«Si todo sigue en la misma senda de estos últimos tres meses, la tendencia es que estamos viendo una recuperación del mercado laboral», dijo la directora de la entidad en la presentación de los datos.
La tasa de desempleo del trimestre agosto-octubre alcanzó el 11,6% y los desocupados se mantuvieron por sobre el millón de personas, según el informe dado a conocer hoy por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Sin embargo, el dato representa una tercera caída consecutiva a nivel de trimestre móvil.
Así, la tasa se ubicó por debajo del 12,3% anotado en el trimestre julio-septiembre y del 12,9% registrado en junio-agosto. Asimismo, el registro dado a conocer hoy se ubicó por debajo de las expectativas del mercados, el cual, según una encuesta realizada por Bloomberg, esperaba que se el porcentaje se posicionara en 11,7%.
De acuerdo al INE, el 11,6% anotado en el trimestre analizado significa un incremento de 4,5 puntos porcentuales en doce meses, producto de las reducciones de la fuerza de trabajo en 10,5% y de los ocupados en 14,8%.
Por su parte, los desocupados aumentaron 45,1%, incididos únicamente por los cesantes (53,0%). Según sexo, por quinto período consecutivo en la serie, la tasa de desocupación de hombres (11,8%) es mayor a la de mujeres (11,2%).
En cifras, la fuerza de trabajo alcanzó los 8,6 millones de personas y los ocupados los 7,6 millones. Asimismo, los ocupados informales fueron 1,9 millones en el trimestre analizado y los desocupados fueron 1.003.910 personas. Por su parte, los inactivos se ubicaron en 7 millones.
«Ya vemos una tendencia a la baja en la tasa de desocupación y vemos que en este ultimo trimestre los empleos aumentaron en alrededor de 300 mil personas ocupadas, pero hay que tener mucho ojo en esta gran población que tenemos todavía en la fuerza de trabajo potencial», dijo la directora del INE, Sandra Quijada.
En ese sentido, profundizó que «hay mucha gente ahí que en algún momento va a salir a buscar empleo y podría presionar la tasa de desocupación. Pero si todo sigue en la misma senda de estos últimos tres meses, la tendencia es que estamos viendo una recuperación del mercado laboral«.
Ocupados y ocupados ausentes
En doce meses, la estimación del total de ocupados decreció 14,8%, incidida tanto por las mujeres (-17,7%) como por los hombres (-12,6%). Por su parte, debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo, los ocupados ausentes, que representaron el 11,7% del total de ocupados, crecieron 47,9%, equivalente a 290.643 personas.
Fuente: Emol Economía, noviembre 27 de 2020
No hay dos miradas sobre cuál ha sido el impacto más severo de la crisis sanitaria: la fuertísima caída en la ocupación. En efecto, mientras en los nueve primeros meses del año el PIB registró una disminución de 7,9%, la ocupación lo hizo a un 12,5%, afectando en mayor medida a mujeres, con una caída del empleo de 14,6%, y a sectores de menor escolaridad, cuyo empleo ha caído casi un 20%, generando un retroceso importante en materia de pobreza y vulnerabilidad.
La prioridad debe ser entonces la generación de puestos de trabajo, especialmente enfocada en los sectores de menores ingresos, que son además los más afectados por el acelerado proceso de automatización que estamos viviendo. El problema está siendo enfrentado por las políticas públicas y en una forma que parece apropiada en esta coyuntura, a través de tres herramientas principalmente: el plan de protección al empleo, que sigue cubriendo a cerca de 750 mil trabajadores, el ingreso mínimo garantizado, que llega a algo más de 260 mil trabajadores, y los recientes subsidios al empleo, a través del plan “Regresa” pensado para aquellos trabajadores acogidos al plan de protección, y el plan “Contrata”, enfocado en nuevas contrataciones, que cuenta con un presupuesto de algo más de US$ 2.000 millones. Se suma a este esfuerzo el plan de inversión pública, con un aumento del presupuesto del MOP de más de 30% en términos reales. Sin duda, el esfuerzo de políticas públicas en el corto plazo es significativo.
Sin embargo, se requiere también un foco en una agenda más de mediano plazo, una vez superada esta emergencia, de tal manera de eliminar el componente asistencialista de los programas de empleo. No es sostenible una situación en que sea el Estado el que pague parte de los sueldos de los trabajadores, porque se terminan por dañar los incentivos a aumentar la productividad. Es muy llamativo que el presupuesto de capacitación laboral para 2021 sea algo más de US$ 100 millones, y estemos gastando más de 20 veces esa cifra en subsidios de empleo. En el mediano plazo la relación se debería revertir, con el objetivo clave de que las políticas públicas en materia laboral, más que “entregar pescado, enseñen a pescar”. De esa forma se contribuye en forma simultánea a lograr mejores ingresos laborales, contribuir a la productividad y aumentar la tasa de crecimiento económico.
