El Banco Central entregó hoy el Imacec correspondiente al segundo mes de 2022, dando cuenta de un dato que se ubicó bajo las expectativas del mercado.
La economía chilena se sigue desacelerando, y más rápido de lo que estimaba el mercado.
El Banco Central entregó esta mañana el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) correspondiente a febrero de 2022, dando cuenta de un crecimiento de 6,8%.
El dato se ubicó por debajo de todas las expectativas que apuntaban a una expansión económica de entre 7,1% y 8,5% en el segundo mes del año.
Además, se trata del menor crecimiento anotado desde marzo de 2021 (6,5%), hace 11 meses.
En tanto, la serie desestacionalizada cayó 0,7% respecto del mes precedente y aumentó 6,0% en doce meses. «El mes registró la misma cantidad de días hábiles que febrero de 2021», precisó la entidad presidida por Rosanna Costa.
El resultado del Imacec, agregó, «fue explicado por el aumento de las actividades de servicios. El comercio también contribuyó positivamente al resultado del mes, mientras que la producción de bienes cayó, incidida principalmente por la minería».
Por su parte, la caída del Imacec desestacionalizado fue explicada» por todos sus componentes, destacando la disminución de los servicios «.
Análisis por actividad
En su análisis por actividad, el Banco Central señaló que la producción de bienes cayó 4,5%, resultado explicado por el desempeño de la minería, que registró una disminución de 6,4% y, en menor medida, por la caída de 2,6% de la industria manufacturera. En tanto, la agrupación resto de bienes creció un 0,6%.
En términos desestacionalizados, «la producción de bienes cayó 0,5% respecto del mes anterior. Este resultado fue determinado, principalmente, por la caída de la industria manufacturera», añadió.
En cuanto al comercio, este creció 5,5% en febrero, impulsado principalmente por las ventas minoristas en establecimientos especializados de vestuario, calzado y equipamiento doméstico y en supermercados, y, en menor medida, por el comercio automotor.
En tanto, cifras desestacionalizadas muestran una caída de 0,5% respecto del mes precedente, resultado explicado principalmente por el desempeño del comercio mayorista.
Por último, los servicios crecieron 14,6%, resultado explicado por el desempeño de los servicios personales. También contribuyeron al resultado de la agrupación, el transporte, los servicios empresariales y los restaurantes y hoteles.
fuente: Emol economía, abril 01 de 2022
En tanto, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que la actividad del comercio aumentó 4,8% en febrero, acumulando con ello un crecimiento de 8,2% en lo que va del año.
Una contracción interanual de 3,0% registró en febrero de 2022 el Índice de Producción Industrial (IPI), según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), debido a las incidencias negativas de dos de los tres sectores que lo componen. Se trata de su peor desempeño desde diciembre de 2020.
Cabe mencionar que el IPI había anotado una disminución interanual de 1,1% en enero de este año, debido a la incidencia del sector minero.
El Índice de Producción Minera (IPMin) fue el que más influyó en el resultado del segundo mes del año, al descender 5,7% en doce meses e incidir -2,302 puntos porcentuales (pp.) en la variación del IPI. Lo anterior se explicó por una menor actividad registrada en la minería metálica, producto de la baja en la extracción y procesamiento de cobre.
Por su parte, el Índice de Producción Manufacturera (IPMan) disminuyó 2,2% respecto a igual mes del año anterior y restó 1,098 pp. al IPI. Esto, principalmente a raíz de la baja interanual de 9,0% en fabricación de sustancias y productos químicos.
Por el contrario, el Índice de Producción de Electricidad, Gas y Agua (IPEGA) creció 4,0% en relación con febrero de 2021 y aportó 0,444 pp. a la variación del IPI. Esto, debido a que las tres actividades que lo componen anotaron aumentos, en especial la electricidad.
Actividad del comercio
De acuerdo a la entidad, el Índice de Actividad del Comercio (IAC) a precios constantes anotó un aumento interanual de 4,8% en febrero de 2022, incidido por el alza en dos de las tres divisiones que lo componen, acumulando con ello un crecimiento de 8,2% al segundo mes del año.
Esto, ya que el sector evidenció un aumento de 12,0% anotó en enero de 2022, incidido por las alzas de las tres divisiones que lo compone.
Comercio al por menor, excepto el de vehículos automotores y motocicletas, fue la que más aportó en la variación interanual del IAC en febrero, al registrar un incremento de 10,2% e incidir 4,255 puntos porcentuales (pp.). En esta división destacó el alza en venta al por menor en comercios no especializados con predominio de la venta de alimentos, bebidas o tabaco.
Comercio al por mayor y al por menor y reparación de vehículos automotores y motocicletas aumentó 6,7%, aportando 0,781 pp. a la expansión del IAC, debido a un alza en las ventas tanto de vehículos automotores como de partes, piezas y accesorios para vehículos automotores.
Por el contrario, comercio al por mayor, excepto el de vehículos automotores y motocicletas, se redujo 0,5% e incidió -0,225 pp. en el resultado del índice. En ello influyó, principalmente, el descenso en venta al por mayor de materiales de construcción, artículos de ferretería y equipo y materiales de gasfitería y calefacción.
En tanto, el Índice de Ventas de Supermercados (ISUP) a precios constantes creció un 11,3% en doce meses. La serie desestacionalizada y corregida de efecto calendario anotó una expansión de 0,4% respecto al mes anterior y un aumento interanual de 11,6%.
Fuente: Emol economía, marzo 31 de 2022
La compañía apunta a reducir al máximo sus emisiones de CO2 para 2050, por lo que está considerando emplear esta y otras tecnologías en el ciclo de producción de acero.
