Expertos analizaron cómo aplicar tanto la reducción de la jornada de trabajo como la idea de elevar el ingreso básico a $500 mil hacia el 2025, ambos ejes centrales del programa del Presidente Gabriel Boric.
A poco más de una semana desde el arribo oficial del nuevo Gobierno a La Moneda, dos son los proyectos que han protagonizado el debate en materia de empleo, tanto por las expectativas que generan en la ciudadanía, como por las dudas que surgen en torno a la aplicación de estos. Se trata de aquel que busca reducir, gradualmente, la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas y el reajuste del salario mínimo.
Ambas propuestas figuran como ejes centrales de la agenda del Presidente Gabriel Boric, sobre todo el segundo, puesto que el actual monto del ingreso básico expira el 1 de mayo, por lo que se espera que la iniciativa con el nuevo guarismo comience a ser analizada y discutida en el Parlamento durante el mes de abril.
Y si bien el objetivo es llegar a $500 mil al final de la administración –es decir, hacia 2025-, para el primer año el nuevo Ejecutivo fijó un primer escalón de subir el sueldo mínimo a $400 mil, lo que se traduce en un incremento del orden de 40%.
Así, además de enfatizar en la relevancia de sacar adelante ambas medidas, este lunes la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, comentó en Chilevisión que «la combinación de ambos proyectos hay que buscarla debidamente».
«Lo que tenemos que hacer desde el Gobierno, en conjunto con los parlamentarios, el mundo empresarial y con las y los trabajadores, es buscar cuál es esa combinación que nos permita avanzar y cuáles son esas gradualidades. Pero, sin duda, temerle a los cambios, resistir los cambios, la verdad que creo que es parte de lo que le ha hecho mal a nuestro sociedad», acotó.
Coincidente lo anterior, el ministro de Economía, Nicolás Grau, señaló la semana pasada que el avance del salario mínimo debe ir «en armonía con el desarrollo y el dinamismo de la economía, y en particular de las empresas más pequeñas».
Y es que estos debates se instalan no solamente en un contexto con bajas proyecciones de crecimiento –en torno a 2%- sino que también en un escenario en el cual la productividad ha ido retrocediendo.
Pese a que la sexta versión del Informe Anual de Productividad de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) reveló que, de la mano con la reactivación impulsada por los apoyos sociales para enfrentar la pandemia, sumado a los retiros previsionales y la flexibilización de las condiciones sanitarias, el país logró aumentar su productividad en 2021 –con un alza entre 7,4 y 8,7%-, dejando atrás dos periodos contractivos consecutivos, las cifras del año pasado fueron impulsadas por «una economía sobrecalentada».
Al respecto, Paulo Cox, economista de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, indicó que «el número de horas y el salario mínimo son discusiones pertinentes. La evidencia empírica no es conclusiva respecto al efecto del salario mínimo sobre el empleo, y tampoco lo es respecto a la reducción de la jornada laboral sobre la capacidad de producción de la economía».
«Ello depende, en este último caso, de las horas efectivas de producción en la actualidad, y del efecto que tendrían las horas adicionales de ocio sobre la calidad de vida de los trabajadores, y a causa de ello, sobre una mayor productividad», agregó.
No obstante lo anterior, a su juicio, «no es el momento para discutir estas reformas, y tampoco debiesen abordarse ambas conjuntamente, menos cuando no contamos con datos que sustenten que no tendrán efecto en la economía chilena. Por encima de eso, se puede entrar a un escenario de riesgo si es que la discusión de estas reformas tiene efectos sobre la incertidumbre general, lo que puede traducirse en un freno para la inversión».
Desde la otra vereda, el presidente de la CNEP, Raphael Bergoeing, comentó a Emol que «si bien en medio de una pandemia como esta hacer grandes reformas que pueden incrementar el costo del proceso productivo pueden significar que los que se ven perjudicados se vean perjudicados, también es cierto que estas son reformas que tienen que hacerse pensando en los desafíos estructurales de la economía, y no solamente en el día a día».
«Más que cerrar la puerta a la discusión, o simplemente decidir ex ante que no hay ninguna posibilidad de avanzar en esta dirección, lo que yo diría que primero hay que aprender de la experiencia internacional, y darse cuenta de que estos procesos como tienen ganadores y perdedores en el corto plazo, tienen que tratar de implementarse primero haciendo varias políticas al mismo tiempo para que se hagan cargo de mitigar los costos», subrayó.
