Estado donde ganen todos los chilenos, a través de la Reindustrialización 4.0 a la que están apostando todos los países desarrollados. Para ASIMET, el mejor camino para que ganen todos los chilenos, y no existan perdedores, es reindustrializar Chile, desde la minería, pasando por la manufactura y hasta la agricultura, con políticas públicas audaces y compartidas, en esto necesitamos que el Gobierno nos apoye y se sume a esta iniciativa”, concluyó.
El Gobierno -a través del Ministerio del Trabajo- destacó que se han creado 194.217 empleos de calidad en los últimos 12 meses y que el empleo asalariado es el que más sigue creciendo en el país, según datos informados por la Superintendencia de Pensiones (SP) sobre la base del Seguro de Cesantía.
En tanto, las Pymes aumentaron la creación de empleo en 96.825, es decir, 37.585 puestos de trabajo más que en 2018, en su mayoría con contratos indefinidos (82.081), de acuerdo al Seguro de Cesantía.
Así lo resaltó mediante un comunicado el ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Monckeberg, quien dijo que “los nuevos cotizantes, con nuevos contratos del seguro de cesantía, llegaron a más de 194 mil, lo cual es una cifra muy importante y muy buena. Al mismo tiempo, los nuevos empleos que cotizan en el sistema previsional de pensiones llegan a 157 mil“.
“Sabemos que la economía en el mundo está pasando momentos difíciles, por la guerra comercial, pero en Chile tenemos que seguir empujando la creación de empleo, porque eso es lo que va a mantener el dinamismo de nuestra economía”, añadió el secretario de Estado.
Monckeberg indicó que “una constante en los últimos tres reportes de empleos formales, es que son las pequeñas y medianas empresas las que están empujando el empleo. Casi dos tercios de los nuevos empleos vienen de Pymes (…)”.
Brecha de género y sueldos
El titular del Trabajo también destacó la histórica baja de la brecha de género, que llegó a un 16,4%, mientras que en el mismo período de marzo de 2018 llegaba a 17,3% y en la última medición alcanzó un 16,9%. También valoró que la distancia de sueldos es menor en los grupos más jóvenes (segmento de 25 a 29 años es de un 7,2%), aunque crece a medida que aumenta la edad.
La mitad de los trabajadores en Chile gana menos de $450 mil mensuales
Otro dato relevante es que el crecimiento de los trabajadores en el Seguro de Cesantía pertenecientes a los servicios de ingeniería informática, los que subieron 9,1% a un ritmo superior al crecimiento de 4,2% anual para el total de los cotizantes.
También hubo un alza en el número de empresas que están adscritas al Seguro de Cesantía: ahora hay 13.028 compañías que están cubiertas por el beneficio.
En lo que respecta a salarios, éste va creciendo junto con la edad del trabajador hasta los 39 años ($670.550), punto en donde comienza a disminuir.
Cabe destacar que en los servicios de ingeniería informática hubo crecimiento de un 9,1% anual, superior al 4,2% del total de cotizantes.
Fuente: biobiochile.cl, mayo 27 de 2019