La principal productora de acero verde del país, AZA, finalizó con éxito una serie de pruebas de transporte de carga al interior de sus plantas de Colina y Renca, con un tracto camión de 450 HP de potencia 100% eléctrico.
Esta y otras iniciativas nacen luego de que AZA se adhiriera al compromiso liderado por The Science Based Target, para reducir en un 50% sus emisiones de C02 al 2030 y ser una empresa carbono neutral en 2050, convirtiéndose además en la primera siderúrgica en Chile y la segunda en América Latina en asumir tal responsabilidad.
Sin embargo, la compañía venía trabajando gran parte de sus directrices estratégicas medio ambientales con anterioridad, en una Hoja de Ruta Hacia la Carbono Neutralidad que orienta sus esfuerzos en una agenda destinada a mejorar la eficiencia energética en sus procesos, introducir la electromovilidad e incorporar energías renovables no convencionales.
“Luego de haber conseguido nuestro primer gran logro al anticipar en 10 años la meta de reducción de emisiones de C02, manifestado en la reciente certificación I-REC recibida por nuestra compañía, ahora estamos desarrollando este nuevo proyecto como parte importante de una estrategia medio ambiental para los siguientes años. Hoy es el momento de actuar con acciones concretas, ya que no solo estamos haciendo frente a los desafíos del futuro, sino a los del presente”, afirmó el gerente general de Aceros AZA, Hermann von Mühlenbrock.
Además de estar presente en la fase de coordinación, la operación del vehículo estuvo a cargo del operador logístico Transporte L.Mora Ltda, quienes durante décadas han trabajado con la principal productora de acero verde del país, por lo que también están evaluando este tipo de opciones de electromovilidad en el futuro próximo.
“La realidad es que hoy el planeta necesita que tomemos cartas en el asunto, por lo que aprovechando el conocimiento que tenemos de ésta y otras industrias, es que decidimos acompañar a AZA en este programa piloto”, comentó su gerente comercial, Esteban Mora Ruiz-Tagle.
Durante la semana de pruebas, el camión -que cuenta con una autonomía de 200 km- realizó diferentes traslados de movimiento de carga interna y de producto semiterminado de hasta 30 toneladas, en las plantas de la siderúrgica ubicadas en Renca y Colina, con el objetivo de someterse a condiciones reales de operación, evaluar su comportamiento, desempeño, nivel de carga de baterías, conducción y performance en carretera.
“Vemos con muy buenos ojos esta primera fase de prueba de transporte de carga pesada con tecnología 100% eléctrica, ya que, al ser implementada en un futuro, no solo nosotros estaremos disminuyendo nuestra huella de carbono, sino que seremos capaces de poner a disposición un producto aún más verde y repercutir en toda la cadena de valor aguas abajo”, aseguró el encargado del proyecto y consultor senior en Desarrollo Energético de Aceros AZA, Rodrigo Sepúlveda.
“Al tratarse de un insumo para grandes obras y construcciones, las empresas que lo usen disminuyen su propia huella de carbono, contribuyendo a los objetivos globales de reducción de gases de efecto invernadero”, añadió.
Durante 11 años consecutivos, AZA ha cuantificado su huella de carbono, demostrando que su compromiso con reducir su impacto sobre el cambio climático está internalizado en toda su gestión y abarca una serie de acciones que continuarán desarrollando en los siguientes años. Asimismo, que el 100% de su acero sea verde, reciclado y solo use energía renovable, permite traspasar esa baja huella a todas las obras donde este producto es incorporado.
Fuente: Bio Bío Chile, marzo 29 de 2022
Una fuerte desaceleración desde el repunte alcanzado en 2021 es lo que proyectan los gremios empresariales para sus respectivos sectores este año. Cuando el primer trimestre está por concluir, y ad portas de que el Banco Central presente mañana un nuevo Informe de Política Monetaria (IPoM) -que ahora prevé un alza del PIB entre 1,5% y 2,5% este año- los departamentos de estudio prevén un crecimiento más o menos similar que a comienzos de año, pero suman luces de alerta para tener en cuenta: el conflicto entre Rusia y Ucrania y una inflación que no cede, entre otros factores.
Minería prevé mayor
producción de cobre en 2022
Luego de una caída de 0,6% de la actividad minera en 2021 -explicada principalmente por la menor extracción de cobre-, este año el sector experimentaría un alza de entre 2% y 3%, según las proyecciones de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami). Esta cifra iría en línea con el 2% que la entidad anticipa para la economía nacional en el mismo período.
El gerente de Estudios del gremio, Álvaro Merino, explica que la producción del metal rojo llegaría a más o menos 5,8 millones de toneladas este ejercicio, superando por cerca de 150.000 toneladas lo obtenido en 2021.
Además, la entidad contempla un aumento de la producción de los elementos no metálicos, sobre todo del litio, y considerando las actuales condiciones del mercado, el precio del cobre oscilaría en un rango entre US$ 4,1 y US$ 4,3 la libra, explica el gerente de Estudios.
El representante de Sonami anticipa que hay factores de riesgo que pueden hacer variar estas proyecciones, como la persistencia de la inflación, la mantención y profundización de los problemas que ha generado la cadena de suministros, o la propagación de nuevos brotes de Covid-19, a lo que se suman aspectos geopolíticos, particularmente la invasión rusa a Ucrania. Todos estos elementos podrían, según Merino, repercutir sobre el mercado del cobre.