Gradualidad y mitigación
Consultado por mecanismos para conjugar ambas iniciativas con la productividad, el director del Observatorio del Contexto Económico (Ocec) de la Universidad Diego Portales, Juan Bravo, resaltó que, como se está proponiendo un alza de 14% del ingreso básico en un periodo de cuatro meses, considerando que el monto actual de $350 mil empezó a regir a partir del 1 de enero de este año, «según la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) del Central, en ese periodo de tiempo la inflación acumulada andaría en 2,8%, entonces, si a ese 14,5% le restas el 2,8%, te da un incremento en términos reales del salario de 11,5%. Es muy difícil, por no decir imposible, que la productividad laboral crezca el 11,5%».
Es más, acusó que en «en periodos tan breves de tiempo, lo más probable es que la productividad laboral no crezca casi nada, o crezca muy poco. Entonces por eso lo que se espera, y por eso es que se ha alertado bastante, es que esto generaría un daño sobre la creación de empleo asalariado formal en el sector privado, particularmente en los sectores de jóvenes y las personas con menores niveles educacionales».
Así las cosas, el economista puntualizó en, al menos en el corto plazo, «resolver el problema social que genera el salario mínimo, tiene que ver con, a mí juicio, reajustar el salario mínimo en base a inflación más crecimiento de la productividad laboral, y eso complementarlo con una mejora radical al subsidio del Ingreso Mínimo Garantizado, que corrija por cargas familiares y que el monto del subsidio sea tal que la fórmula de cálculo permita siempre asegurar que se supere la línea de la pobreza».
Asimismo, remarcó «hay que empezar desde ya a implementar ese tipo de reformas estructurales, eso es clave, porque eso mismo daría buenas señales de que hay una intención de mejorar los problemas estructurales y que las promesas de campaña se realicen de una manera tal que minimicen los impactos negativos que esto pueda tener en el empleo».
En ese sentido, Bergoeing sostuvo que, bajo el contexto actual, «es particularmente importante la gradualidad y el complemento de políticas en un momento de bajo crecimiento como el que está enfrenando el mundo y Chile en particular».
«Es particularmente importante la gradualidad y el complemento de políticas en un momento de bajo crecimiento como el que está enfrenando el mundo y Chile en particular»
Raphael Bergoeing, presidente de la CENP
Y ejemplificó «tú podrías hacer una reducción no de las 5 horas, pero de menor cuantía en un primer momento, esperar y luego al año evaluar qué impacto tuvo, en qué tipo de trabajadores, y en qué tipo de sectores, para ir calibrando la necesidad de tener otras herramientas que vayan suavizando los efectos negativos, y permitan que el sector productivo se vaya adaptando a esta nueva realidad».
Pero, ¿cómo mejorar la productividad? Según el titular de la CNEP, considerando las habilidades laborales y los niveles de educación técnico-profesional en el país, lo fundamental es «mejorar la capacidad de ser más productivo y adaptarse para aprovechar las tecnologías a favor del trabajo, y no para ser sustituido, sino que para complementar a las personas con las máquinas es la capacitación, y la capacitación es un tema que tiene que ser permanente».
De hecho, Cox mencionó que, dado que esta se explica por la acumulación del capital humano y la innovación tecnológica, en el corto plazo se podría impulsar «importando nuevas tecnologías y formas de uso del capital físico y humano. Para ello es clave el esfuerzo que se hace desde la inversión».
Fuente: Emol economía, marzo 22 de 2022
Jeannette Jara comentó que está trabajando junto con el titular de Economía, Nicolás Grau, para ayudar a las pequeñas empresas a que puedan implementar la reducción de la jornada laboral sin que implique una rebaja de salarios.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, habló esta mañana sobre un tema que es prioritario para los primeros meses de su gestión: sacar adelante el proyecto que reduce, de forma gradual, la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas semanales.
Para la secretaria de Estado, impulsar estar iniciativa, junto con «otras mejoras productivas», mejora la calidad de vida de las personas y «también esto se convierte en un motor para la economía».
En Chile tenemos una paradoja, tenemos más horas laborales que en el sistema de la OCDE y un menor nivel de productividad. Entonces, hay que hacer una combinación de varios elementos, que tiene que ver con jornada laboral, capacidades instaladas de las empresas, encadenamiento productivo, tecnologías, que nos permitan potenciar el crecimiento del país», dijo a Chilevisión.
Pero también es cierto que «tenemos que hacernos cargo de todas las realidades del mundo empresarial», subrayó. «En particular para las pymes, estamos viendo la gradualidad con que un proyecto como este se debe llevar adelante», añadió.