Fuente: Diario Financiero, noviembre 25 de 2020
Participación laboral femenina disminuyó 0,2 puntos el mes pasado, mientras que en los hombres creció 2,3 unidades en comparación con septiembre.
El mercado laboral sigue recuperando terreno tras el golpe que le generó el coronavirus y las medidas de confinamiento para controlar la pandemia. De acuerdo con el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, la cantidad de personas ocupadas en el país -como porcentaje de quienes pueden hacerlo- se ubicó en 46,8% en octubre.
Esto significó un alza de 1,8 puntos porcentuales frente a septiembre, lo que implicó la creación de 284 mil puestos de trabajos. De ellos, 204 mil fueron para hombres y sólo 80 mil para mujeres.
Comparado con el punto más bajo de julio, se han creado unos 722 mil puestos conforme al análisis del director del centro, David Bravo. Ello, según sus cálculos, equivale a una recuperación del 28% de lo perdido. Por género, se traduce en que 417 mil plazas han sido para hombres y 305 mil para mujeres.
Si bien todo ello da luces de una mejora, en octubre los ocupados llegaron a 7,34 millones de personas, lo que si se compara con igual mes de 2019 -considerando los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)-, se han perdido 1,6 millones de trabajos.
“La caída fue abrupta, la recuperación está siendo gradual”, enfatizó Bravo.
Un repunte de distinta magnitud
Por género, la tasa de ocupación en los hombres se recuperó 2,6 puntos respecto del mes anterior al ubicarse en 56,2%. En las mujeres subió un punto al situarse en 37,8%.
Con esto, tomando como referencia el peor registro de julio, significa que mientras los hombres han logrado recobrar el 30% de los puestos laborales destruídos, las mujeres sólo han avanzado un 26%.
Es así como en el décimo mes del año, en términos anuales los hombres exhiben una caída de 16,8% equivalentes a 876 mil personas menos, mientras que la de las mujeres fue de 20,5%, lo que corresponde a 784 mil ocupaciones menos.
La tasa de participación, que muestra el número de personas en la fuerza de trabajo expresado como porcentaje de la población en edad de poder hacerlo, se ubicó en 50,8%, lo que implicó un avance de un punto respecto a septiembre.
Este indicador revela que mientras en el caso de los hombres crece 2,3 puntos, en las mujeres cae 0,2 puntos con lo que se ubica en 61,4% y 40,6%, respectivamente.
En cuanto al segmento de personas inactivas, la consulta evidencia que en la última semana de octubre de las 886 mil personas que declararon que habían estado buscando trabajo si no nos encontráramos en la actual crisis sanitaria, el 57,4 % son mujeres.
“Sabemos que las condiciones objetivas para la recuperación del empleo femenino no están dadas”, advirtió Bravo.
En este sentido, reiteró que la suspensión de los establecimientos educacionales y de jardines infantiles son el principal obstáculo para la reinserción femenina.
“Hay un problema acá estructural y creo que vamos a necesitar una recuperación -como muchos han señalado- con enfoque de género”, cerró el economista.
Fuente: Diario Financiero, noviembre 18 de 2020
El fallo podría transformarse en un hito, pues es uno de los primeros por este factor durante la pandemia.
En marzo, cuando llegó la pandemia al país, la Dirección del Trabajo (DT) emitió un pronunciamiento que generó una serie de críticas por sus implicancias en materia laboral, al señalar que la decisión de la autoridad sanitaria de decretar cuarentenas y/o toques de queda podrían considerarse como situaciones de caso fortuito o de fuerza mayor. ¿Qué implicaba ello? Que el empleador quedaba liberado de algunas de las obligaciones que considera el contrato de trabajo, como pagar remuneraciones e indemnizar a trabajadores despedidos.
Y si bien luego se impidió a las firmas recurrir a esta causal debido al Covid-19 -a través de la Ley de Protección del Empleo-, de igual modo hubo firmas que la utilizaron antes de la que norma entrara en vigencia.
Así, algunos de esos casos llegaron a la justicia, la cual ya está entregando sus primeros fallos. Así ocurrió con Tulio San Martín, quien fue desvinculado por dicha causal tras desempeñarse por 10 años en el restaurante alemán Don Karl´s de Antofagasta.