Construcción profundiza
caída estimada para la inversión
A fines del año pasado, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) proyectaba que este 2022 la inversión en el sector se contraería hasta 2%, en la comparación a 2021.
Pero ahora, dado el «alto nivel de incertidumbre política y económica que existe en el país y la postergación sobre todo de proyectos mineros, lo más probable es que finalmente la caída de la inversión sectorial sea aún más profunda», alerta el presidente del gremio, Antonio Errázuriz.
El empresario señala que la mayoría de los indicadores de actividad sectorial han mostrado signos de deterioro respecto de lo que se estaba contemplando a comienzos de este año. A modo de ejemplo, plantea que «si ya el aumento del precio de los materiales e insumos de construcción era un tema crítico, ahora con la invasión de Rusia a Ucrania se ha vuelto todavía más incierto y preocupante por el impacto que puede tener en la cadena logística».
Al mirar el panorama general del país, la CChC prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional logrará crecer en un rango entre 0,5% y 1,5%.
El pasado 2021 el sector de la construcción alcanzó un crecimiento de 13,6% en la comparación con el año de la irrupción de la pandemia, según las cuentas nacionales publicadas a mediados de mes por el Banco Central.
Industria alerta heterogéneo
crecimiento entre subsectores
Un crecimiento de la industria manufacturera entre 1,5% y 2,5% es lo que prevé para este año la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Su director de Políticas Públicas, Rodrigo Mujica, recalca que la estimación evidencia una «significativa desaceleración» respecto de 2021 -cuando el alza fue de 8,3%-, lo que responde principalmente a la menor actividad económica agregada, a una caída de la inversión en respuesta a la «elevada incertidumbre» y a las mayores tasas de interés.
El experto detalla que esperan que la expansión de la industria sea heterogéneo para los diferentes subsectores. El impulso llegaría desde los rubros más ligados a la inversión pública y al consumo de bienes no durables, que contrastarían con otros sectores más ligados a la inversión y el consumo durable.
«Un rol importante en este escenario de menor actividad lo jugará el contexto económico internacional y un potencial menor dinamismo de la demanda externa por nuestros productos de exportación», apunta Mujica.
El representante de la Sofofa indica que para los próximos meses se suma una nueva fuente de incertidumbre proveniente de la invasión rusa a Ucrania y sus posibles impactos en la economía global, y plantea que para la economía nacional en su conjunto contemplan un alza del PIB entre 0,5% y 1,5%, sin descartar variaciones negativas.
Agro se mantiene en alerta
por situación climática y lluvias
Sin cambios mantiene la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) su panorama para el sector este año, el cual podría crecer entre 3% y 4%, según el gremio. El jefe del Departamento de Estudios de la entidad, Francisco Gana, detalla que este cuadro dependerá «en gran parte de la situación climática», con particular énfasis en lo que ocurra con el régimen de lluvias, ya sea porque estas últimas sean extemporáneas o por escasez.
El analista anticipa que el subsector frutícola crecería sobre 3% este 2022, con la mayor incidencia en el PIB del agro. Para la horticultura la SNA proyecta un alza entre el 2% y el 3% -con un grado de mayor incertidumbre por los efectos de la sequía-, y para el mundo pecuario contempla una expansión menor a 1%.
Los cultivos subirían en torno al 2%, y los demás subsectores estarían en línea con el panorama general del agro. Gana advierte que el sector «deberá enfrentar aumentos de costos y un financiamiento más caro, que no siempre se pueden transferir a los precios».
El año pasado la actividad agropecuario-silvícola aumentó un 1,9% anual, liderada por la fruticultura, y en menor medida, por la silvicultura. La agricultura y ganadería, en tanto, prácticamente no registraron variación durante 2021.
Para la economía nacional, la SNA anticipa un crecimiento de solo 2%, detalla el jefe de Estudios.
Banca mira atentamente
el curso de la inflación
Una actividad crediticia creciendo en torno a 1,3% es lo que estima para este año la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), algo que «está en línea con una economía que seguirá su proceso de ajustes y se desacelerará especialmente durante la segunda mitad del año, con una inflación más persistente y una política monetaria contractiva», detalla el gerente de Estudios de la entidad Matías Bernier.
El experto plantea que el panorama «ha cambiado bastante» desde comienzos de enero. Explica que 2021 cerró con una actividad mayor a la prevista anteriormente, lo que junto a la aprobación de la Pensión Garantizada Universal (PGU) «hacía proyectar un 2022 más dinámico».
En este escenario, el representante de la ABIF plantea que también la inflación se ha tornado «más persistente», a lo que se suma el escenario internacional totalmente centrado en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. «El balance de riesgos se ha vuelto decididamente más negativo, con mayor inflación, aunque con un crecimiento similar al proyectado previamente», dice Bernier. En enero, el escenario base de la Asociación era una baja en el PIB sectorial de 2,6% para este 2022.
Para la economía nacional, el pronóstico del gremio es de un alza en torno a 2% en el año en curso, en línea con el consenso de mercado, dice el gerente.
Comercio difiere sobre la
profundidad de la ralentización
Luego de un año de crecimiento histórico del comercio minorista -impulsado por el levantamiento de las cuarentenas, apertura del comercio presencial, retiros desde las AFP y ayudas fiscales- la Cámara Nacional de Comercio (CNC) estima que el consumo irá «de más a menos» este año.
Esta desaceleración estaría influida por la desaparición de dichas variables transitorias, así como por un mercado laboral todavía en recuperación, y por las altas bases de comparación desde el próximo trimestre, explica Bernardita Silva, gerenta de Estudios de la CNC.