En ese sentido, recalcó que un tema relevante en torno a las «40 horas» es encontrar los mejores mecanismos de apoyo para que las pymes puedan implementar aquello sin que implique una reducción de salarios.
«Estamos estudiándolo junto al ministro Nicolás Grau de Economía, estamos estudiando el tema de apoyo a las pymes, porque sabemos que generan muchos puestos de trabajo para el país», comentó Jara.
Y así como es «necesario», según la ministra, reducir la jornada laboral en el país, también los es alcanzar un salario mínimo de $500 mil, un monto al que el Gobierno se comprometió llegar al final de su mandato.
«La combinación de ambos proyectos hay que buscarla debidamente», dijo. «Entonces, lo que tenemos que hacer desde el Gobierno, en conjunto con los parlamentarios, el mundo empresarial y con las y los trabajadores, es buscar cuál es esa combinación que nos permita avanzar y cuáles son esas gradualidades. Pero, sin duda, temerle a los cambios, resistir los cambios, la verdad que creo que es parte de lo que le ha hecho mal a nuestro sociedad», acotó.
Por último, sostuvo que el primer proyecto de reajuste del salario mínimo «va a ser prontamente presentado, así que muy luego vamos a tener noticias, porque el nuevo salario mínimo, reajustado, empieza a regir el 1 de mayo».
Fuente: Emol Economía, marzo 21 de 2022
Con todo, el instituto emisor revisó a la baja el dato, dado que en febrero había informado un crecimiento preliminar del PIB de 12% el año pasado
El Banco Central entregó este viernes el crecimiento oficial del Producto Interno Bruto (PIB) chileno en 2021, confirmando un histórica alza, aunque ajustando levemente a la baja el dato preliminar que exponía una expansión económica de 12% el año pasado.
Según el Informe de Cuentas Nacionales del cuarto trimestre de 2021 dado a conocer esta mañana, la economía chilena anotó un crecimiento anual de 11,7%, manteniéndose como la mayor alza en casi 30 años, desde 1992 cuando registró una expansión de 12,3%.
«Este crecimiento fue reflejo de la apertura gradual de la economía y de una mayor adaptación de los hogares y empresas al contexto sanitario y su evolución durante el año», apuntó el informe. «Adicionalmente, se observó un aumento en la demanda interna explicado en parte por las medidas económicas de apoyo a los hogares y empresas y a los retiros parciales de los fondos previsionales», agregó.
En 2021 se registró un día hábil menos que en 2020 y el efecto calendario fue de -0,1 puntos porcentuales.
Por su parte, las cifras ajustadas estacionalmente respecto del trimestre anterior, mostraron tasas positivas durante todo el año, siendo el primer y tercer trimestre los más dinámicos (3,4 y 4,5%, respectivamente).
En tanto, el último cuarto registró un crecimiento de 1,8%.
«Desde la perspectiva del origen, todas las actividades exhibieron cifras positivas con la excepción de minería. Las actividades de mayor incidencia al crecimiento del PIB fueron el comercio y los servicios personales, sectores particularmente favorecidos por la mayor apertura de la economía y el aumento de la demanda. Asimismo, destacaron por su crecimiento las actividades de restaurantes y hoteles, construcción y transporte», añadió el texto.
Mientras que, desde la perspectiva del gasto, «la demanda interna se mantuvo dinámica durante todo el año impulsada por el desempeño del consumo de hogares; la inversión también contribuyó al resultado, exhibiendo una recuperación el 2021», señaló el instituto emisor.
Además, la entidad presidida por Rosanna Costa expuso que el crecimiento del consumo fue en gran parte explicado por un «mayor gasto en servicios -restaurantes y hoteles y salud- y en bienes no durables -vestuario y alimentos-«.
Con relación al comercio exterior, «las importaciones aumentaron y las exportaciones retrocedieron, teniendo como resultado un deterioro de las exportaciones netas», indicó, agregando que «el ingreso nacional bruto disponible real (INBDR) creció 15,9%, aumento mayor a lo observado en el PIB, explicado por una mejora en los términos de intercambio».
A su vez, el ahorro bruto total ascendió a 25,3% del PIB en términos nominales, «compuesto por un ahorro nacional de 18,8% del PIB y un ahorro externo de 6,6% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos».
Por último, el informe precisó que también se reestimaron las cifras de crecimiento de 2019 y 2020. Así, el PIB se revisó dos décimas a la baja en ambos años, ubicándose en 0,8% en 2019 y -6,0% en 2020. Y en 2021, «el PIB se revisó tres décimas a la baja con relación al cierre preliminar del Imacec (de 12% a 11,7%)», finalizó.
