La economía de China ha protagonizado una impresionante recuperación tras la parálisis de COVID-19 a principios de año.
En noviembre, la producción de las fábricas de China creció al ritmo más rápido de los últimos 20 meses, ya que la reactivación del gasto de los consumidores y la relajación gradual de las restricciones de COVID-19 en los principales socios comerciales aumentaron la demanda de los productos manufacturados del país.
El crecimiento de la producción industrial se aceleró hasta el 7,0% en noviembre en comparación con el año anterior, según datos de la Oficina Nacional de Estadística del martes. Esta cifra estuvo en consonancia con las expectativas de los analistas en una encuesta de Reuters y fue superior a la expansión del 6,9% de octubre.
La economía de China ha protagonizado una impresionante recuperación tras la parálisis de COVID-19 a principios de año, impulsada principalmente por las robustas exportaciones que han vuelto a encender las fábricas de la nación.
La campaña de promoción de ventas lanzada en noviembre por los gigantes del comercio electrónico de China también ha abierto las carteras de los consumidores, lo que ha dado un nuevo impulso a los pedidos de las fábricas pequeñas.
“La economía de China siguió acelerándose en todos los frentes en noviembre. Esperamos que la producción se mantenga por encima de la tendencia media en los próximos trimestres, incluso cuando el impulso de las medidas de estímulo y las exportaciones empiecen a disminuir”, dijo Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics, en una nota.
Las ventas al por menor aumentaron un 5% interanual, sin contar con la previsión de los analistas de un crecimiento del 5,2%, pero por encima del aumento del 4,3% en octubre.
Las ventas de automóviles tuvieron un crecimiento del 11,8% y las ventas de electrodomésticos crecieron un 5,1% en noviembre. Las ventas de equipos de comunicación subieron un 43,6%.
Fuente: La Tercera, diciembre 15 de 2020
En su último Informe de Política Monetaria del año, el ente rector abordó «la evolución menos favorable de las restricciones sanitarias» que han impactado en la recuperación.
En su cuarto y último Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, el Banco Central empeoró sus proyecciones de crecimiento para la economía de Chile respecto a sus estimaciones de septiembre. Lo anterior, en medio de un aumento de la movilidad tras el encierro provocado por la pandemia, pero también de restricciones sanitarias que persisten, retrasando la recuperación.
«La economía ha mejorado tras la fuerte contracción del segundo trimestre, y las medidas de apoyo a los hogares y al crédito han logrado limitar la amenaza que se cernía para el bienestar de la población y la solvencia de las empresas», expone el informe.
Sin embargo, agrega, «la prolongación de las restricciones sanitarias, la lenta recuperación de los rubros más afectados y las huellas que deja la crisis, han incidido negativamente en el dinamismo de la recuperación, afectando no solo a la demanda agregada, sino que también a la capacidad de respuesta de la oferta. Como resultado, la caída de la actividad este año será mayor que la prevista en septiembre».
Así, el Central estima que en 2020 el PIB del país retroceda entre 5,75% y 6,25%, peor que la caída de entre 4,5% y 5,5% que había pronosticado en septiembre pasado. Lo anterior, «pese a que los contagios han disminuido y la movilidad ha aumentado respecto de mediados de año», dado que «las mejoras de la actividad han sido más lentas de lo previsto».
En ese sentido, el IPoM hace explícita referencia al recién anunciado retroceso de la Región Metropolitana a la etapa 2 del plan «Paso a paso» y consigna que «puede retrasar en algo el proceso de recuperación de la economía», pero apunta que «también puede reducir el riesgo de acciones más drásticas a futuro».
Para 2021, el instituto emisor corrigió al alza sus proyecciones del repunte del PIB y estima que la economía crecerá entre 5,5% y 6,5%, por sobre el rango entre 4% y 5% que había proyectado en el IPoM pasado.
«La actividad continuará una gradual senda de recuperación en los próximos trimestres, y se sigue proyectando que sólo hacia el 2022 retornará a los niveles de septiembre de 2019. Esto considera que la evolución de la pandemia permitirá mantener niveles de movilidad mayores a los de mediados del 2020, y que durante el 2021 se avanzará en el proceso de vacunación, acorde con lo señalado por el Gobierno», expone el documento del Central.
