En visita a la Región del Biobío, el presidente del gremio, Fernando García, señaló que “Chile necesita tomar medidas drásticas para volver a ser un país atractivo para invertir”, para lo cual es también fundamental aprobar la simplificación del sistema de permisos para las autorizaciones de proyectos.
El presidente de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, Fernando García, propuso rebajar el impuesto corporativo de un 27% a un 20% y retomar el Fondo de Utilidades Tributables (FUT) como medidas fundamentales para que el país recupere el crecimiento. Así lo planteó durante su intervención en la cena de fin de año del Comité ASIMET Biobío, a la que asistieron el gobernador regional, Sergio Giacaman; el delegado Presidencial, Eduardo Pacheco, y los seremis de Economía y del Trabajo, Javier Sepúlveda y Sandra Quintana, respectivamente, entre otras autoridades, además de empresarios del sector metalúrgico metalmecánico de la zona.
“Chile necesita tomar medidas drásticas para atraer inversiones. Es por eso que, como ASIMET, queremos proponer 2 medidas que podrían verse como audaces, pero que consideramos clave para avanzar en este sentido: Rebajar el impuesto corporativo de un 27% a un 20% y retomar el Fondo de Utilidades Tributables (FUT). Como tercera medida, creemos que es fundamental aprobar, sin más dilaciones, el Sistema Inteligente de Permisos para simplificar los procesos de autorizaciones para el desarrollo de proyectos. ¿No será mucho tiempo once meses de discusión en el Congreso para una iniciativa planteada como urgente y primordial para otorgar certezas a la inversión?”, sostuvo García.
Más adelante, el dirigente gremial se refirió al cierre de la planta de Huachipato, una medida que, según dijo, “fue un duro golpe para nuestra asociación, y, sin duda, para todo el país, y en especial para la Región del Biobío. El apagado del alto horno y la detención de la acería y colada continua de Huachipato marca el cierre de una etapa trascendental de la industria siderúrgica chilena, pero debe ser una oportunidad para avanzar en otras miradas y desafíos que nos imponen los actuales mercados”, sostuvo.
En ese sentido, indicó que la Región del Biobío ha sido históricamente una de las que más aporta al desarrollo del país, desempeño que, sin embargo, este año se ha deteriorado, al marcar una caída de 0,9% de crecimiento durante el segundo trimestre.
En relación al rubro metalúrgico metalmecánico, Fernando García señaló que en el último tiempo “se ha visto bastante asfixiado por las importaciones tanto de China como de otros orígenes, me refiero específicamente a maestranzas e industrias afines. El mundo metal mecánico es principalmente suministrador de bienes intermedios, especialmente a proyectos, por lo que la generación de iniciativas de inversión es fundamental para darle dinamismo al sector”, acotó.
Agregó que hoy existen en la región polos de desarrollo, como la energía eólica, donde todos los insumos se traen de afuera. “Dejando de lado los elementos más tecnológicos, las torres donde se montan las hélices perfectamente se pueden hacer en Chile, aquí tenemos la tecnología y el conocimiento. ¿Por qué no podríamos optar, entonces, a un mínimo de contenido local en estas inversiones? Dejo la pregunta planteada a las autoridades correspondientes”, indicó el dirigente gremial.
Al respecto, sostuvo que la región del Biobío cuenta con un enorme potencial para convertirse en un polo industrial clave para Chile, gracias a su ubicación estratégica, sus recursos naturales y su infraestructura. “Estas fortalezas requieren, sin embargo, de políticas públicas dirigidas a fortalecer este potencial, especialmente en áreas como mejorar la conectividad vial y ferroviaria, ampliación y modernización de los puertos, desarrollo de parques industriales, fomento de la educación técnica y profesional, desarrollo de programas de innovación y emprendimientos, incentivos fiscales y financieros y otros que sería muy largo de enumerar”.
Finalmente, el presidente de ASIMET indicó que hoy el país enfrenta muchos retos en distintos ámbitos, desafíos económicos, sociales, políticos, y una crisis de seguridad que afecta nuestra convivencia diaria. “En este complejo escenario, existe una condición básica que es la piedra angular que nos permitirá avanzar como país. Y esa condición no es más que poder retomar las confianzas para que Chile reanude la senda del crecimiento”, concluyó.