En la demanda presentada por el trabajador, se señala que si bien la empresa se vio afectada por la cuarentena decretada por la autoridad -lo que significó la paralización de la firma-, “no puede considerarse que se trate de un hecho constitutivo de caso fortuito, toda vez que, en primer lugar, en caso alguno fue imprevisto”, ya que el Covid-19 estaba en la palestra desde fines de 2019.
Tras algunos meses de espera, el Juzgado de Letras del Trabajo de Antofagasta respaldó a San Martín y ordenó al restaurante el pago de la indemnización por 10 años de servicio; la sustitutiva del aviso previo y feriados proporcionales; entre otros.
Respecto a la figura del caso fortuito o fuerza mayor, la sentencia dice que los actos de autoridad decretados por el Estado, por sí mismos no hacen surgir esta figura, ya que “existen actividades económicas que no sólo no se han visto perjudicadas gravemente por la pandemia, sino que muy por el contrario, se han visto beneficiadas, como sucede con el comercio electrónico y artículos de primera necesidad, lo que ha sido un hecho público y notorio”, agregando que además la fuerza mayor es permanente en el tiempo.
Ante la resolución, el director del Grupo Laboral de AZ, Jorge Arredondo, afirmó que podría transformarse en un hito, ya que es una de las primeras sentencias respecto a los despidos por esta causa durante la pandemia.
“No existían pronunciamientos judiciales de este tipo, tomando además en cuenta la Ley de Protección del Empleo, a partir del 6 de abril prohibió los despidos por esta causal. Lo que hace el fallo del tribunal es ratificar que la fuerza mayor debe tomarse en consideración según la realidad concreta de la empresa, y en segundo término, que no pueden traducirse los riesgos asociados a la fuerza mayor exclusivamente en el trabajador, por tanto, debe tratarse de algo permanente en el tiempo, y además de una envergadura suficiente que implique la terminación de los servicios”, explicó.
Fuente: Diario Financiero, noviembre 17 de 2020
De acuerdo a lo informado por el INE, la tasa de desocupación anotó un segundo retroceso consecutivo respecto a los dos trimestres móviles anteriores.
La tasa de desempleo del trimestre julio-septiembre alcanzó el 12,3% en el trimestre julio-septiembre y los desocupados se mantuvieron por sobre el millón de personas, según el informe dado a conocer hoy por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Sin embargo, el dato representa una segunda caída consecutiva a nivel de trimestre móvil.
Así, la tasa se ubicó por debajo del 12,9% anotado en el trimestre junio-agosto y del 13,2% registrado en mayo-julio. Asimismo, el registro dado a conocer hoy se ubicó por debajo de las expectativas del mercados, el cual, según una encuesta realizada por Bloomberg, esperaba que se el porcentaje se posicionara en 12,8%.
De acuerdo al INE, el 12,9% anotado en el trimestre analizado significa un incremento de 5 puntos porcentuales en doce meses, producto de las reducciones de la fuerza de trabajo en 13,5% y de los ocupados en 18,2%.
Por su parte, los desocupados aumentaron 45,6%, incididos únicamente por los cesantes (54,4%). Según sexo, por cuarto período consecutivo en la serie la tasa de desocupación de hombres (12,8%) es mayor a la de mujeres (11,6%).
En cifras, la fuerza de trabajo alcanzó los 8,4 millones de personas y los ocupados los 7,3 millones. Asimismo, los ocupados informales fueron 1,7 millones en el trimestre analizado y los desocupados fueron 1.037.580 personas. Por su parte, los inactivos se ubicaron en 7,3 millones.
«Respecto de los trimestres anteriores se ve un leve aumento en los ocupados y en la tasa de participación, pero también se ve un aumento en la informalidad», advirtió la directora del INE, Sandra Quijada. También remarcó que si bien hay una leve mejoría en las cifras trimestrales, «tenemos que mirar este gran grupo de personas que todavía no está buscando trabajo y que podría presionar eventualmente la cesantía, lo que presionaría la tasa de desocupación».
Ocupados y ocupados ausentes
En doce meses, la estimación del total de ocupados decreció 18,2%, incidida tanto por los hombres (-16,2%) como por las mujeres (-20,9%). Por su parte, debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo, los ocupados ausentes, que representaron el 15,0% del total de ocupados, crecieron 69,7%, equivalente a 455.078 personas.
Respecto del impacto del covid-19 en el mercado nacional. Quijada profundizó que «en la indagación que realizamos en la encuesta tenemos 651 mil personas que se encuentran ocupados ausentes por alguna razón que se vincula al covid-19 y esto equivale a un 7,8% de la fuerza de trabajo y se destaca la categoría de de ocupados suspendidos que alcanza a las 491 mil personas».