El gremio prevé que el PIB del sector se contraiga entre 2% y 8% este año, un rango amplio ya que «el escenario de incertidumbre tanto externo como interno es alto», detalla Silva.
Su par de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), George Lever, estima que este año el crecimiento de las ventas del comercio será cercano a cero, explicado por la caída en los ingresos de las personas luego de dos años de alta liquidez en los hogares, y en medio de una mayor inflación y tasas de interés del Banco Central que «desincentivan el gasto».
Agrega que la mayor movilidad «desviará parte del gasto de consumo hacia servicios presenciales -como turismo o recreación, etc- afectando la demanda por bienes», y suma el conflicto geopolítico en Europa del Este como factor de riesgo.
Fuente: Diario Financiero, marzo 29 de 2022
A partir de junio, importadores, fabricantes y constructoras deberán cumplir con nuevos requisitos sobre uso de perfiles laminados en frío.
En un país sísmico como Chile, la normativa vigente respecto de los materiales de construcción resulta fundamental para garantizar la seguridad del consumidor final, y en los últimos años desde el sector han prestado especial atención a la actualización y cumplimiento de éstas a través de un proceso de certificación. Tal es el caso de la norma NCh427/2, aprobada en 2019 por el Ministerio de Vivienda y publicada en el Diario Oficial en diciembre pasado, referida al diseño de miembros estructurales de acero conformados en frío a partir de planchas, pletinas y barras de acero.
A diferencia de su última versión de 2016, estas nuevas disposiciones actualizan y hacen ineludibles los requisitos de composición de los perfiles que forman parte fundamental del diseño de las edificaciones.
A partir del 14 de junio próximo, estas disposiciones establecerán la obligatoriedad de ciertos estándares y requisitos técnicos para el desarrollo de las obras que utilicen este tipo de material de manera de “elevar los niveles de confianza”, según comentan desde el Instituto Chileno del Acero (ICHA), impulsor de la iniciativa.
De acuerdo a lo indicado en el texto de 179 páginas, la normativa determina características como el ancho efectivo, la resistencia a la flexión, espesor y resistencia al corte de diseño con las que deben contar estos perfiles de acero laminados en frío en determinados casos.
En el detalle técnico, se establece que en el caso de los aceros conformados en frío con una elongación mínima igual o superior al 10%, estos podrán ser utilizados “sin restricción” siempre y cuando la razón entre la tensión de rotura a la tracción (tensión máxima que un material es capaz de sostener), y la resistencia a la deformación inelástica (tensión de fluencia) sea mayor o igual que 1,08. A su vez, en el caso de aquellos materiales con una elongación menor a 3%, la norma determina que pueden ser utilizados únicamente “para configuraciones de alma múltiple como planchas de techo, de muro y de piso”, siempre que éstos se ajusten a los parámetros.
Pese a que desde el sector aseguran que el carácter obligatorio de la norma no significará un cambio abrupto para importadores y fabricantes, al mismo tiempo no descartan un leve aumento de costos para las empresas dedicadas a la construcción. Esto, en un escenario en el cual aún existen dificultades para acceder a los materiales que requiere la industria a causa de los problemas de abastecimiento y de aumento generalizado de los precios que ha provocado la crisis logística desatada con ocasión de la pandemia.
Evasión de las reglas
Según datos del ICHA, en 2021 el consumo aparente de acero anotó su máximo histórico con cerca de 3 millones 287 mil toneladas, con un aumento de 38,8% en comparación con el año anterior. Además, el consumo aparente de aceros largos (barras y perfiles) creció en un 23,3% respecto de 2020, por lo que desde el instituto ya proyectan un crecimiento definitivo de este índice en hasta un 4,8%.
En este marco de alta demanda, que desde el sector valoran el avance de la normativa, que al reemplazar la última versión que data de 2016, la moderniza como “una regulación más completa, profunda y clara que aumenta la seguridad estructural de las edificaciones de todo tipo”, señala Sergio Contreras, expresidente del ICHA y vicepresidente del Colegio de Ingenieros hasta 2020.
En esta línea, agrega que “es un gran aporte porque es la guía que tenemos los diseñadores estructurales para hacer nuestros diseños de forma segura”. Respecto de este último punto, Contreras indica que el texto marca un antes y un después en cuanto a “la evasión”, pues “hay gente que no toma la norma porque al no ser obligatoria, dicen ‘yo lo hago a mí manera’”.
Además destaca “el compromiso legal’’ con el consumidor final, ya que “alguien puede demandar tanto civil como penalmente por no cumplir con esa norma”.
Impacto económico
Todo cambio de este tipo implica algún impacto en los costos de las empresas detrás de un proyecto de construcción. Y si bien la mayoría de las empresas del rubro cumplen con las normas exigidas, aún existen algunas firmas que no adoptan las reglas por la falta de obligatoriedad pero que dentro de unos meses deberán cumplir al pie de la letra el nuevo marco para mantenerse en la industria, advierte Contreras.
En esta línea, Rodrigo Campos, gerente comercial de VH Manufactura de Tubos de Acero, sostiene que “a los distribuidores del país o comercializadores ya no les puede dar lo mismo cuál es el origen de los perfiles que comercializan”.
Si bien no descarta eventuales variaciones en el valor de los materiales, asegura que desde la empresa están “haciendo todos los esfuerzos para pagar estos aumentos de costo -que sí requieren inversiones iniciales muy potentes-, pero que esto no se transfiera al precio público”.
“En definitiva, aunque el precio subiese, el aumento en costo va a ser menor que el impacto positivo que (el documento) va a tener en la sociedad como un todo”, indica.