Fuente: Emol economía, marzo 18 de 2022
Bci Estudios estima «alta probabilidad» de que Chile caiga en recesión en últimos trimestres de 2022
En un informe, anticipó también que el Consejo del Banco Central de Chile podría subir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 200 puntos básicos este mes para llevarla a 7,5%.
Bci Estudios estimó el martes una «alta probabilidad» que hacia los últimos trimestres del año la economía chilena se encuentre en recesión y anote en 2022 un crecimiento de 1,8%, mientras que la visión hacia 2023 continúa siendo débil, con un crecimiento de tan sólo 0,5%.
«Chile enfrenta una coyuntura compleja, marcada por la incertidumbre a propósito del proceso constituyente y la instalación del nuevo gobierno, a lo que se suma la guerra Ucrania-Rusia, que reconoce un nuevo orden geopolítico global, con impactos relevantes en el crecimiento y riesgos globales», indicó en el último informe trimestral Claves Económicas. «Todavía están por verse los alcances e impactos que en definitiva marcará el nuevo escenario que se dibuja».
Bci Estudios indicó que en materia de crecimiento, la economía chilena da cuenta de una desaceleración, alineado con el ajuste requerido para contener las presiones sobre precios del lado de la demanda interna, dado el evidente sobrecalentamiento que da cuenta la economía. La pérdida de impulso en la economía se verá remarcado por los efectos de la guerra en la actividad mundial.
«El consumo privado se encuentra en torno a 20% por sobre los niveles pre-pandemia, lo que no es sostenible. Ya se ha retirado el estímulo monetario, al tiempo que para este año se prevé una caída en torno a 20% en el gasto público», señaló.
Aumento récord en tasa clave
En el documento, anticipó también que en su reunión de fines de este mes el Consejo del Banco Central de Chile podría subir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 200 puntos básicos para llevarla a 7,5%, para luego realizar un último aumento de 100 pb en la reunión de principios de mayo a 8,5%, nivel que mantendrá por algunos meses, estimó el martes Bci Estudios.
«El Banco Central se encuentra en un contexto bastante complicado», sostuvo en el análisis. «Si bien durante 2022, las presiones inflacionarias serán mayormente desde el lado de la oferta, el desanclaje de expectativas llevará al Banco Central a continuar con su ciclo contractivo, el cual será uno de los más agresivos desde la puesta en del esquema de metas de inflación a principios de los 2000».
El escenario base de Bci Estudios considera que la presiones sobre los precios se mantendrán todo el año, aunque comenzarían a ceder tímidamente en la segunda parte. Así, la inflación cerraría 2022 en torno a 7,5%. «Para 2023, dado el escenario de crecimiento y mayores niveles de TPM, vemos que la inflación cederá, a penas ubicándose dentro del rango meta del Banco Central», señaló.
Menores riesgos en tipo de cambio
Bci Estudios afirmó que los riesgos para el tipo de cambio se han disipando en el ámbito local, de la mano de positivas señales por el lado fiscal y un manejo económico responsable en las cuentas macroeconómicas. Anuncios consistentes con la estabilización de la deuda externa, junto con menores presiones sobre el déficit de cuenta corriente, anticipa un mejor escenario para la moneda local, sujeto a que se vayan confirmando estas directrices, dijo.
El escenario base de Bci Estudios contempla un tipo de cambio en torno a 790 $/USD a fines 2022, reconociendo un cambio significativo frente a las proyecciones de unos meses atrás.
«Si se agudizan los argumentos a favor del peso, un escenario alternativo incorpora un tipo de cambio en 750 $/USD. Con menor probabilidad de ocurrencia, mantenemos la posibilidad de un escenario adverso para la moneda local que sea consistente con una paridad cercana a 900 $/USD, si los fundamentos sobre la economía chilena y el manejo fiscal vuelven a tensionarse», añadió el informe.
Fuente: Diario Financiero, marzo 15 de 2022
El presidente del gremio, Dante Arrigoni, se mostró confiado en que el nuevo gabinete económico le otorgará a la industria manufacturera un rol clave, en momentos en que la pandemia y la guerra han evidenciado la necesidad de bajar la dependencia de los países a las importaciones.