ASIMET, diciembre 17 de 2024
A diferencia de la industria manufacturera, que según el Imacec de julio registró un crecimiento de 7,8%, el sector metalúrgico metalmecánico exhibió en ese mismo periodo una caída en su actividad de un 6.5%. Según explicó el presidente de ASIMET, Fernando García, este magro resultado en el séptimo mes del año estuvo marcado por el descenso registrado en el subsector de Industrias básicas del hierro y el acero, el que tuvo una caída en sus niveles de producción de 38%, respecto del mismo periodo del año 2023. Lo anterior, se generó por una disminución en la producción de barras y varillas de hierro o acero.
Con este resultado, el sector acumula un retroceso de 3,5% en su actividad en los primeros siete meses de 2024.
Al comentar las cifras sectoriales, el dirigente gremial sostuvo que la principal causa de este deficiente desempeño es la falta de proyectos de inversión en el sector industrial, lo que ha generado una menor demanda de productos. “La escasez de proyectos de inversión y el aumento de costos fijos nos mantienen en un estado de alerta y preocupación respecto de la continuidad de nuestras empresas”, afirmó, agregando que la crisis en el rubro de la Construcción también los ha afectado: “Es un sector que no ha logrado repuntar, lo que nos afecta muy directamente, ya que somos altamente dependientes de esa industria. Cuando los países crecen fuertemente lo normal es que la Construcción también lo haga, pero en Chile está sucediendo lo contrario, hemos crecido muy lentamente en la última década y eso nos está pasando la cuenta”, indicó.
Al respecto, enfatizó en la necesidad de atraer inversiones para la generación de nuevos proyectos que activen el rubro metalúrgico metalmecánico y a la economía en general, para lo cual es fundamental que la autoridad trabaje en la entrega de certezas para los inversionistas. “Hoy más que nunca debemos fomentar la colaboración publico privada y avanzar en reformas como la modernización del Estado para que el país sea un polo atractivo para la inversión, que es el primer paso para retomar la senda del crecimiento”, señaló.
Agregó que, como sector manufacturero, esperan que el Gobierno avance en medidas que compensen y logren equilibrar el mayor gasto que ha significado para la industria la implementación de mejoras laborales, para que así las empresas puedan seguir compitiendo. “Esto solo se logra aumentando la productividad, y en esta materia el Estado tiene mucho qué hacer, sobre todo en el campo de la educación, implementando mejoras sustanciales en la calidad del sistema, y fomentando la innovación y la tecnología”, indicó García.
Finalmente. el presidente de ASIMET recordó que el sector industrial “es el que otorga más y mejores empleos, impulsa la innovación y el avance tecnológico, que conlleva mejoras en la productividad, y permite a los países diversificar sus fuentes de ingreso. Es por ello que instamos a nuestras autoridades a otorgarle el valor que se merece, acelerando las iniciativas que están en el Congreso destinadas a impulsar su competitividad en un contexto global”.
Fuente: Diario Estrategia, septiembre 11 de 2024
Timonel del gremio, Fernando García, valoró anuncios como la modernización y gratificación a las policías para hacer frente a la inseguridad, y la promesa de rebajar en un 30% los plazos de tramitación de permisos ambientales, pero alertó por la falta de realismo en cuanto a los incentivos que necesita el sector privado para lograr su reactivación.
Su desazón por el “poco realismo y desconocimiento de la situación que enfrenta hoy la industria nacional” expresó el presidente de ASIMET, Fernando García, luego de escuchar la cuenta pública del Primer Mandatario en el Congreso Nacional. Específicamente, el dirigente gremial se refirió al anuncio del proyecto de negociación ramal, “que viene a ser como el tiro de gracia para nuestra industria, que ya debemos afrontar y ajustarnos a otras leyes como el aumento del salario mínimo y la ley de 40 horas. En este escenario, es difícil acoger el llamado del Presidente a los empresarios a ser optimistas si se anuncia una negociación ramal que atenta contra la competitividad de la industria”.