Contreras agrega que “el impacto económico no debiese ser tan grande” porque el nivel de ingeniería en Chile “es bastante bueno, y no es el caso de que hayamos hecho 0 y hoy tenemos que hacer todo”.
Diario Financiero, marzo 28 de 2022
Durante la tarde de ayer, Asimet hizo entrega al ministro de Economía, Nicolás Grau, de un documento titulado Estrategia Industrial para Chile, que incluye un diagnóstico del estado actual de la manufactura nacional, su comparación con la de países desarrollados y una batería de diez medidas clave para que este sector avance en competitividad.
Entre las iniciativas se propone redefinir la categorización de las pymes, duplicando los límites de ventas actuales, la depreciación de 150% sobre modernización de maquinaria manufacturera y productos tecnológicos, medidas antidumping que fortalezcan el cumplimiento de la normativa nacional y la creación de una subsecretaría de la Industria.
Otra de las medidas es fomentar la renovación de maquinaria y tecnología asociados a la industria 4.0. Se propone específicamente una depreciación de 150% sobre modernización de maquinaria manufacturera y productos tecnológicos asociados a la i4.0, para alentar la rápida adopción de actividades innovadoras y productivas en empresas manufactureras.
El presidente de Asimet, Dante Arrigoni, comentó que el país está en una oportunidad histórica para la industria chilena. «El crecimiento potencial de Chile es inferior al 2% y con eso no se va a poder cumplir ningún objetivo de recaudación ni tampoco se podrán hacer las transformaciones sociales para mejorar la calidad de vida de los chilenos”, señaló.
A lo que agregó que tanto la pandemia como la actual guerra en Ucrania han dejado de manifiesto la importancia que tiene para los países el poder contar con una industria manufacturera fuerte. «Estos escenarios no han hecho sino evidenciar la necesidad de bajar la dependencia a las importaciones, y para ello se necesitan políticas para la industria productiva que incentiven su desarrollo», dijo.
Fuente: El Mercurio, marzo 25 de 2022
Expertos analizaron cómo aplicar tanto la reducción de la jornada de trabajo como la idea de elevar el ingreso básico a $500 mil hacia el 2025, ambos ejes centrales del programa del Presidente Gabriel Boric.
A poco más de una semana desde el arribo oficial del nuevo Gobierno a La Moneda, dos son los proyectos que han protagonizado el debate en materia de empleo, tanto por las expectativas que generan en la ciudadanía, como por las dudas que surgen en torno a la aplicación de estos. Se trata de aquel que busca reducir, gradualmente, la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas y el reajuste del salario mínimo.
Ambas propuestas figuran como ejes centrales de la agenda del Presidente Gabriel Boric, sobre todo el segundo, puesto que el actual monto del ingreso básico expira el 1 de mayo, por lo que se espera que la iniciativa con el nuevo guarismo comience a ser analizada y discutida en el Parlamento durante el mes de abril.
Y si bien el objetivo es llegar a $500 mil al final de la administración –es decir, hacia 2025-, para el primer año el nuevo Ejecutivo fijó un primer escalón de subir el sueldo mínimo a $400 mil, lo que se traduce en un incremento del orden de 40%.
Así, además de enfatizar en la relevancia de sacar adelante ambas medidas, este lunes la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, comentó en Chilevisión que «la combinación de ambos proyectos hay que buscarla debidamente».
«Lo que tenemos que hacer desde el Gobierno, en conjunto con los parlamentarios, el mundo empresarial y con las y los trabajadores, es buscar cuál es esa combinación que nos permita avanzar y cuáles son esas gradualidades. Pero, sin duda, temerle a los cambios, resistir los cambios, la verdad que creo que es parte de lo que le ha hecho mal a nuestro sociedad», acotó.
Coincidente lo anterior, el ministro de Economía, Nicolás Grau, señaló la semana pasada que el avance del salario mínimo debe ir «en armonía con el desarrollo y el dinamismo de la economía, y en particular de las empresas más pequeñas».
Y es que estos debates se instalan no solamente en un contexto con bajas proyecciones de crecimiento –en torno a 2%- sino que también en un escenario en el cual la productividad ha ido retrocediendo.
Pese a que la sexta versión del Informe Anual de Productividad de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) reveló que, de la mano con la reactivación impulsada por los apoyos sociales para enfrentar la pandemia, sumado a los retiros previsionales y la flexibilización de las condiciones sanitarias, el país logró aumentar su productividad en 2021 –con un alza entre 7,4 y 8,7%-, dejando atrás dos periodos contractivos consecutivos, las cifras del año pasado fueron impulsadas por «una economía sobrecalentada».
Al respecto, Paulo Cox, economista de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, indicó que «el número de horas y el salario mínimo son discusiones pertinentes. La evidencia empírica no es conclusiva respecto al efecto del salario mínimo sobre el empleo, y tampoco lo es respecto a la reducción de la jornada laboral sobre la capacidad de producción de la economía».
«Ello depende, en este último caso, de las horas efectivas de producción en la actualidad, y del efecto que tendrían las horas adicionales de ocio sobre la calidad de vida de los trabajadores, y a causa de ello, sobre una mayor productividad», agregó.
No obstante lo anterior, a su juicio, «no es el momento para discutir estas reformas, y tampoco debiesen abordarse ambas conjuntamente, menos cuando no contamos con datos que sustenten que no tendrán efecto en la economía chilena. Por encima de eso, se puede entrar a un escenario de riesgo si es que la discusión de estas reformas tiene efectos sobre la incertidumbre general, lo que puede traducirse en un freno para la inversión».