Asimismo, sostiene que «el retiro de los ahorros previsionales tendrá un efecto relevante en el consumo y las actividades ligadas al comercio el próximo año. El estímulo fiscal seguirá siendo positivo, acorde con el presupuesto aprobado. La economía recibirá un impulso externo al mayor a lo previsto, con socios comerciales que en promedio crecerán 4,9% en el 2021-2022, y un precio del cobre que promediará US$3,15 la libra en ese lapso«.
En cuanto a 2022, el informe pronostica que la economía crecerá entre 3% y 4%, manteniendo sus proyecciones de septiembre y junio pasado.
La inversión caería 13% este año
El Banco Central también empeoró su estimación de caída de la inversión en 2020 y anticipó que la Formación Bruta de Capital Fijo anotará un retroceso de 13% este año, peor que la baja de 10,6% prevista en septiembre.
«(Al escenario central de proyecciones) se suma el aún elevado nivel de incertidumbre sobre la evolución de la situación sanitaria, el ritmo de crecimiento y su composición, así como los temores por la reaparición de episodios de violencia como los de fines del 2019»
Banco Central
«La inversión ha tenido una leve mejoría en lo más reciente, favorecida por la gradual reanudación de obras y faenas, aunque permanece más rezagada que lo anticipado. Tras caer 13% este año, para el 2021 se proyecta que aumente 7,3%«, expone el ente rector, pero agrega: «Esta proyección se encuentra sujeta a grados de incertidumbre más elevados que lo usual».
Lo anterior, dado que las encuestas de perspectivas, catastros, la evolución del precio del cobre y de los activos financieros «dan cuenta de antecedentes mixtos. Además, la situación financiera de las empresas, afectada por caídas de utilidades y mayor endeudamiento, podría limitar la capacidad de emprender nuevos proyectos».
Inflación y efecto del retiro del 10%
«El impulso al consumo de bienes transables por el retiro de ahorros previsionales provocó el alza de algunos precios en los últimos meses, llevando la inflación por sobre lo esperado», sostiene el IPoM respecto a lo que fue el primer retiro del 10%.
«El principal factor tras el aumento de la inflación en septiembre y octubre fue el efecto en el consumo de bienes provocado por el retiro de los fondos de pensiones (…). En torno a 0,5 puntos porcentuales de la inflación acumulada entre agosto y noviembre se explican por este componente»
Banco Central
Sin embargo, agrega, «estos aumentos de precios difícilmente repercutirán sobre la inflación a mediano plazo, dada la amplia brecha de actividad abierta por la pandemia. En efecto, la devolución en noviembre de varios de los incrementos de meses previos confirma el carácter volátil y transitorio de estas sorpresas».
Respecto al impacto del segundo retiro del 10%, «se considera que será menor que el del primero. En parte, esto responde a que la caída de ingresos provocada por la pandemia ya habría sido más que compensada por las medidas previas, y porque los recursos que podrían retirarse se concentran en los quintiles de ingresos más altos (y que tienen menos incentivos a utilizarlos para consumo».
Con todo, el ente rector anticipa que la inflación anual fluctúe en torno a 3% por varios trimestres, consolidándose su convergencia a la meta durante el 2022. «Este escenario asume que la reposición de stocks eventualmente normalizará la oferta de bienes y que la gradual reapertura de la economía aumentará la oferta de servicios».
Respecto a la Tasa de Política Monetaria (TPM), el IPoM subraya que seguirá en su nivel mínimo durante «gran parte del horizonte de política monetaria de dos años». Asimismo, apunta que las medidas no convencionales continuarán en aplicación. De igual forma, el ente rector destaca que «existen escenarios de sensibilidad, donde la evolución de la situación macroeconómica podría significar ajustes al impulso monetario«.
Fuente: Emol economía, diciembre 09 de 2020
Carta:
Señora Directora:
El alza del precio del cobre es una muy buena noticia para Chile. Hay quienes incluso hablan de un nuevo súper ciclo del metal rojo. Esta tendencia no puede llegar en mejor momento, pero espero que no eche por tierra los esfuerzos que nuestro gremio y otros han desplegado para evidenciar que el desarrollo económico de un país no puede basarse sólo en la exportación de commodities, lo que en el caso de Chile le significó quedar rezagados en cuanto a transformación tecnológica, innovación y conocimiento para otras industrias que agregan valor y diversifican la matriz productiva.