Los hombres ocupados decrecieron 16,2%, influidos por construcción (-32,9%). En el caso de las mujeres ocupadas, estas se redujeron 20,9%, incididas principalmente por comercio (-24,9%).
Entonces, calculó, «si nosotros sumásemos estos ocupados ausentes relacionados con el covid-19 a la tasa de desocupación, alcanzaríamos alrededor de un 20,1% de desempleo«.
Respecto al desempleo en los sectores económicos, la contracción de los ocupados fue influida por comercio (-21,4%), construcción (-34,0%) y alojamiento y servicio de comidas (-46,2%), en tanto que por categoría ocupacional, los principales retrocesos se observaron en los asalariados formales (-10,9%) y en los trabajadores por cuenta propia (-28,7%).
La tasa de ocupación informal alcanzó 23,5%, descendiendo 3,9 pp. en doce meses. Asimismo, los ocupados informales disminuyeron 29,9%, incididos tanto por las mujeres (-34,0%) como por los hombres (-26,5%) y por los trabajadores por cuenta propia (-32,1%).
Fuente: Emol economía, octubre 30 de 2020
El ingreso mensual promedio a nivel nacional ascendió a $620.528 en 2019. Las regiones de Magallanes, Antofagasta y Metropolitana presentaron un ingreso medio por sobre el promedio nacional.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó la nueva versión de la Encuesta Suplementaria de Ingresos, con datos de 2019, revelando que el ingreso laboral promedio de la población ocupada en Chile fue de $620.528 neto mensual, mientras que el ingreso mediano llegó a $401.000 al mes, es decir, el 50% de quienes trabajan en el país percibieron ingresos menores o iguales a ese último monto.
Le medición que fue aplicada en el trimestre octubre-diciembre del año pasado, y según el INE, tiene como objetivo caracterizar los ingresos laborales de las personas ocupadas, así como los ingresos de otras fuentes de los hogares, a nivel nacional y regional.
INE: El 50% de los trabajadores del país percibió ingresos menores o iguales a $400.000 en 2018
Brecha salarial por género
Durante 2019, los ingresos medio y mediano de los hombres se ubicaron en $704.274 y $449.652, respectivamente, mientras que en las mujeres estos alcanzaron los $506.651 y $352.865, respectivamente. Esto implicó brechas de -28,1% en el ingreso medio y de -21,5% en el ingreso mediano, ambos en desmedro de las mujeres.
Al analizar cómo se distribuyen las personas ocupadas que ganan una cantidad igual o menor al ingreso mediano ($401.000), el 48,8% corresponde a mujeres, mientras que el 43,6% a quienes trabajan de manera informal. Considerando grupos de edad, la encuesta permite observar que el 10,8% son jóvenes entre 15 y 24 años y el 25,6% tienen entre 55 y más años.
El tramo de ingresos de $300.000 a $400.000 concentró un 19,7% de personas ocupadas, mientras que los tramos de $400.000 a $500.000 y de $200.000 a $300.000 concentraron un 13,4% y 12,3%, respectivamente.
En contraste, del total de personas ocupadas, un 14,3% recibió ingresos mayores a $1.000.000 y un 1,9% percibió ingresos mayores a $3.000.000.
Por categoría ocupacional, la población ocupada como «empleadores» percibió un ingreso medio mensual de $1.315.227, mientras que «asalariados públicos», «asalariados privados», «cuenta propia» y «personal de servicio doméstico» percibieron $899.039, $626.666, $357.950 y $269.735, respectivamente.
Ingresos regionales
Los ingresos medio de Magallanes, Antofagasta y Metropolitana fueron $816.074, $778.460 y $727.441, respectivamente, los que presentaron un ingreso medio por sobre el promedio nacional.
En tanto, los ingresos medianos de las regiones de Magallanes, Antofagasta, Aysén y Metropolitana fueron $550.000, $514.174, $450.000 y $449.652, respectivamente, los que presentaron un ingreso mediano por sobre la mediana nacional.
Ingresos de los hogares
A nivel nacional, los ingresos medio y mediano de los hogares (consideran los ingresos laborales de quienes integran el hogar más los de otras fuentes como rentas o arriendos) se estimaron en $1.214.681 y $849.343, respectivamente.
Con lo anterior, del total de hogares, el 68,5% percibió ingresos menores o iguales a $1.214.681, el 20,0% ingresos entre $500.000 y $750.000, mientras que el 6,3% ingresos mayores de $3.000.000.
Fuente: Emol economía, octubre 26 de 2020
Se trata de un cuestionario que todas las personas que se desempeñan de esta forma deben completar. Mutuales reiteran que es un aspecto clave para cumplir con la normativa.