Desde la otra vereda, el presidente de la CNEP, Raphael Bergoeing, comentó a Emol que «si bien en medio de una pandemia como esta hacer grandes reformas que pueden incrementar el costo del proceso productivo pueden significar que los que se ven perjudicados se vean perjudicados, también es cierto que estas son reformas que tienen que hacerse pensando en los desafíos estructurales de la economía, y no solamente en el día a día».
«Más que cerrar la puerta a la discusión, o simplemente decidir ex ante que no hay ninguna posibilidad de avanzar en esta dirección, lo que yo diría que primero hay que aprender de la experiencia internacional, y darse cuenta de que estos procesos como tienen ganadores y perdedores en el corto plazo, tienen que tratar de implementarse primero haciendo varias políticas al mismo tiempo para que se hagan cargo de mitigar los costos», subrayó.
Gradualidad y mitigación
Consultado por mecanismos para conjugar ambas iniciativas con la productividad, el director del Observatorio del Contexto Económico (Ocec) de la Universidad Diego Portales, Juan Bravo, resaltó que, como se está proponiendo un alza de 14% del ingreso básico en un periodo de cuatro meses, considerando que el monto actual de $350 mil empezó a regir a partir del 1 de enero de este año, «según la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) del Central, en ese periodo de tiempo la inflación acumulada andaría en 2,8%, entonces, si a ese 14,5% le restas el 2,8%, te da un incremento en términos reales del salario de 11,5%. Es muy difícil, por no decir imposible, que la productividad laboral crezca el 11,5%».
Es más, acusó que en «en periodos tan breves de tiempo, lo más probable es que la productividad laboral no crezca casi nada, o crezca muy poco. Entonces por eso lo que se espera, y por eso es que se ha alertado bastante, es que esto generaría un daño sobre la creación de empleo asalariado formal en el sector privado, particularmente en los sectores de jóvenes y las personas con menores niveles educacionales».
Así las cosas, el economista puntualizó en, al menos en el corto plazo, «resolver el problema social que genera el salario mínimo, tiene que ver con, a mí juicio, reajustar el salario mínimo en base a inflación más crecimiento de la productividad laboral, y eso complementarlo con una mejora radical al subsidio del Ingreso Mínimo Garantizado, que corrija por cargas familiares y que el monto del subsidio sea tal que la fórmula de cálculo permita siempre asegurar que se supere la línea de la pobreza».
Asimismo, remarcó «hay que empezar desde ya a implementar ese tipo de reformas estructurales, eso es clave, porque eso mismo daría buenas señales de que hay una intención de mejorar los problemas estructurales y que las promesas de campaña se realicen de una manera tal que minimicen los impactos negativos que esto pueda tener en el empleo».
En ese sentido, Bergoeing sostuvo que, bajo el contexto actual, «es particularmente importante la gradualidad y el complemento de políticas en un momento de bajo crecimiento como el que está enfrenando el mundo y Chile en particular».
«Es particularmente importante la gradualidad y el complemento de políticas en un momento de bajo crecimiento como el que está enfrenando el mundo y Chile en particular»
Raphael Bergoeing, presidente de la CENP
Y ejemplificó «tú podrías hacer una reducción no de las 5 horas, pero de menor cuantía en un primer momento, esperar y luego al año evaluar qué impacto tuvo, en qué tipo de trabajadores, y en qué tipo de sectores, para ir calibrando la necesidad de tener otras herramientas que vayan suavizando los efectos negativos, y permitan que el sector productivo se vaya adaptando a esta nueva realidad».
Pero, ¿cómo mejorar la productividad? Según el titular de la CNEP, considerando las habilidades laborales y los niveles de educación técnico-profesional en el país, lo fundamental es «mejorar la capacidad de ser más productivo y adaptarse para aprovechar las tecnologías a favor del trabajo, y no para ser sustituido, sino que para complementar a las personas con las máquinas es la capacitación, y la capacitación es un tema que tiene que ser permanente».
De hecho, Cox mencionó que, dado que esta se explica por la acumulación del capital humano y la innovación tecnológica, en el corto plazo se podría impulsar «importando nuevas tecnologías y formas de uso del capital físico y humano. Para ello es clave el esfuerzo que se hace desde la inversión».
Fuente: Emol economía, marzo 22 de 2022
Con todo, el instituto emisor revisó a la baja el dato, dado que en febrero había informado un crecimiento preliminar del PIB de 12% el año pasado
El Banco Central entregó este viernes el crecimiento oficial del Producto Interno Bruto (PIB) chileno en 2021, confirmando un histórica alza, aunque ajustando levemente a la baja el dato preliminar que exponía una expansión económica de 12% el año pasado.
Según el Informe de Cuentas Nacionales del cuarto trimestre de 2021 dado a conocer esta mañana, la economía chilena anotó un crecimiento anual de 11,7%, manteniéndose como la mayor alza en casi 30 años, desde 1992 cuando registró una expansión de 12,3%.
«Este crecimiento fue reflejo de la apertura gradual de la economía y de una mayor adaptación de los hogares y empresas al contexto sanitario y su evolución durante el año», apuntó el informe. «Adicionalmente, se observó un aumento en la demanda interna explicado en parte por las medidas económicas de apoyo a los hogares y empresas y a los retiros parciales de los fondos previsionales», agregó.
En 2021 se registró un día hábil menos que en 2020 y el efecto calendario fue de -0,1 puntos porcentuales.