El sector industrial en el mundo enfrenta cambios estructurales tanto en su oferta como en su demanda. La producción es más compleja y con un mayor valor agregado, con cambios tecnológicos que permiten una mayor precisión y una producción más eficiente. Los consumidores buscan productos personalizados y tienen una mayor conciencia del impacto ambiental de la producción.
Chile necesita una estrategia industrial que establezca un ambiente competitivo, reduzca barreras regulatorias, incentive la inversión en tecnología y disminuya los costos de producción. Este sector ha sido históricamente uno de los que más impacta en la calidad de vida de los chilenos. Esperamos que las autoridades económicas así también lo consideren.
Dante Arrigoni C.
Presidente de ASIMET
Fuente: Cartas al Director de Diario Financiero, diciembre 04 de 2020
El Banco Central entregó este martes el Imacec correspondiente al décimo mes del año.
La economía chilena cayó 1,2% en octubre de 2020, en comparación al mismo mes del año pasado, según el Índicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) dado a conocer hoy por el Banco Central.
La cifra no cumplió con las expectativas del mercado, que esperaba que el décimo mes del año marcara el primer dato positivo desde febrero (3,3%), acumulando así ocho meses consecutivos de retrocesos. Eso sí, esta ha sido la menor caída desde el inicio de la pandemia y la segunda consecutiva por debajo de los dos dígitos.
Sin embargo, la base de comparación era baja, y es que en octubre de de 2019 -en medio del estallido social- la economía del país se contrajo 3,9%, de ahí gran parte del optimismo del mercado para este Imacec, donde algunos analistas incluso hablaban de que podía anotar un alza de hasta 3%.
En tanto, según lo informado por el Central, la serie desestacionalizada en el Imacec de octubre de 2020 disminuyó 0,5% respecto del mes precedente y cayó 0,9% en doce meses. El mes registró un día hábil menos que en el mismo mes de 2019.
Además, añadió que «el resultado del Imacec se vio impactado por los efectos de la emergencia sanitaria asociada al covid-19, que influyó en la movilidad de las personas y el normal funcionamiento de establecimientos productivos».
En este contexto, las actividades que explicaron la caída fueron los servicios y la producción de bienes, con disminuciones de 4,9% y 1,3%, respectivamente. En contraste, el comercio creció 17%, contribuyendo positivamente al resultado.
En tanto, la caída del Imacec desestacionalizado fue explicada por el desempeño de los servicios, compensado parcialmente por la producción de bienes.
Análisis del Imacec por actividad
De acuerdo con el análisis del Imacec por actividad que realizó el Banco Central, el menor desempeño de la producción de bienes fue explicado por «la agrupación resto de bienes, que anotó una disminución de 8,1%, asociado a la caída de la construcción».
«Compensaron parcialmente el resultado anterior, la industria manufacturera y la minería con alzas de 4,9% y 1,6%, respectivamente. Acorde con cifras ajustadas por estacionalidad, la producción de bienes exhibió un aumento de 3,1% respecto del mes anterior. Resto de bienes y, en menor medida, la industria manufacturera impulsaron este resultado, mientras que minería cayó», añadió.
En cuanto al comercio, señaló que «el crecimiento de la actividad comercial fue impulsado por todos sus componentes, siendo el comercio minorista el de mayor dinamismo. Consistente con lo anterior, el comercio mostró un aumento de 0,9% respecto del mes precedente, acorde a cifras desestacionalizadas».
Mientras que respecto a servicio, el ente rector indicó que «destacaron las caídas de restaurantes y hoteles, transporte y educación. Asimismo, cifras desestacionalizadas dan cuenta de una caída de 3,3% respecto al mes anterior».
En línea con lo anunciado el pasado 3 de noviembre, la nota publicada por el Banco Central esta mañana es la primera publicación del nuevo desglose del Imacec, que considera agrupaciones de producción de bienes, comercio y servicios.