En ese sentido, agregó que el gremio esperaba una postura más enérgica y decidida en materia de incentivos para aumentar los índices de productividad del país, cuya tendencia de desaceleración se ha agudizado en la última década: “Como sector manufacturero, nuestra principal preocupación es el estancamiento de la productividad que exhibe Chile en los últimos 15 años. En su primera cuenta pública al país el Presidente Boric prometió aumentar la productividad en un 1,5%, pero ya vimos que en 2023 esta cifra volvió a contraerse en alrededor de un 2%. No estamos logrando repuntar en materia de productividad y se hace evidente la necesidad de generar medidas para impulsarla, principalmente en materia de eficiencia laboral. La productividad es el factor clave para que el país pueda alcanzar un crecimiento de largo plazo. señaló García.
En este contexto, agregó que el Gobierno debe reconocer que la economía está estancada y tomar medidas concretas para revertir la situación, principalmente en cuanto a la generación de nuevos empleos de calidad, que son los que otorgan los sectores productivos, y que es la necesidad inmediata que tiene hoy el país. “Los empleos anunciados hoy provienen del sector público, que generan más gasto para el Estado, y no van en la dirección correcta de fortalecer al sector privado para que tenga las espaldas para otorgar más puestos de trabajo”, sostuvo.
El presidente de ASIMET señaló también su preocupación por el estrés fiscal que exhibe Chile en la actualidad, cuyo manejo a futuro no fue abordado por el Mandatario. “La deuda pública al primer trimestre de este año supera el 40% del PIB. Este es un problema serio que no está en el debate político ni lo mencionan las autoridades económicas. La pregunta entonces es cómo se va a abordar este déficit para que el Estado pueda seguir cumpliendo con sus compromisos y cómo se pagará esta deuda que viene creciendo año a año”.
El presidente de ASIMET se refirió también a la importancia que le da este Gobierno a la concreción del pacto fiscal, que si bien es un factor relevante que incide para lograr una buena administración, no es la solución más eficiente para afrontar los problemas que tienen los países: “Escuchamos hoy que en la medida que se logre aprobar el pacto fiscal el país podrá solucionar sus problemas. Eso es una gran falacia. Para mejorar la vida de las personas, y otorgarles bienestar, el único camino y el más eficiente es con crecimiento e inversión”, aseguró.
Finalmente, García valoró anuncios como la modernización y gratificación a las policías para hacer frente a la inseguridad, y la promesa de rebajar en un 30% los plazos de tramitación de permisos ambientales.
A través de una declaración pública, el gremio señaló que “la primera y principal condición para que las personas puedan ejercer su derecho al trabajo es la libertad, y lamentablemente, hoy ese derecho lo estamos perdiendo”.
La Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, ASIMET, expresó su dolor y consternación por los crímenes cometidos contra los agricultores Raúl Cid y Francisco Mora, que fueron asesinados durante una emboscada mientras se movilizaban en un camión en la Región de O´Higgins. “Estos condenables sucesos vinculados al crimen organizado nos obligan como gremio a alertar al país que estamos frente a un escenario que amenaza seriamente la estabilidad del tejido social y económico del país”, señala la declaración pública que emitió el gremio, firmada por su presidente Fernando García.
En el texto, ASIMET recalca su intención de nombrar a las víctimas como Raúl y Francisco, “porque nos negamos a que, como muchos otros chilenos, pasen a formar parte de una lista de asesinados sin rostro, cuyas muertes pareciera que como sociedad nos estamos acostumbrando a dejar en el anonimato. Es una manera cruel e injusta de naturalizar uno de los peores dramas que está impactando el diario vivir de los habitantes de Chile”, acota la declaración.
Luego, agrega que la primera y principal condición para que las personas puedan ejercer su derecho al trabajo es la libertad: “Lamentablemente, hoy ese derecho lo estamos perdiendo. ¿En qué momento pasamos de ser un país confiable y seguro a otro en que nos sentimos vulnerables y temerosos de salir a la calle por temor a ser asesinados?”.
Más adelante, el documento señala que llegó el momento de decir basta. “Basta a la impunidad y al miedo de perder nuestro derecho a ser libres y emprender. Es por ello que hacemos un enérgico llamado a nuestras autoridades para que actúen de manera decidida y radical en la lucha contra estos delitos tan deleznables, para que los chilenos podamos volver a vivir en un país seguro, confiable y pacífico, como aquel del que nos enorgullecíamos hace algunos años”.