Hacer de Chile un país atractivo para la inversión será, a juicio del presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, una de las principales tareas que tendrá que asumir el nuevo Gobierno. “El mayor desafío del Presidente Gabriel Boric será hacer de Chile un país confiable frente a un escenario internacional de inestabilidad absoluta”, señaló el dirigente gremial.
En ese sentido, enfatizó que tanto la pandemia como la actual guerra en Ucrania han dejado de manifiesto la importancia que tiene para los países el poder contar con una industria manufacturera fuerte. “Estos escenarios no han hecho sino evidenciar la necesidad de bajar la dependencia a las importaciones, y para ello se necesitan políticas para la industria productiva que incentiven su desarrollo. En ASIMET confiamos que este nuevo gabinete económico le dará a la manufactura un rol clave, incentivando su fomento a través de una estrategia de largo plazo que permitirá a Chile avanzar en crecimiento y bienestar para las personas”, sostuvo.
Como desafíos para el equipo económico del Presidente Boric, Arrigoni señaló tres factores a los que deberán hacer frente: “La pandemia, que aún no está controlada, la guerra en Ucrania, cuyo desenlace y repercusiones aún son una incógnita, y un escenario político interno que está generando incertezas, con una Convención Constituyente que se está alejando de su origen, que fue redactar una Constitución de consenso, donde fueran escuchadas todas las opiniones”, indicó.
En esa misma línea, el dirigente gremial recordó que dos de las prioridades de este nuevo Gobierno son una reforma tributaria que pretende recaudar un 5% del PIB, “objetivo que vemos muy exigente en una economía decreciente y con una inflación que no se logra controlar. Y, por otra parte, la reducción de la jornada laboral, iniciativa que no se condice con nuestros actuales niveles de productividad”.
Pese a lo anterior, Arrigoni se mostró confiado en que la experiencia y trayectoria del equipo encabezado por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, “permitirá realizar cambios con gradualidad y aterrizados a nuestra realidad, como también esperamos que en su gestión ponga en marcha una Estrategia Industrial para Chile, que estamos seguros será la clave para reactivar el país, no solo en las actuales circunstancias, sino también para las próximas generaciones”, concluyó.
“Miramos este Imacec de 9% con prudencia, el mercado esperaba una cifra un poco más alta. Con estos datos será difícil llegar a la meta del 3,5% que planteó el Ministerio de Hacienda para este año, con lo cual vamos a crecer menos que el IPC y eso dará origen a un decrecimiento que afectará principalmente la creación de empleo”.
De esta manera calificó la cifra del Imacec de 9% en enero el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, quien mostró su preocupación respecto de la recuperación de la economía chilena, y la del sector manufacturero, dado “el nuevo escenario político tanto nacional como internacional que no aporta a la recuperación y que impactará con fuerza la actividad durante este periodo”.
En este sentido, recordó que la industria metalúrgica metalmecánica creció el año pasado un 7,3% y que para este 2022 las proyecciones ubican esta cifra en torno al 2% o 3%. “Sin embargo, tanto la guerra en Ucrania como el actual escenario en el país nos hacen ser menos optimistas respecto a este crecimiento. Vemos con preocupación las propuestas de la Convención Constitucional que se han alejado del objetivo de conseguir una nueva Constitución que genere un consenso que nos permita avanzar como país hacia el desarrollo”.
Agregó que Chile necesita un ambiente de negocios que genere estabilidad y certezas, que atraiga inversión. “En los tiempos actuales promover nacionalización de riquezas básicas en un país que con urgencia requiere inversión para desarrollarse, crear buenos empleo, incorporar nuevas tecnologías, fomentar la reindustrialización y la economía verde, significa un gran retroceso. A partir del 11 de marzo se abre un nuevo ciclo político y surgen interrogantes que como empresarios esperamos que puedan ser despejadas en el menor tiempo posible”, concluyó.
Un crecimiento de un 7,3% registró durante 2021 el sector metalúrgico metalmecánico que permitió revertir la caída del ejercicio anterior que había sido de -3,9%, aunque este crecimiento fue menor al del país que alcanzó un rango del orden del 12% en igual período.
Así lo señala ASIMET en su balance anual del 2021, en el cual el presidente del gremio, Dante Arrigoni, destacó que si bien este crecimiento revierte la caída de 2020 que fue de un -3,9%, las proyecciones para el 2022 son menos optimistas. Afirmó que la expansión de la industria metalúrgica metalmecánica superó al de la industria manufacturera en su conjunto, que logró un crecimiento de 5,2%.