Fuente: Emol economía, diciembre 01 de 2020
De acuerdo a lo informado por el INE esta mañana, dos de los tres sectores que componen el Índice de Producción Industrial presentaron incrementos en el décimo mes del año.
El Índice de Producción Industrial (IPI) anotó en octubre su segunda alza consecutiva y registró su mejor dato desde febrero de este año. Así, según informó esta mañana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el índice aumentó 3,5% en doce meses, luego de que dos de los tres sectores que lo componen presentaran incrementos en el décimo mes del año.
El Índice de Producción Manufacturera (IPMan) fue el que más influyó en el resultado, al anotar un aumento de 6,2% en doce meses e incidir 2,810 puntos porcentuales (pp.) en el IPI. Lo anterior, explicado según la entidad, en gran medida, por el aumento interanual de 6,8% en la elaboración de productos alimenticios, que incidió 2,218 pp. en la variación del IPMan.
El Índice de Producción Minera (IPMin) anotó un incremento interanual de 1,9% e incidió 0,853 pp. en el IPI. Esto, dijo el INE, como consecuencia de la mayor actividad registrada en dos de los tres tipos de minería que lo componen. La minería metálica creció 2,2%, aportando 2,040 pp. a la variación del IPMin.
El Índice de Producción de Electricidad, Gas y Agua (IPEGA) se contrajo 1,1% en relación con octubre de 2019 e incidió -0,117 pp., debido a que gas se contrajo 15,6%, incidiendo -1,755 pp. en la variación del IPEGA.
Comercio
En tanto, en octubre, el Índice de Actividad del Comercio a precios constantes creció 15,4% en doce meses, acumulando una disminución de 5,8% al décimo mes del año. El resultado se explicó por el aumento observado en las tres divisiones que componen este índice.
19,6% creció el Índice de Actividad del Comercio al por Menor
Comercio al por menor, excepto el de vehículos automotores y motocicletas (división 47) fue la que más aportó al incremento del IAC a precios constantes, al anotar un alza de 18,2% e incidir 7,039 puntos porcentuales (pp.). Esto se debió, principalmente, a la contribución de otras actividades de venta al por menor en comercios no especializados, clase 4719 (6,243 pp.).
Comercio al por mayor, excepto el de vehículos automotores y motocicletas (división 46) aumentó 11,4% en doce meses, incidiendo 5,609 pp. en la variación del índice, mientras que comercio al por mayor y al por menor y reparación de vehículos automotores y motocicletas (división 45) creció 22,8% con una incidencia de 2,785 pp.
Por su parte, el Índice de Ventas de Supermercados (ISUP) a precios constantes presentó un crecimiento de 15,6% en doce meses, acumulando una variación de 3,9% al décimo mes del año. La serie desestacionalizada y corregida de efecto calendario anotó una contracción de 1,1% respecto al mes anterior y un alza interanual de 12,3%.
Fuente: Emol economía, noviembre 30 de 2020
«Si todo sigue en la misma senda de estos últimos tres meses, la tendencia es que estamos viendo una recuperación del mercado laboral», dijo la directora de la entidad en la presentación de los datos.
La tasa de desempleo del trimestre agosto-octubre alcanzó el 11,6% y los desocupados se mantuvieron por sobre el millón de personas, según el informe dado a conocer hoy por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Sin embargo, el dato representa una tercera caída consecutiva a nivel de trimestre móvil.
Así, la tasa se ubicó por debajo del 12,3% anotado en el trimestre julio-septiembre y del 12,9% registrado en junio-agosto. Asimismo, el registro dado a conocer hoy se ubicó por debajo de las expectativas del mercados, el cual, según una encuesta realizada por Bloomberg, esperaba que se el porcentaje se posicionara en 11,7%.
De acuerdo al INE, el 11,6% anotado en el trimestre analizado significa un incremento de 4,5 puntos porcentuales en doce meses, producto de las reducciones de la fuerza de trabajo en 10,5% y de los ocupados en 14,8%.
Por su parte, los desocupados aumentaron 45,1%, incididos únicamente por los cesantes (53,0%). Según sexo, por quinto período consecutivo en la serie, la tasa de desocupación de hombres (11,8%) es mayor a la de mujeres (11,2%).