Finalmente, la declaración de ASIMET hace un llamado al Gobierno, al Congreso, al Poder Judicial y a la clase política a actuar con prontitud, determinación y firmeza para garantizar el Estado de Derecho y velar por la protección de todos los ciudadanos. “Solo así será posible construir un entorno propicio para el progreso y generar contextos favorables a la inversión y el crecimiento, pero, por sobre todo, alcanzar la libertad, tranquilidad y confianza en que merecemos vivir y desarrollarnos todos los habitantes del país”.
“Están paradas esperando a las manos que decidan hacer andar. La neblina las rodea y las oxida y ya piensan en petrificar”. La emblemática canción de Los Prisioneros de los años 80 evidenciaba con estas frases la precaria situación que enfrentaba la industria nacional en ese entonces. Aunque hoy las circunstancias políticas y económicas están lejos de ser las mismas, y la manufactura nacional y sus empresarios han luchado con tesón para mantenerse activos, no es aventurado concluir que aquellos versos escritos por jóvenes músicos hace casi 40 años siguen en gran parte vigentes.
El cierre de varias empresas manufactureras el año recién pasado y la grave crisis que afecta a la siderúrgica Huachipato nos hablan de la difícil situación que enfrenta hace décadas el sector industrial manufacturero chileno, y de los esfuerzos que deben hacer sus gestores para mantenerse activos.
Las expectativas para 2024 tampoco son alentadoras, principalmente porque la inversión esperada sigue a la baja. ¿Por qué el sector industrial, que es el que otorga más y mejores empleos, que impulsa la innovación y el avance tecnológico, que permite a los países diversificar sus fuentes de ingreso y que conlleva mejoras en la productividad -que lleva 15 años de crecimiento nulo en Chile- no ha estado en la mira de los gobiernos desde hace al menos cuatro décadas?
Ningún país ha alcanzado el desarrollo sin una industria manufacturera robusta, y en esas estrategias las políticas públicas y las alianzas público-privadas juegan un rol clave. ¿Cómo conversa el Pacto Fiscal que plantea el ministro de Hacienda con el necesario impulso al sector industrial que requiere el país para recuperar el crecimiento?
Como ASIMET esperamos que la decisión de promover a la manufactura no llegue demasiado tarde, para que, como rezaba la canción ochentera, no tengamos que lamentarnos “de cuando vino la miseria… los echaron y dijeron que no vuelvan más”.
Fernando García L.
Presidente ASIMET
Por David Villaseca
Gerente del Programa de Innovación en Manufactura Avanzada (IMA+)
La revolución tecnológica que estamos viviendo impactará de manera brutal la actividad económica mundial en todas las industrias. Hoy ya vemos cómo las empresas relacionadas a manufactura, transporte, minería, alimentos, servicios, energía, entre otras, están replanteando su forma de operar para poder dar respuesta a las demandas existentes. El plazo final para los cambios llegará más temprano que tarde, y es necesario estar preparados. Algunos países han tomado la delantera por sobre otros. Pero, finalmente, todos tendremos que incorporarnos a la nueva forma de hacer negocios. Y quien no lo haga, quedará en una posición económica muy disminuida.
Las revoluciones tecnológicas generan un proceso de transformación y, como todo cambio, involucra destrucción y creación. Se destruye aquello que queda obsoleto, puesto que no puede competir con aquello que es nuevo, y tanto las personas, como las empresas y los países deben transitar entre la obsolescencia y lo novedoso, generando un proceso de cambio difícil de gestionar y de alto riesgo de fracaso; pero que de lograrse consigue frutos directos altamente rentables y genera un ecosistema de crecimiento.
Las empresas deben, por tanto, acelerar su transformación incorporando tecnologías a sus procesos productivos y también desarrollando nuevas propuestas de valor materializadas en bienes y servicios asociados a modelos de negocio que reemplacen a los actuales. La buena noticia es que no están solas. En este camino pueden recurrir a las universidades chilenas como fuente de conocimiento, formación de profesionales y desarrollo tecnológico. Por su parte, las Universidades también deben adecuarse en materia administrativa y social para dar respuesta concreta a los requerimientos y desafíos que les planteen las empresas e introducirse en la aventura de la revolución. Algunas, ya lo están haciendo y con fuerza.