Dante Arrigoni precisó que en diciembre pasado el sector registró un aumento de 6,9%, y que de los 9 subsectores que componen la industria metalúrgica metalmecánica, siete alcanzaron cifras positivas y solo dos subsectores tuvieron un desempeño negativo en el 2021.
El dirigente empresarial agregó que en la actual situación del país se debe proyectar un crecimiento más moderado para el 2022 en torno al 2% o 3%, que se sustenta en los proyectos que actualmente se encuentran en ejecución, y a la espera de conocer las nuevas políticas que impulsará el gobierno que asumirá en marzo próximo, en lo que se refiere a inversión pública e infraestructura.
El presidente de ASIMET alertó sobre la necesidad de que desde el Gobierno se impulse una estrategia industrial que, a través de alianzas público-privadas, logre impactar positivamente la actividad en el sector manufacturero. “Como directorio de ASIMET tuvimos oportunidad de reunirnos con el designado ministro de Economía, Nicolás Grau, a quien le entregamos un estudio sobre la reindustrialización, avanzar en la economía verde y la sustentabilidad”, dijo Arrigoni.
Actividad por subsectores
El informe de ASIMET analiza la actividad por subsectores. La fabricación de otros productos elaborados de meta y las actividades de servicios de trabajo de metales fue el que mostró el mejor desempeño durante el 2021, al registrar un crecimiento acumulado de 7,5%, aportando 1,9 puntos porcentuales de crecimiento al sector, que se explica principalmente por la ejecución de nuevos proyectos de mayor tamaño en empresas del rubro.
Como contrapartida los subsectores de fabricación de productos metálicos para uso estructural, tanques, depósitos, recipientes de metal y generadores de vapor y fabricación de maquinaria de uso especial, fueron los dos únicos que tuvieron un retroceso restando 0,6 y 0,2 pp de crecimiento al sector.
Exportaciones e importaciones M/M
En cuanto a exportaciones de productos de la industria metalúrgica metalmecánica los principales mercados de destino fueron Perú, Brasil, Estados Unidos y Argentina. Estos cuatro países concentraron el 57,8% de las ventas del rubro en el mercado internacional, el mercado americano representó el 80,7% de las ventas al exterior.
Las exportaciones del sector durante el año 2021 totalizaron los US$ FOB 2.317,9 millones, lo que representó un aumento de 18,2% respecto del año anterior. Los principales productos con valor agregado exportados durante el año pasado fueron alambre de cobre, barras y perfiles de aceros aleados, barras huecas para perforación y cajas de cambio para vehículos.
En tanto que las importaciones alcanzaron durante 2021 una cifra récord ascendiendo a los US$ CIF 34.641,3 millones, este es el valor más alto desde que se tenga registro. Lo anterior significó un aumento de 55,3% en comparación a lo registrado el 2020.
China es el principal país de origen de las importaciones, con un registro de US$ CIF 14.125,1 millones, lo que representa el 40,8% del total; le siguen Estados Unidos con US$ CIF 3.897,9 millones y Brasil con US$ CIF 2.272,5 millones con una participación de 11,3% y 6,6% respectivamente.
ASIMET, febrero 04 de 2022
Según el Informe de Percepciones de Negocios (IPN) del Banco Central, si bien la incertidumbre ha ido cediendo con el inicio de año, aún están a la espera de definiciones políticas y legislativas más concretas.
Con una leve mejora en las perspectivas que se refleja en que la incertidumbre entre los empresarios “se ha reducido algo respecto de fines del 2021”, el Informe de Percepciones de Negocios que publicó hoy jueves el Banco Central constata que las inversiones se mantendrán congeladas.
¿La razón? están a la espera de definiciones políticas y legislativas más concretas. Las entrevistas realizadas entre el 6 y el 25 de enero -alrededor de 70- apuntan a un escenario relativamente más estable en comparación con el informe anterior.
Así, si bien una parte ve con preocupación el aumento de contagios y hay quienes esperan que el impulso de la economía decaiga hacia el segundo semestre, ellos no anticipan que el desarrollo de la pandemia vuelva a afectar los negocios en la misma magnitud que lo hizo durante los momentos más álgidos de la pandemia.
En este contexto, destaca el reporte, la percepción de las empresas sobre su desempeño futuro apunta hacia una relativa estabilidad respecto de sus niveles promedio e incluso una mejoría respecto de su situación actual.
Para el mediano plazo los proyectos de inversión se mantuvieron o recortaron. El motivo, según el análisis del Banco Central, es que aun cuando la incertidumbre ha ido cediendo, los empresarios están a a la espera de definiciones más concretas en el plano político-legislativo para emprender proyectos más grandes.