A inicios de octubre, la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) comenzó a difundir un instrumento de autoevaluación del trabajo a distancia o teletrabajo, a raíz de la entrada en vigencia de las nuevas exigencias en materia de salud y seguridad que implica esta modalidad.
El documento -que fue resultado de una mesa de trabajo conformada por representantes de la Subsecretaría de Previsión Social, de la Dirección del Trabajo (DT), de los organismos administradores del Seguro de la Ley N°16.744 (mutuales) y la misma Suseso-, debe ser completado por todas las personas que se encuentran bajo sistema de teletrabajo, por lo cual la autoridad instruyó su difusión.
Pero ¿por qué es tan relevante? La intendenta de seguridad y salud en el Trabajo (Isesat) de la Superintendencia de Seguridad Social, Pamela Gana, dijo que se trata de un documento clave, ya que con él las empresas podrán “hacer una matriz de riesgos y así realizar un programa de prevención para este tipo de trabajadores/as”, lo cual es una exigencia de la normativa.
Su punto lo complementa Víctor Cantillana, subgerente de prevención de riesgos de la Mutual de Seguridad, quien agrega que a través de este texto el trabajador podrá informar a su empleador las condiciones en las cuales desempeñará su labor en teletrabajo.
“Este instrumento será el insumo inicial para que la entidad empleadora posteriormente evalúe el riesgo y defina cuáles serán las medidas de control necesarias, tanto desde la perspectiva de empresa como las que deberá cumplir el trabajador”, señala.
El cuestionario
El documento se divide en dos secciones. La primera, que contiene 18 preguntas, tiene el objetivo de identificar los peligros presentes en el puesto de trabajo específico.
Así, por ejemplo, considera preguntas sobre si el trabajador conoce o no las situaciones de emergencia de origen natural; o si la silla que se utiliza cuenta con las características necesarias para apoyar la espalda. Esta información deberá ser considerada en la elaboración de la matriz y del programa preventivo que diseñe la empresa.
La segunda parte, denominada “autoevaluación adicional”, incluye catorce interrogantes para la identificación de aquellos peligros que, si bien no son inherentes a las labores que el trabajador desempeña, deben ser conocidos por éste y podrán de manera optativa, ser considerados en la confección de la matriz y del programa preventivo. Como, por ejemplo, si el espacio de trabajo se encuentra limpio y ordenado.
¿Qué ocurre si el cuestionario arroja resultados negativos o insuficientes? El subgerente de sistemas de gestión preventiva de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs), Jaime Droguett, explica que si la autoevaluación muestra resultados deficientes “la empresa deberá incorporar una medida mitigadora en el programa preventivo”.
En esta línea, la intendenta de seguridad y salud en el Trabajo (Isesat) subraya que más allá de que una autoevaluación sea negativa o insuficiente, “lo importante es determinar cuáles son las brechas existentes para llegar así al establecimiento de un plan de prevención. Esto significa generar el camino para llegar al cumplimiento total de las medidas contempladas en la herramienta”.
DF CHECK
- ¿Qué finalidad tiene el instrumento de autoevaluación?
- Según explicó Pamela Gana, de la Suseso, el instrumento tiene la finalidad de que el trabajador realice una autoevaluación de las condiciones de seguridad y salud en el puesto de trabajo, para que dichas condiciones sean conocidas por el empleador. Con esto, el empleador podrá hacer una matriz de riesgos y así realizar un programa de prevención para este tipo de trabajadores, cumpliendo así las exigencias de la normativa.
- ¿Qué ocurre si la autoevaluación es negativa o insuficiente?
- De acuerdo a lo explicado por Víctor Cantillana, de la Mutual de Seguridad, si la autoevaluación señala que hay aspectos que deben ser mejorados «la entidad empleadora deberá establecer en primer lugar las medidas preventivas en la matriz de riesgo y, formular un Programa de Trabajo, que vele entre otros aspectos, por el cumplimiento de dichas medidas».
- ¿Qué plazos tienen las empresas para completar esta información?
De acuerdo con el documento elaborado por Suseso, el empleador puede iniciar las acciones de evaluación de riesgos de manera inmediata al inicio de las labores o al suscribir el pacto.
Fuente: Diario Financiero, octubre 19 de 2020
Como parte de las medidas que comienzan a adoptar las empresas para mitigar la probabilidad de contagios por Covid-19, está la de evitar exponer a sus empleados a las aglomeraciones del transporte público. Los primeros números lo avalan.
La distancia social ha sido pieza clave para reducir la probabilidad de contagios por Covid-19, por lo que el traslado de las personas hacia su trabajo conforme avanza el desconfinamiento y sube la movilidad, se vuelve todo un reto.