En el Programa de Innovación en Manufactura Avanzada (IMA+) nos hemos propuesto poner a disposición nuestras capacidades para dar respuesta a las necesidades concretas de la industria nacional. No se trata de desarrollar tecnologías ideadas en la seguridad de un laboratorio, sino de establecer una comunicación bilateral con las empresas para entender de manera profunda cuáles son sus problemas, necesidades y desafíos; lo que luego permite generar propuestas que apunten a aumentar sus competencias y competitividad, finalizando en una dinámica de co-creación en la que las empresas tienen un rol central en aportar información sobre uso de sus recursos, cuál es la situación actual y cómo debiera ser el diseño de los productos o servicios para que se ajusten a sus expectativas.
Las conversaciones en el Programa IMA+ siguen teniendo la profundidad técnica y científica que caracteriza a las universidades que lo conforman, pero también hablamos de beneficios, modelos de negocios, diferenciación o segmentación. Entendemos que nuestros desarrollos deberán incorporarse al mercado en una dinámica competitiva donde habrá otros productos que intentarán resolver esas mismas necesidades, y la única forma en que generemos impacto será entregando más beneficios a los usuarios finales.
La revolución tecnológica está sucediendo y las empresas y universidades que colaboren tendrán mayor oportunidad de triunfar, para ello deberán entender a sus partners; lo que buscan, cómo operan, su lenguaje, debilidades y fortalezas. Desde el Programa de Innovación en Manufactura Avanzada decidimos tomar ese camino y esperamos que muchos más lo hagan, por lo que la invitación es a sumarse y crecer juntos.
El presidente del gremio, Dante Arrigoni, señaló que la norma que finalmente se aprobó “sin duda que es mucho mejor a la iniciativa planteada originalmente. El factor de gradualidad para poder prepararnos al nuevo ajuste, y que era un tema que nos preocupaba, felizmente fue acogido, y es así que tendremos el tiempo necesario para adaptarnos”, sostuvo.
La Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, ASIMET, valoró que el proyecto de ley de 40 horas laborales haya sido aprobado con las mejoras planteadas por el sector productivo: “Sin duda que es mucho mejor a la iniciativa planteada originalmente. El factor de gradualidad para poder prepararnos al nuevo ajuste, y que era un tema que nos preocupaba, felizmente fue acogido, y es así que tendremos el tiempo necesario para adaptarnos”, sostuvo el presidente del gremio, Dante Arrigoni.
Al respecto, explica que en el rubro metalúrgico metalmecánico trabajan colaboradores con jornadas ordinarias y jornadas excepcionales (continuas). En estas últimas, operan personas que demoran hasta 3 años en capacitarse, porque son oficios que se perfeccionan in situ y en el tiempo. Por lo mismo, esos colaboradores no son fáciles de reemplazar. “Con esta ley las empresas de nuestro sector tendrán que aumentar su dotación de colaboradores, y es por eso que el factor tiempo es clave para poder capacitar a los nuevos trabajadores”, indica.
Agrega que, en el tema de las compensaciones, el proyecto también se abrió a que estas fueran pecuniarias, es decir, cambiar los días de descanso por compensación económica. “Por experiencia, los colaboradores de nuestro sector en su mayoría prefieren la compensación económica, por lo tanto, en ese aspecto también consideramos que hubo un avance positivo”.
No obstante, el dirigente gremial alerta que este ajuste significara, por concepto de contratación de nuevas personas, un aumento en los costos de aproximadamente un 10%. “Si a esto le sumamos un aumento del 6% por parte del empleador que está indicado en el proyecto de ley de pensiones, significa un 16% de aumento en los costos relacionados a mano de obra, cifra que generará un alto impacto en las empresas y que no todas serán capaces de resistir. Esto es relevante cuando la industria nacional compite contra importaciones que no están sujetas a las mismas presiones de costo e, indudablemente, impacta la competitividad de la industria local, que en definitiva es la que da empleos en Chile”, señala.
Finalmente, Arrigoni enfatiza que este tipo de iniciativas deben ir necesariamente acompañadas de otras medidas para compensar el impacto que pueden generar, “y que en este caso debe ser la implementación de una estrategia que busque aumentar nuestra productividad, porque Chile, según el ranking de la OCDE, se ubica dentro de los 10 países menos productivos de ese grupo”, concluye.
La Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, Asimet, expresa su profundo dolor y consternación por el asesinato del cabo Daniel Palma Yáñez, que se suma a los violentos crímenes en circunstancias similares de otros funcionarios de carabineros en el último tiempo. Seis carabineros asesinados en los últimos 11 meses y tres en solo 23 días no nos pueden dejar indiferentes como sociedad.
Nuestro dolor y consternación no les devolverá la vida a estos mártires, pero sí nos debe llevar a ser enfáticos en exigir para nuestro país acciones resueltas y severas para el restablecimiento de la seguridad ciudadana.
Como gremio queremos expresar nuestra solidaridad hacia la institución de Carabineros, la que merece nuestro respeto, admiración y agradecimiento por la loable labor que realiza de protección y defensa de todos los chilenos. Esperamos que se haga justicia lo más pronto posible y que se aprueben a la brevedad los proyectos de ley que aumentan las facultades de sus funcionarios.
La paz social no solo es fundamental para el desarrollo pleno e integral de la vida de las personas, sino también es un elemento clave para el crecimiento productivo de los países.
Como ASIMET hacemos un llamado a las autoridades de Gobierno, a los parlamentarios, a los líderes políticos, a los gremios empresariales y a toda la sociedad en general para unirnos en una sola gran voluntad que nos impulse a trabajar unidos en la consecución de un anhelo que cada día se hace más urgente: recobrar la seguridad para los chilenos y volver a ser un país cuyos habitantes pueden vivir y desarrollarse en paz.
Por David Villaseca
En septiembre pasado se publicó el Índice Global de Innovación de la World Intellectual Property Association, con el que se construye el ranking de innovación por países a partir de una serie de indicadores de cada economía. Según este ranking, Chile lidera la región de América Latina, seguido por Brasil y México, debido principalmente a la fortaleza de sus instituciones y el respeto al estado de derecho.
Pero en el ámbito global, Chile ocupa la posición número 50, y respecto de los países con ingresos per cápita similares, ocupa la posición número 40. Sumado a esto, de acuerdo a la OECD, Chile invierte sólo el 0,35% del PIB en I+D, superando sólo a México (dentro de la OECD), mientras que otros países como Finlandia, Nueva Zelanda y Grecia, invierten el 2,8%, 1,4% y 1,2% de sus respectivos PIB, por dar algunos ejemplos.
Más aún, en el ámbito de los commodities, tenemos desventajas competitivas importantes en comparación con países asiáticos, quienes han venido penetrando nuestros mercados con fuerza.
Todo lo anterior hace pensar que puede ser una buena idea innovar para generar nuevos productos diferenciados y obtener mayores márgenes. ¿Pero cómo hacemos innovación?
La innovación, entendida como el desarrollo e introducción al mercado de nuevos bienes o servicios, es una actividad compleja, que involucra generación de nuevas ideas, colaborar con instituciones de I+D y diseñar nuevas estrategias de negocio, y en cada una de sus actividades conlleva riesgos que pueden ser difíciles de asumir, por lo que requiere, por parte de la dirección de la empresa, compromiso, convicción y resiliencia.
¿Cómo podemos lograr esto? Identificando oportunidades de negocio. Desde el punto de vista del negocio, no hay como un prospecto esperando por un nuevo producto, o con un problema que no puede resolver y por el que está dispuesto a pagar una buena recompensa.
La exploración de mercados para la innovación es un gatillante de nuevos negocios, a partir de la observación de las operaciones de los clientes. En la observación del usuario final se detectan sus problemas y se generan ideas de soluciones que pueden convertirse en el próximo producto estrella de la compañía. Para ello, hay metodologías que pueden apoyar el proceso disminuyendo el riesgo y aumentando la efectividad de la exploración, la que debe finalizar una oportunidad de mercado caracterizada a través del problema del cliente, la cuantificación y segmentación del mercado, el diseño conceptual de la solución y la evaluación del negocio.
Con este punto de partida, se generan incentivos para que los directivos de la empresa se comprometan con un proceso innovador que conlleva la promesa de mayores ventas, crecimiento y subsistencia de la compañía.