Por su parte, las cifras ajustadas estacionalmente respecto del trimestre anterior, mostraron tasas positivas durante todo el año, siendo el primer y tercer trimestre los más dinámicos (3,4 y 4,5%, respectivamente).
En tanto, el último cuarto registró un crecimiento de 1,8%.
«Desde la perspectiva del origen, todas las actividades exhibieron cifras positivas con la excepción de minería. Las actividades de mayor incidencia al crecimiento del PIB fueron el comercio y los servicios personales, sectores particularmente favorecidos por la mayor apertura de la economía y el aumento de la demanda. Asimismo, destacaron por su crecimiento las actividades de restaurantes y hoteles, construcción y transporte», añadió el texto.
Mientras que, desde la perspectiva del gasto, «la demanda interna se mantuvo dinámica durante todo el año impulsada por el desempeño del consumo de hogares; la inversión también contribuyó al resultado, exhibiendo una recuperación el 2021», señaló el instituto emisor.
Además, la entidad presidida por Rosanna Costa expuso que el crecimiento del consumo fue en gran parte explicado por un «mayor gasto en servicios -restaurantes y hoteles y salud- y en bienes no durables -vestuario y alimentos-«.
Con relación al comercio exterior, «las importaciones aumentaron y las exportaciones retrocedieron, teniendo como resultado un deterioro de las exportaciones netas», indicó, agregando que «el ingreso nacional bruto disponible real (INBDR) creció 15,9%, aumento mayor a lo observado en el PIB, explicado por una mejora en los términos de intercambio».
A su vez, el ahorro bruto total ascendió a 25,3% del PIB en términos nominales, «compuesto por un ahorro nacional de 18,8% del PIB y un ahorro externo de 6,6% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos».
Por último, el informe precisó que también se reestimaron las cifras de crecimiento de 2019 y 2020. Así, el PIB se revisó dos décimas a la baja en ambos años, ubicándose en 0,8% en 2019 y -6,0% en 2020. Y en 2021, «el PIB se revisó tres décimas a la baja con relación al cierre preliminar del Imacec (de 12% a 11,7%)», finalizó.
Fuente: Emol economía, marzo 18 de 2022
Un crecimiento de un 7,3% registró durante 2021 el sector metalúrgico metalmecánico que permitió revertir la caída del ejercicio anterior que había sido de -3,9%, aunque este crecimiento fue menor al del país que alcanzó un rango del orden del 12% en igual período.
Así lo señala ASIMET en su balance anual del 2021, en el cual el presidente del gremio, Dante Arrigoni, destacó que si bien este crecimiento revierte la caída de 2020 que fue de un -3,9%, las proyecciones para el 2022 son menos optimistas. Afirmó que la expansión de la industria metalúrgica metalmecánica superó al de la industria manufacturera en su conjunto, que logró un crecimiento de 5,2%.
Dante Arrigoni precisó que en diciembre pasado el sector registró un aumento de 6,9%, y que de los 9 subsectores que componen la industria metalúrgica metalmecánica, siete alcanzaron cifras positivas y solo dos subsectores tuvieron un desempeño negativo en el 2021.
El dirigente empresarial agregó que en la actual situación del país se debe proyectar un crecimiento más moderado para el 2022 en torno al 2% o 3%, que se sustenta en los proyectos que actualmente se encuentran en ejecución, y a la espera de conocer las nuevas políticas que impulsará el gobierno que asumirá en marzo próximo, en lo que se refiere a inversión pública e infraestructura.
El presidente de ASIMET alertó sobre la necesidad de que desde el Gobierno se impulse una estrategia industrial que, a través de alianzas público-privadas, logre impactar positivamente la actividad en el sector manufacturero. “Como directorio de ASIMET tuvimos oportunidad de reunirnos con el designado ministro de Economía, Nicolás Grau, a quien le entregamos un estudio sobre la reindustrialización, avanzar en la economía verde y la sustentabilidad”, dijo Arrigoni.
Actividad por subsectores
El informe de ASIMET analiza la actividad por subsectores. La fabricación de otros productos elaborados de meta y las actividades de servicios de trabajo de metales fue el que mostró el mejor desempeño durante el 2021, al registrar un crecimiento acumulado de 7,5%, aportando 1,9 puntos porcentuales de crecimiento al sector, que se explica principalmente por la ejecución de nuevos proyectos de mayor tamaño en empresas del rubro.
Como contrapartida los subsectores de fabricación de productos metálicos para uso estructural, tanques, depósitos, recipientes de metal y generadores de vapor y fabricación de maquinaria de uso especial, fueron los dos únicos que tuvieron un retroceso restando 0,6 y 0,2 pp de crecimiento al sector.
Exportaciones e importaciones M/M
En cuanto a exportaciones de productos de la industria metalúrgica metalmecánica los principales mercados de destino fueron Perú, Brasil, Estados Unidos y Argentina. Estos cuatro países concentraron el 57,8% de las ventas del rubro en el mercado internacional, el mercado americano representó el 80,7% de las ventas al exterior.
Las exportaciones del sector durante el año 2021 totalizaron los US$ FOB 2.317,9 millones, lo que representó un aumento de 18,2% respecto del año anterior. Los principales productos con valor agregado exportados durante el año pasado fueron alambre de cobre, barras y perfiles de aceros aleados, barras huecas para perforación y cajas de cambio para vehículos.
En tanto que las importaciones alcanzaron durante 2021 una cifra récord ascendiendo a los US$ CIF 34.641,3 millones, este es el valor más alto desde que se tenga registro. Lo anterior significó un aumento de 55,3% en comparación a lo registrado el 2020.