¿Cómo enfrentarlo? Otorgar flexibilidad en las jornadas es parte de las opciones que varias organizaciones adoptaron con el fin de evitar que sus empleados se vean expuestos a las aglomeraciones en el transporte público. Esto, como parte de un plan integral que en todos los casos incorporan una serie de otras acciones que se enmarcan en los protocolos sanitarias diseñados por la autoridad y que incluye un aforo más reducido.
“Entre las medidas preventivas recomendadas para evitar el contagio, hay dos probadamente eficaces dados los mecanismos de contagio reconocidos para este virus; una, es el uso de mascarillas y la otra, el distanciamiento físico”, señala el infectólogo de Clínica Bupa Santiago, Leonardo Siri.
Ante esto, el Gobierno y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) anunciaron a fines de septiembre el acuerdo de incentivar el uso de horarios diferidos por parte de las empresas con el propósito de descomprimir el transporte público y la vialidad general de la ciudad. Un guante que están recogiendo las compañías.
Aplanar la hora punta
La gestión del Ministerio de Transporte, según confirmó a DF, apunta a “aplanar” la hora punta de mayor flujo vehícular, asentada entre las 7:00 y las 9:00. El objetivo, explican, es evitar aglomeraciones principalmente en los buses, metro y trenes.
Desde la cartera mencionan las conversaciones con el Consejo de Rectores de las Universidades (Cruch) para que las casas de estudios adopten acciones en el mismo sentido, aplazando la hora de ingreso a las clases presenciales.
Los resultados, según datos de la Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM), son por una parte un inédito incremento en la velocidad promedio registrada en los horarios puntas del transporte público de superficie, lo que significa “mayor eficiencia e implica una mayor oferta y por ende, una reducción de aglomeraciones”.
Y al revisar la demanda (medida por validación de la tarjeta Bip), comentan que se observa que se inicia un cambio en la distribución de estos horarios. Si bien la movilidad ha ido aumentando por la fase de desconfinamiento, aún los niveles son menores a lo registrado en 2019. (ver infografía)
Gradualidad
Gradualidad y flexibilidad en las jornadas es parte de lo que han priorizado en las empresas con la finalidad de mantener el distanciamiento social y evitar aglomeraciones, tanto en los espacios públicos como en los lugares de trabajo.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en Deloitte, que hace una semana retornó al trabajo presencial con las primeras 20 personas. De acuerdo con la Directora de Culture & People de Deloitte, Francisca Olea, lo que se contempla es que el 10% de los 1.900 ajusten su horario de entrada, pero con un término formal fijado a las 17.30. Ahí “se deben retirar para que quienes quieran ir a buscar cosas a la oficina, puedan hacerlo sin encontrarse con este grupo, garantizando la seguridad de esos trabajadores y para proceder posteriormente a la sanitización de los espacios”.
Para los 1.400 trabajadores del área corporativa y administrativa del grupo Bupa -que reúne a Isapre Cruz Blanca, Integramédica y clínicas– se definió la jornada presencial de cinco horas como máximo, tomando en cuenta que eviten el uso del transporte público en los horarios punta, explica la gerenta Corporativo de Personas para Chile, Georgeanne Barceló.
Así, la franja de ingreso va desde 8.30 a 10.30, mientras que el aforo de ocupación por piso es de 25% hasta el 50% (según la etapa).
Con un esquema de jornadas en tres horarios diferentes que van desde las 7.30 a las 16.30; de las 8.30 a las 17.30 y desde las 9.30 a las 18.30, en la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) se implementó el trabajo presencial para quienes tienen que utilizar el transporte público.
El gerente de la División Seguridad y Salud Ocupacional, Andrés Herreros, relata que de los 1.186 trabajadores que se ubican en la casa central han retornado 203 personas, de las cuales un 14% prefiere el primer horario, un 19% el regular y un 2% optó por el que se inicia más tarde. El 65% restante corresponde a quienes no usan transporte público, por lo que la jornada es en horario normal.
“La efectividad de esta medida tiene relación con las otras acciones preventivas que hemos implementado como organización, ya que en su conjunto, permiten evitar contagios”, señala.
Sobre el diseño del Plan Retorno Seguro ACHS, precisa que considera cuatro fases de implementación. “Revisamos la evidencia internacional y nos apoyamos en la alianza que tenemos con nuestros asesores McKinsey, y para establecer los horarios diferidos, consideramos la realidad del transporte público en nuestro país”.
Desde hace meses en BCI han impulsado una estrategia que ahora tiene al 20% de 10.500 trabajadores trabajando con una modalidad mixta o presencial. Este se diseñó a través de un proceso de “co-construcción” con los colaboradores, que dio como resultado un plan de turnos con entrada diferidas que se fraccionan cada 15 minutos partiendo desde las 8:00 hasta las 9:00 am, planificados por pisos de lunes a jueves. Los viernes la jornada se reduce en dos horas.