Con esto para 2022 se espera que habrá “pocas iniciativas nuevas y los proyectos actuales están destinados mayormente a la automatización, al cumplimiento de la normativa ambiental y al reemplazo de maquinaria”. De hecho, “algunos entrevistados dan cuenta que suspendieron sus proyectos de más mediano plazo, privilegiando inversiones fuera del país», señala el informe.
La inflación y el aumento de los costos
Una inflación «muy por sobre lo normal”, es lo que prevén la mayoría de las compañías para este año (57,8%), lo que en su análisis creen que irá disminuyendo en 2023 en la medida que las señales de enfriamiento de la economía hagan disminuir la velocidad de aumento de precios.
En lo inmediato continuará la presión sobre los costos, aunque su velocidad de aumento será menor durante los próximos tres meses. Esto ya ha dañado los márgenes de ganancias de las ventas, por lo que aumentarán los precios finales hacia los consumidores.
“Pese a la estabilización de los costos, el deterioro acumulado de los márgenes hace que las empresas prevean nuevos aumentos de sus precios de venta para compensarlos”, señala el informe.
Impacto en el empleo
El aumento de la inflación no ha provocado mayores cambios en el comportamiento de los negocios, según exhibe el informe, aunque destaca que los entrevistados consideran un adelantamiento del alza de los precios de venta, un retraso en las contrataciones y en los reajustes salariales en el año 2022.
De acuerdo con la encuesta realizada en modalidad online entre el 17 y el 31 de enero (se recibiendo 707 respuestas válidas) las empresas informan que continúan teniendo problemas para llenar las vacantes disponibles (88,14%).
Las compañías que han registrado mayores problemas son las que están vinculadas a la agricultura, construcción y turismo. En cuanto al tipo de puestos de trabajo, “buena parte de los entrevistados indican una mayor dificultad para contratar personal de menor calificación, lo que se ha hecho más presente debido a la mayor demanda laboral durante el período estival”, señala el análisis.
Además, varias empresas también advierten algunas dificultades para reclutar colaboradores de mayor calificación, en especial en cargos esenciales para el funcionamiento de las empresas. De acuerdo con varios entrevistados, la falta de mano de obra ha llevado a una menor oferta de servicios —como en el turismo— o una menor actividad —como en la construcción y la industria.
En todo caso, gran parte de las empresas indica que su dotación no ha sufrido mayores cambios respecto de un año atrás o de tres meses atrás.
De las acciones que han adoptado las firmas para adecuarse a esta situación destaca que el 54,7% ha ofrecido mayores sueldos y el 42.5% ha mejorado la búsqueda.
En el escenario financiero el reporte destaca que la mayoría de las empresas indica que no ha solicitado créditos en los últimos meses: “Algunos entrevistados indican que esta falta de necesidad de financiamiento responde a la alta liquidez con que cuentan, por las buenas ventas logradas en el 2021”.
Fuente: Diario Financiero, febrero 03 de 2022
Se trata del noveno mes consecutivo en que la economía chilena anota un crecimiento de dos dígitos.
La economía chilena logró su noveno mes consecutivo de crecimiento en dos dígitos en diciembre y anotó un alza de 10,1%. Con esto, el PIB nacional habría cerrado 2021 registrando una expansión anual de 12%, la mayor desde 1992 (12,3%).
Las cifras, informadas esta mañana por el Banco Central por medio del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec), están en línea a lo que esperaba el mercado.
En tanto, el instituto emisor señaló que «la serie desestacionalizada cayó 0,4% respecto del mes precedente y aumentó 10,2% en doce meses». El mes registró un día hábil más que diciembre de 2020
Todos los componentes del Imacec crecieron respecto al mismo periodo del año anterior, destacando la contribución de las actividades de servicios y, en menor medida, del comercio.
Este resultado, añadió la entidad, se explicó, en parte, por la mayor apertura de la economía, las medidas de apoyo a los hogares y los retiros parciales de los fondos previsionales.
Por su parte, la caída del Imacec desestacionalizado fue explicada por el desempeño de la minería, efecto que fue parcialmente compensado por el aumento de los servicios.
Análisis del Imacec por actividad
En su análisis por actividad, el Banco Central señaló que la producción de bienes mostró un aumento de 3,3% en doce meses, «explicado por la agrupación resto de bienes, que creció 5,9%, asociado al desempeño de la construcción. La industria manufacturera y la minería también aportaron al resultado, con crecimientos de 4,3% y 1,5%, respectivamente».
En términos desestacionalizados, la producción de bienes cayó 1,8% respecto del mes anterior. «Este resultado fue determinado, principalmente, por la caída de la minería, efecto parcialmente compensado por el aumento del resto de bienes», añadió.
El comercio, por su parte, registró un crecimiento anual de 14,8% en diciembre, impulsado por todos sus componentes. Destacaron las ventas mayoristas de materias primas, alimentos, bebidas y tabaco, y maquinaria y equipo, y las ventas minoristas de vestuario, calzado y equipamiento doméstico. En tanto, cifras desestacionalizadas apuntaron una caída de 1,4% respecto del mes precedente.
Por último, los servicios crecieron 12,6% en el último mes de 2021, explicado principalmente por el desempeño de los servicios empresariales, seguidos por los personales, en particular de salud. En menor medida, el transporte y los restaurantes y hoteles también contribuyeron al resultado.
«Acorde con cifras ajustadas por estacionalidad, las actividades de servicios crecieron 1,4% respecto del mes anterior», finalizó.
Fuente: Emol economía, febrero 01 de 2022
Según informó el INE, se crearon 120 mil puestos de trabajo en el último mes del año y se ha recuperado el 77,5% de los empleos destruidos producto de la pandemia.
El desempleo en Chile sigue cayendo y en el trimestre móvil octubre-diciembre de 2021 bajó hasta 7,2%, cerrando así el año en su tasa más baja desde el último trimestre de 2019 cuando anotó 7,1%.
«Es la octava disminución anual consecutiva en la tasa de desocupación», destacó el subdirector técnico del INE, Leonardo González. La cifra informada por el este estadístico este lunes se encuentra en línea con lo esperado por el mercado.
El número significó un descenso de 3,1 puntos porcentuales (pp.) en doce meses, producto del alza de la fuerza de trabajo (4,5%), menor a la presentada por las personas ocupadas (8,1%).
Por su parte, las personas desocupadas disminuyeron 26,9% en doce meses, incididos por quienes se encontraban cesantes (-27,8%) y aquellos que buscan trabajo por primera vez (-18,3%).
Según sexo, la tasa de desocupación de mujeres se situó en 7,4%, y la de hombres en 7,1% decreciendo en doce meses 3,5 pp. y 2,7 pp., respectivamente.
Además, en dicho trimestre móvil, se crearon 119.930 empleos respecto al trimestre anterior. Con ajuste estacional, precisó González, la cifra de puestos de trabajo recuperados trimestralmente es de 49.625.
Por otra parte, desde el peor momento de la pandemia, se han recuperado 1 millón 436 mil empleos, equivalente al 77,5% de los trabajos destruidos. La recuperación es del 81,8% para hombres y de 73,1% para mujeres.
Mientras que la recuperación de las ocupaciones formales es del 80,1%, mientras que la cifra de trabajos informales recuperados asciende a 94,5%.
«Las variaciones trimestrales que estamos observando son las más altas del último año, si seguimos a este ritmo estimamos que prontamente podamos recuperar todas las ocupaciones que se perdieron en el peor momento de la pandemia», subrayó González.
Eso sí, acotó que «todavía falta que se recupere tanto tasa de participación como de ocupación. Hemos venido observando sistemáticamente un aumento de estas tasas, pero aún no observamos los niveles de periodos previos a la pandemia». La tasa de ocupación terminó 2021 en 54,3%, mientras que la de participación en la fuerza de trabajo culminó en 58,5%.
En 12 meses, las personas ocupadas tuvieron un aumento de 8,1%, incidida tanto por las mujeres (11,7%) como por los hombres (5,7%). Por su parte, los ocupados ausentes, que representaron el 5,8% del total de la población ocupada, decrecieron 22,4%, equivalente a 144.398 personas.
La expansión de los ocupados fue influida por construcción (22,2%), comercio (8,5%) y alojamiento y servicio de comidas (30,9%), en tanto, por categoría ocupacional, el alza fue liderada por personas asalariadas formales (6,3%), trabajadoras por cuenta propia (16,7%) y personas empleadoras (20,5%).
La tasa de ocupación informal se situó en 28,3% con un incremento de 1,3 pp. en doce meses. Asimismo, las personas ocupadas informales aumentaron 13,3%, incididos tanto por las mujeres (21,9%) como por los hombres (7,4%) y por personas trabajadoras por cuenta propia (23,5%) y personal de servicio doméstico (39,5%).
Fuente: Diario Financiero, enero 31 de 2021