En cifras, la fuerza de trabajo alcanzó los 8,6 millones de personas y los ocupados los 7,6 millones. Asimismo, los ocupados informales fueron 1,9 millones en el trimestre analizado y los desocupados fueron 1.003.910 personas. Por su parte, los inactivos se ubicaron en 7 millones.
«Ya vemos una tendencia a la baja en la tasa de desocupación y vemos que en este ultimo trimestre los empleos aumentaron en alrededor de 300 mil personas ocupadas, pero hay que tener mucho ojo en esta gran población que tenemos todavía en la fuerza de trabajo potencial», dijo la directora del INE, Sandra Quijada.
En ese sentido, profundizó que «hay mucha gente ahí que en algún momento va a salir a buscar empleo y podría presionar la tasa de desocupación. Pero si todo sigue en la misma senda de estos últimos tres meses, la tendencia es que estamos viendo una recuperación del mercado laboral«.
Ocupados y ocupados ausentes
En doce meses, la estimación del total de ocupados decreció 14,8%, incidida tanto por las mujeres (-17,7%) como por los hombres (-12,6%). Por su parte, debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo, los ocupados ausentes, que representaron el 11,7% del total de ocupados, crecieron 47,9%, equivalente a 290.643 personas.
Fuente: Emol Economía, noviembre 27 de 2020
Sector creció durante julio, agosto y septiembre de 2020 un 0,3% respecto del segundo trimestre, lo que, según el presidente de ASIMET, “es el inicio de una tendencia de recuperación para el próximo año.
El presidente de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, ASIMET, Dante Arrigoni, informó hoy que el sector creció un 0,3% durante el tercer trimestre de este año, en comparación a los tres meses anteriores, “lo que consideramos es el inicio de una tendencia de recuperación para el 2021”, sostuvo.
Arrigoni hizo las declaraciones durante un encuentro virtual que sostuvieron los empresarios del gremio con el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas, quien se refirió al rol de esta entidad en la reactivación de la industria manufacturera.
El dirigente gremial agregó que la proyección que hace esta industria respecto del crecimiento para 2021 es de un 8%, según una encuesta realizada a las empresas socias de ASIMET. Esta cifra está muy por sobre la estimación de los niveles de producción con que el sector estima que cerrará este año, que oscila entre un -6% y un -8%.
Según indicó Arrigoni, este mayor optimismo se fundamenta en señales concretas del mercado, como los proyectos de inversión por US$ 70.250 millones que la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS) tiene en cartera para los próximos cinco años, y la reactivación de obras en el área de la construcción. “Esto hace prever una mayor demanda de productos del sector metalúrgico-metalmecánico en los meses venideros, lo que sumado a las expectativas de contar pronto con una vacuna para el COVID 19 mejoran las expectativas de un retorno a la normalidad en la actividad y la demanda”, sostuvo.
El timonel de ASIMET destacó que dentro de los subsectores que componen esta industria el de Fabricación de maquinaria de uso especial tuvo un desempeño excepcional, con un crecimiento al mes de septiembre de un 33,1%. Este resultado tiene su origen en una mayor demanda por maquinaria para la explotación de minas y canteras y para obras de construcción.
En relación al empleo, el presidente de ASIMET señaló que también hay señales de reactivación, si se considera que en la industria manufacturera se han recuperado aproximadamente 43 mil plazas de trabajo al mes de septiembre, respecto al mes de julio de 2020.
Comercio Exterior
Dante Arrigoni, dio a conocer también resultados de comercio exterior de la industria. Es así que las exportaciones totales del sector al mes de septiembre de 2020 alcanzaron los US$ FOB 1.352 millones, lo que representa un retroceso de 16,8% respecto de similar periodo del año anterior.
Los principales destinos de las ventas externas fueron Perú, Estados Unidos, Brasil y Argentina, los que suman exportaciones por US$ FOB 503,2 representando el 55,1% de los envíos del sector metalúrgico-metalmecánico. Entre los productos con valor agregado exportados destacan alambre de cobre, aparatos respiratorios y máscaras anti gas, partes y accesorios de vehículos automóviles (principalmente cajas de cambio) y barras y perfiles de aceros aleados.
Las importaciones del sector, en tanto, registraron un descenso de 18,8% al mes de septiembre de 2020. China continúa siendo el principal origen de las importaciones de esta industria, con una cifra que alcanza a los US$ CIF 5.761 millones, lo cual representa el 35,9% del total de las importaciones metalúrgicas metalmecánicas.
Asimet, noviembre 26 de 2020
No hay dos miradas sobre cuál ha sido el impacto más severo de la crisis sanitaria: la fuertísima caída en la ocupación. En efecto, mientras en los nueve primeros meses del año el PIB registró una disminución de 7,9%, la ocupación lo hizo a un 12,5%, afectando en mayor medida a mujeres, con una caída del empleo de 14,6%, y a sectores de menor escolaridad, cuyo empleo ha caído casi un 20%, generando un retroceso importante en materia de pobreza y vulnerabilidad.
La prioridad debe ser entonces la generación de puestos de trabajo, especialmente enfocada en los sectores de menores ingresos, que son además los más afectados por el acelerado proceso de automatización que estamos viviendo. El problema está siendo enfrentado por las políticas públicas y en una forma que parece apropiada en esta coyuntura, a través de tres herramientas principalmente: el plan de protección al empleo, que sigue cubriendo a cerca de 750 mil trabajadores, el ingreso mínimo garantizado, que llega a algo más de 260 mil trabajadores, y los recientes subsidios al empleo, a través del plan “Regresa” pensado para aquellos trabajadores acogidos al plan de protección, y el plan “Contrata”, enfocado en nuevas contrataciones, que cuenta con un presupuesto de algo más de US$ 2.000 millones. Se suma a este esfuerzo el plan de inversión pública, con un aumento del presupuesto del MOP de más de 30% en términos reales. Sin duda, el esfuerzo de políticas públicas en el corto plazo es significativo.
Sin embargo, se requiere también un foco en una agenda más de mediano plazo, una vez superada esta emergencia, de tal manera de eliminar el componente asistencialista de los programas de empleo. No es sostenible una situación en que sea el Estado el que pague parte de los sueldos de los trabajadores, porque se terminan por dañar los incentivos a aumentar la productividad. Es muy llamativo que el presupuesto de capacitación laboral para 2021 sea algo más de US$ 100 millones, y estemos gastando más de 20 veces esa cifra en subsidios de empleo. En el mediano plazo la relación se debería revertir, con el objetivo clave de que las políticas públicas en materia laboral, más que “entregar pescado, enseñen a pescar”. De esa forma se contribuye en forma simultánea a lograr mejores ingresos laborales, contribuir a la productividad y aumentar la tasa de crecimiento económico.
Fuente: Diario Financiero, noviembre 25 de 2020
Mucho sigue siendo incierto para las empresas, la economía, la política nacional y las relaciones internacionales.
Columna de Martin Wolf
El Covid-19 ha tenido un impacto inmediato y masivo. Pero, ¿cómo afectará a largo plazo? Eso es mucho más difícil de decir. ¿Qué sabemos ya, después de 10 meses del Covid-19? Sabemos que el mundo estaba mal equipado para hacer frente a una pandemia.
Ha causado más de 1,1 millón de muertes en todo el mundo, principalmente entre los ancianos. Además, algunos países han reprimido la enfermedad con mucho más éxito que otros. Sabemos que el Covid-19 ha provocado una enorme recesión global, pero que ha estado lejos de ser igual en todos los países. Esto ha causado un daño económico particularmente grave a los jóvenes, las madres trabajadoras relativamente poco calificadas y las minorías vulnerables.
Sabemos que el “distanciamiento social”, en parte espontáneo y en parte forzado, ha dañado todas las actividades que dependen de la proximidad humana, al tiempo que ha beneficiado las que ayudan a las personas a quedarse en casa. Esto ha reducido los viajes. Sabemos que un gran número de empresas emergerán sobreendeudadas y muchas no surgirán en absoluto.
La intervención de las autoridades fiscales y monetarias no ha tenido precedentes en tiempos de paz, especialmente en países con monedas aceptadas internacionalmente. Sabemos, sobre todo, que el “juego de la culpa” de la pandemia ha desestabilizado las relaciones entre Estados Unidos y China. Más aún, la pandemia ha cuestionado la globalización, especialmente de las cadenas de suministro. ¿Cuáles son las posibilidades a más largo plazo? Aquí hay 10 aspectos:
1 El futuro de la pandemia: Es posible que una vacuna esté disponible muy pronto y que esté disponible en todo el mundo no mucho más tarde. Pero esta combinación parece poco probable. Si es así, la enfermedad seguirá siendo una amenaza durante mucho tiempo.
2 La permanencia de las pérdidas económicas: Esto depende en parte de qué tan pronto se controle la enfermedad, pero también de qué tan profundas sean las cicatrices, en particular, el impacto del desempleo, las deudas incobrables, el aumento de la pobreza, la educación interrumpida, etc. La economía mundial y la mayoría de las economías individuales probablemente se mantendrán más pequeñas y sus poblaciones también más pobres de lo que hubieran sido de otra manera.
3 La estructura de las economías: ¿Volverán a ser como eran antes del Covid-19 o dejaremos de viajar y de desplazarnos a las oficinas para siempre? Lo más probable es que sean ambos. Se reanudarán los viajes. También lo harán los desplazamientos. Pero es posible que no regresen del todo al estatus quo anterior al Covid. Hemos saltado a un nuevo mundo de participación virtual que no dejaremos. Esto cambiará para siempre algunos patrones de vida y trabajo.
4 El acentuado rol de la tecnología: Esto no se va a revertir. Al mismo tiempo, la centralidad de los gigantes tecnológicos ha aumentado el foco sobre su enorme influencia. Es probable que aumente la presión para regular los monopolios y aumentar la competencia, especialmente en el sector tecnológico.
5 El papel ampliado del gobierno: Las grandes crisis tienden a provocar un cambio radical en el papel del gobierno. Particularmente significativa es la presión para “reconstruir mejor”. Entonces, ¿es probable que los gobiernos sean permanentemente más intervencionistas que antes de la pandemia?
6 El desenlace de las intervenciones: Los bancos centrales están comprometidos con las tasas de interés “bajas durante mucho tiempo”. Siempre que los tipos de interés reales y nominales sigan siendo bajos, los gobiernos podrán gestionar sus propias deudas y ayudar a gestionar la reestructuración de las deudas de terceros. En algún momento, habrá que reducir los déficits fiscales. Dadas las presiones para el gasto, es probable que eso signifique impuestos más altos, especialmente para los “ganadores” ricos.
7 El efecto sobre la política interna: Algunos países han mostrado respuestas eficaces a la crisis, mientras que otros no. Que un país sea democrático no ha determinado esta diferencia. Parte de lo que la ha marcado es si el gobierno se preocupa por su efectividad. Los demagogos populistas, como Jair Bolsonaro, Boris Johnson y Donald Trump han tenido mal desempeño. Esto puede forzar un cambio en contra de su política de desempeño.
8 El impacto en las relaciones internacionales: Esta es una crisis verdaderamente global y una que sólo puede manejarse eficazmente con la cooperación global. Sin embargo, las tendencias en la dirección del unilateralismo y el conflicto internacional se han visto reforzadas por la pandemia. Hay muchas posibilidades de que esto empeore ahora, especialmente entre EEUU y China.
9 El futuro de la globalización: La globalización de bienes ya se había desacelerado después de la crisis financiera de 2008. Es probable que se ralentice aún más después del Covid-19. Es probable que el sistema multilateral se erosione aún más, especialmente la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las disputas comerciales entre Occidente y China no se resolverán. Al mismo tiempo, es probable que se acelere la globalización virtual.
10 La gestión de los bienes comunes globales: En esto, el Covid-19 es un arma de doble filo. Por un lado, está el creciente deseo de hacer las cosas mejor, no solo a nivel nacional, sino también a nivel mundial, especialmente en lo que respecta al clima. Por el otro, está la reducida legitimidad de los acuerdos internacionales, especialmente en EEUU, que se ha retirado del acuerdo climático de París y de la Organización Mundial de la Salud. El Covid-19 es un shock profundo. Se produjo después de la enorme disrupción de la crisis financiera mundial hace solo 12 años. Es seguro que tendrá importantes consecuencias a largo plazo para las empresas, la economía, la política nacional y las relaciones internacionales. Mucho cambiará. Podemos adivinar algo de eso. Mucho sigue siendo incierto.
Fuente: Diario Financiero, noviembre 23 de 2020
La industria se recupera pero esta distante de las condiciones operativas y financieras estables
La recuperación económica en los países de América Latina, ha sido muy variada entre sí, pero algo que es común es la resiliencia de los sectores consumidores de acero que, al ser un material esencial, no sólo está presente en la recuperación sino es uno de sus motores de crecimiento. En este contexto, la producción de acero llegó a niveles pre-pandemia acompañando una fuerte recuperación del consumo en todos los sectores, como lo es la construcción civil y automotriz, particularmente en Argentina y México
Si bien el resultado de la producción de acero crudo en septiembre, 4,686 millones de toneladas (Mt), representa una caída del 2,5% respecto a agosto, la disminución fue de sólo el 0,2% respecto a la cifra registrada en el mismo mes de 2019. En este período, la producción de altos hornos disminuyó 7,1% a 2,408 Mt con relación a agosto, mientras que la producción de hornos eléctricos alcanzó 2,278 Mt, un total 2,9% superior.
En cuanto a productos laminados, la producción en septiembre alcanzó un incremento del 4,6% en comparación al resultado de agosto, debido en gran parte al desempeño positivo en Brasil, México y Perú. El avance, sin embargo, no fue suficiente para contener el descenso interanual del 6,5%. La producción de tubos sin costura creció 7,3%, seguida por un incremento de 6,7% en la de planos y de 2,8% en los largos.
En agosto, el consumo de acero latinoamericano creció un 5,3% con relación a julio principalmente por el desempeño de México, Chile y Argentina, que registraron crecimientos de un 10,9%, 19,8% y 9,5%, respectivamente. Los productos planos explicaron el 47,3% de la recuperación, los productos largos 43,2% y tubos sin costura 9,5%. A causa de la pandemia, la reducción de inventarios para la preservación del flujo de caja fue una consecuencia directa de muchos productores de acero debido a la falta de un horizonte para que el mercado se reactivara.
Sin embargo, con el repentino aumento de la demanda, es necesario que las cadenas de valor se normalicen, se reorganicen y tengan tiempo para ajustarse. “La recuperación en los países de la región ha sido muy variada, lo que puede conducir a un retorno desigual a la normalidad y se requiere previsibilidad, sin pánico, por parte de los sectores consumidores para que las acerías puedan restablecer sus niveles operativos”, dijo Francisco Leal, Director General de Alacero.
En agosto, las 37 mil toneladas importadas respecto al mes anterior y las 58 mil toneladas de exportaciones menos hicieron que el déficit aumentara de 746 mil toneladas en julio a 841 mil toneladas en agosto. Sin embargo, en el año, tras una caída acumulada del déficit comercial de 15,7% hasta el momento, las importaciones cayeron en 2,710 Mt y las exportaciones en 1,068 Mt. Aunque sea una caída moderada, la baja en las exportaciones indica el reenfoque de la industria al consumo local y normalización de stocks.
A pesar de la mejoría relativa del mercado del acero, la industria se encuentra trabajando al 60% de su capacidad instalada, por arriba del 45% registrada en abril, pero distante de 80-85% necesario para trabajar en mejores condiciones operativas y financieras.
La situación actual de coyuntura nos indica que debemos estar atentos a la posible oleada de importaciones que pudieran llegar en condiciones de comercio desleal y causar distorsiones en la recuperación gradual de la demanda
El reto de corto plazo es espera mejores condiciones para que toda la cadena de valor pueda retomar sus actividades plenas. “Esta recuperación indica que tenemos más cerca que nunca la oportunidad de reindustrializar la región, integrando nuevas cadenas de valor basadas geográficamente más cerca de las materias primas y de los mercados”, añadió Leal.
Fuente: Alacero, noviembre 19 de 2020