Protocolo para el uso de transporte
Evitar que el ingreso y la salida sea en los horarios peak del uso del transporte público, es parte de lo busca el programa de retorno que inició en septiembre el área corporativa de Aramark, que suma alrededor de 500 empleados.
El vicepresidente de Recursos Humanos y Asuntos Corporativos de Sudamérica de la firma, Iván Merguadich, explica que el cronograma -dividido en tres fases- implica que “una persona puede ir por cuatro o tres horas a la oficina, por ejemplo, con full flexibilidad. Damos espacio para que los equipos puedan concurrir a algunas actividades cuidando el traslado del transporte público”.
Es decir, aclara, que no sea entre las 8.30 y 9.00 para el ingreso y entre las 18.00 y 19.00 para la salida.
Para las labores operacionales esenciales -que involucra unos 19.500 empleados distribuidos en hospitales y campamentos mineros en su mayoría-, cuenta que a nivel global se aplicó el criterio de entrenar y entregar los elementos de seguridad.
Esto incluye un protocolo de uso del transporte público, dado que en algunos casos son labores que se realizan en esquemas de turnos. Ello ha resultado exitoso, por el momento. De hecho, comenta que en las operaciones que mantiene la compañía en Asia el trabajo presencial se realiza sin necesidad de medidas especiales para los horarios de las jornadas.
En particular, para los servicios que prestan en la minería, el transporte es privado con protocolos sanitarios, como el uso de láminas separadoras entre asientos, filtros de aire y mayor distanciamiento, entre otras.
Dos meses sin nuevos casos
A partir del 28 de septiembre, el fabricante de cervezas AB InBev retomó el trabajo en las oficinas corporativas ubicadas en la comuna de Vitacura con horarios diferidos que establecieron en una franja entre 8.30 y 10.00 para el ingreso y de 17.00 a 19.00 para la salida.
“El retorno es voluntario y con una serie de acciones para que sea una vuelta de forma segura”, señala la jefe de People Design, Macarena Capurro. A los horarios se le sumó una redistribución de los días en que se trabajará presencialmente en las oficinas: “Creamos 2 grupos, amarillo y naranjo, el primero irá los lunes y martes; y el segundo los jueves y viernes. El miércoles es día de sanitización”.
Para la operación de la planta de Quilicura -que representa el 70% de los 600 empleados en el país- y que se ha mantenido funcionando durante toda la pandemia, la estrategia ha sido disponer de buses en dos horarios para la llegada y término de la jornada. A ello se suma “un servicio de Cabify para las personas que llegan hasta el bus en transporte público”.
La evaluación de esto ha sido satisfactoria, junto al resto de acciones implementadas al interior de la cervecera, ya que paulatinamente han ido incorporando más trabajadores a sus labores (desde la dotación mínima esencial) de la mano de un control efectivo de los casos: “Hace más de dos meses no tenemos casos”.
Jamás sobre el 50%
En fase tres están en el BICE desde la segunda semana de septiembre, lo que implica que 47% de las 1.600 que incluye banco y filiales ya concurre a sus lugares de trabajo.
La fórmula es un mix entre jornadas flexibles, que parten desde las 7.30 junto a una campaña para compartir el auto de manera “responsable” con el uso de mascarillas, describe la gerenta Corporativo de Personas y Desarrollo Humano, Ginny Walker.
En cuanto a la evaluación, también es positiva por el momento, lo que ha significado desde el 10 agosto (cuando comenzó la fase dos del retorno) se pasara del 30% del total de trabajadores en modo presencial al actual nivel. “Hoy, tenemos gente que llega desde las 7.30 de la mañana y que se van a las cuatro o 15.30. Hay otros que prefieren llegar a las 10.00 y se van a la 19.30. La clave es absoluta flexibilidad de parte nuestra”, comenta Walker.
Respecto al uso del transporte personal, precisa que se hizo un convenio para facilitar el uso de estacionamientos a un menor costo.
El balance en términos de contagios es un solo caso originado al interior de las oficinas, porque “alguien que estaba sin síntoma se presentó a trabajar y contagió a otro”.
“Jamás vamos a superar el 50% (del personal en modo presencial), porque la seguridad de nuestra gente es lo primordial, pero a propósito de los buenos resultados que tenemos en la flexibilidad, se va a mantener como un elemento relevante al interior de la dinámica del banco”, reconoce.