China es el principal país de origen de las importaciones, con un registro de US$ CIF 14.125,1 millones, lo que representa el 40,8% del total; le siguen Estados Unidos con US$ CIF 3.897,9 millones y Brasil con US$ CIF 2.272,5 millones con una participación de 11,3% y 6,6% respectivamente.
ASIMET, febrero 04 de 2022
Ante esta situación, algunas de las firmas encuestadas por el Banco Central señalaron que han ido mejorando su eficiencia y automatizado sus procesos para «desarrollar sus actividades con una menor dotación de forma permanente».
Su primer Informe de Percepciones de Negocios de 2022, fue el que entregó esta mañana el Banco Central, en el que las empresas consultadas -alrededor de 70- no reportaron sorpresas significativas para sus negocios durante el último trimestre.
Así, la mayoría de las firmas opinó que la demanda interna se mantiene robusta, aunque ha dejado de aumentar con la misma fuera que en trimestres anteriores. Eso sí, un caso aparte es el rubro inmobiliario, cuyas ventas se han desacelerado en los últimos meses, lo que asocian a las mayores restricciones financieras que se han visto a partir de la segunda mitad del año pasado.
Por otra parte, las empresas siguen resaltando la relevancia de las presiones de costos que están enfrentando, e indican que este es uno de los principales factores tras el aumento de sus precios.
Según el informe, los entrevistadores señalaron que «los problemas de abastecimiento y disponibilidad de insumos permanecen, aunque algunos informan que se aprecia una leve mejora en la disponibilidad de insumos. En las entrevistas se recoge que gran parte de las empresas ha traspasado a precios parte de los mayores costos».
Y si bien se anticipa que los costos continuarán al alzas -principalmente porque la pandemia seguirá generando dificultades-, «las empresas estiman que su velocidad de aumento será menor durante los próximos tres meses». Por ello, los entrevistados esperan seguir traspasando el alza de sus costos a precios de venta, aunque dicen que lo harán con menor fuerza hacia adelante.
Asimismo, la mayoría de los encuestados cree que la inflación se mantendrá elevada en el 2022, debido a que los costos no cederán este año. Sin embargo, también estiman que hacia el 2023 se observaría una reducción de la inflación. Con todo, aseguraron que el aumento de la inflación -que terminó 2021 con una potente alza acumulada de 7,2%-«no ha provocado mayores cambios en el comportamiento de los negocios, aunque destacan un adelantamiento del alza de los precios de venta y un retraso en las contrataciones y reajustes salariales en el año 2022″.
Continúa la escasez de mano de obra
En cuanto a la mano de obra, las compañías continúan reportando dificultad para llenar vacantes disponibles, «pues la cantidad de personas que busca trabajo sigue siendo baja», principalmente para las firmas ligadas a la agricultura, construcción y turismo.
Para combatir aquello, las empresas han tomado diversas decisiones, siendo la principal el aumento de sueldos. «Más de la mitad de las empresas encuestadas señala que ha tomado esta decisión, seguido de la ampliación a más fuentes de búsqueda para los procesos de selección», apuntó el informe, mientras que solo «una parte menor indica que simplemente ha decidido no contratar».
«Los entrevistados mencionan alzas relevantes de los salarios en la segunda mitad del año pasado«, agregó. Asimismo, ante la persistente dificultad para contratar nuevos trabajadores, varios entrevistados señalan que «han ido mejorado la eficiencia y/o automatizando sus procesos, lo que les permitirá desarrollar sus actividades con una menor dotación de forma permanente».
«Otro grupo de entrevistados estima que la escasez de mano de obra podría ceder en adelante, cuando se extinga la liquidez remanente de las medidas de apoyo a los hogares. Otros opinan que la evolución de la oferta de trabajo dependerá de las políticas que adopte el nuevo gobierno en este tema. De todos modos, algunos entrevistados no esperan grandes cambios en la disponibilidad de mano de obra en el mediano plazo, aduciendo un cambio estructural en la economía», añadió.
La incertidumbre ha bajado
Por otro lado, los consultados por el Banco Central perciben que el nivel de incertidumbre sigue siendo importante, «pero se ha reducido algo respecto de fines del 2021″.
En el Informe de noviembre, recordó el instituto emisor, varios entrevistados destacaron que percibían un escenario de alta incertidumbre y tenían expectativas de una caída significativa de su actividad en el 2022. «Las entrevistas realizadas en este informe apuntan a un escenario relativamente más estable», aunque para algunos » la evolución de la pandemia ha vuelto a ser un tema de preocupación en las últimas semanas».
No obstante, no anticipan que el alza de los contagios vuelva a afectar los negocios en la misma magnitud que lo hizo durante los momentos más álgidos. «En este contexto, la percepción de las empresas sobre su desempeño futuro apunta hacia una relativa estabilidad respecto de sus niveles promedio e incluso una mejoría respecto de su situación actual», acotó el documento.
Con todo, las empresas indicaron que los proyectos de inversión se mantuvieron o recortaron para el mediano plazo, pues, si bien la incertidumbre ha ido cediendo, se está a la espera de definiciones más concretas en el plano político-legislativo para emprender proyectos más grandes.
«Los consultados señalan que el 2022 se anticipa con pocas iniciativas nuevas y los proyectos actuales están destinados mayormente a la automatización, al cumplimiento de la normativa ambiental y al reemplazo de maquinaria. Algunos entrevistados dan cuenta que suspendieron sus proyectos de más mediano plazo, privilegiando inversiones fuera del país», concluyó.
Fuente: Emol economía, febrero 03 de 2022