En suma, como destaca el infectólogo Leonardo Siri las distintas medidas adoptadas por las empresas, como la flexibilidad horaria, aforos máximos y turnos de trabajo, de la mano del uso de las mascarillas, han demostrado ser eficaces para convivir en tiempos de pandemia.
Menos personas que comparten en espacios cerrados bien podría mantener a raya los nuevos contagios y la circulación viral.
La opción de evitar el uso del transporte público
Un caso distinto es el de Pfizer. La firma optó por no usar el transporte público, desde el inicio de las cuarentenas para sus trabajadores del laboratorio de calidad ubicado en Macul, relata la líder de Seguridad y Salud Laboral, Josephine Martin.
Actualmente, las 23 personas que operan ahí, que realizan labores esenciales, lo hacen en sus jornadas habituales de lunes viernes entre las 8:00 y las 17:00 hrs. A ellas se suma el personal del aseo con un traslado en las mismas condiciones; es decir, sin usar transporte público.
Para quienes trabajan en las oficinas corporativas, ubicadas en la comuna de Las Condes, desde septiembre se inció un regreso gradual que contempla que el 15% de los 175 empleados se integren «con la disposición de que el traslado sea en el vehículo propio o bien caminando, en el caso de que viva cerca».
«Pfizer a nivel global, de aquí a lo que quede del año no tiene la expectativa de que vuelvan o de que se sientan obligados a venir al trabajo presencial por lo cual la flexibilidad es nuestro nuevo himno», recalca. Esto se traduce en que el porcentaje de personas que trabaje presencial puede decidir las veces a la semana y en el horario en que asistirá a la oficina.
El aforo, en tanto, se mide a través de una herramienta de control de ingresos que consiste en que las personas deben inscribirse previamente.
«Nuestro plan de retorno no está supeditado a la vacuna, esto es muy gradual en las siguientes dos fases (25% y 45% de aforo) y de lo que estoy segura es que esas no van a tener uso de transporte público. Eso es definitivo, es un criterio», asevera.
Fuente: Diario Financiero, octubre 19 de 2020
El dato dado a conocer hoy por el Banco Central rompió con la tendencia de moderación que venía registrando la actividad después del mes de julio.
Muy por sobre las expectativas, la economía chilena cayó un 11,3% en el mes de agosto en comparación con igual periodo del año anterior. Cifra expuesta este jueves por el Banco Central y que rompió la tónica de junio y julio, donde la actividad había moderado sus desplomes tras el -15,2% anotado en julio.
Así, en medio de los efectos de las medidas sanitarias para contener la pandemia del covid-19, la serie desestacionalizada del Imacec creció 2,8% respecto del mes precedente y disminuyó 11,5% en doce meses. El mes registró la misma cantidad de días hábiles que agosto de 2019.
Cabe destacar que según el sondeo realizado por Bloomberg a diversos economistas, la expectativa era que la economía anotara una contracción de 8,5% interanual en el octavo mes del año.
El Imacec minero disminuyó 3,4%, registrando su primer retroceso interanual desde noviembre del año pasado (-8%) y su peor desempeño en lo que va de la crisis del coronavirus, donde se había mantenido en números azules. Por su parte, el Imacec no minero retrocedió 12,2%.
En términos desestacionalizados, y con respecto al mes anterior, el Imacec minero cayó 1,9% y el no minero creció 3,4%.
De acuerdo al Central, «el resultado del mes se vio impactado por los efectos de la emergencia sanitaria. En este contexto, las actividades más afectadas fueron los servicios y la construcción, y, en menor medida, la industria manufacturera».
En los servicios, destacaron las caídas de educación, transporte, servicios empresariales y restaurantes y hoteles. Compensó parcialmente este resultado el crecimiento del comercio.
Por último, el ente rector indicó en su comunicado que «considerando los desafíos que la crisis sanitaria ha impuesto sobre la recolección de datos básicos, el Banco Central de Chile ha hecho esfuerzos adicionales con sus proveedores de información para minimizar el impacto en la calidad de las estadísticas».
«Sin embargo, es relevante señalar que las cifras entregadas en esta oportunidad podrían estar sujetas a mayores revisiones que las registradas históricamente, las cuales serán difundidas de acuerdo al calendario de publicaciones y revisiones de Cuentas Nacionales disponible en la página web institucional».
Fuente: Emol economía, octubre 01 de 2020
En su sección de preguntas frecuentes, el sitio web www.protecciondelempleo.cl incorporó nueva información relativa a qué trámite se debe realizar para acceder al sexto y séptimo pago y a cuándo se comenzará a pagar el sexto y séptimo pago y sus complementos. El detalle figura en las preguntas 27 y 28 que puedes revisar en el siguiente enlace: