En tanto, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que la actividad del comercio aumentó 4,8% en febrero, acumulando con ello un crecimiento de 8,2% en lo que va del año.
Una contracción interanual de 3,0% registró en febrero de 2022 el Índice de Producción Industrial (IPI), según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), debido a las incidencias negativas de dos de los tres sectores que lo componen. Se trata de su peor desempeño desde diciembre de 2020.
Cabe mencionar que el IPI había anotado una disminución interanual de 1,1% en enero de este año, debido a la incidencia del sector minero.
El Índice de Producción Minera (IPMin) fue el que más influyó en el resultado del segundo mes del año, al descender 5,7% en doce meses e incidir -2,302 puntos porcentuales (pp.) en la variación del IPI. Lo anterior se explicó por una menor actividad registrada en la minería metálica, producto de la baja en la extracción y procesamiento de cobre.
Por su parte, el Índice de Producción Manufacturera (IPMan) disminuyó 2,2% respecto a igual mes del año anterior y restó 1,098 pp. al IPI. Esto, principalmente a raíz de la baja interanual de 9,0% en fabricación de sustancias y productos químicos.
Por el contrario, el Índice de Producción de Electricidad, Gas y Agua (IPEGA) creció 4,0% en relación con febrero de 2021 y aportó 0,444 pp. a la variación del IPI. Esto, debido a que las tres actividades que lo componen anotaron aumentos, en especial la electricidad.
Actividad del comercio
De acuerdo a la entidad, el Índice de Actividad del Comercio (IAC) a precios constantes anotó un aumento interanual de 4,8% en febrero de 2022, incidido por el alza en dos de las tres divisiones que lo componen, acumulando con ello un crecimiento de 8,2% al segundo mes del año.
Esto, ya que el sector evidenció un aumento de 12,0% anotó en enero de 2022, incidido por las alzas de las tres divisiones que lo compone.
Comercio al por menor, excepto el de vehículos automotores y motocicletas, fue la que más aportó en la variación interanual del IAC en febrero, al registrar un incremento de 10,2% e incidir 4,255 puntos porcentuales (pp.). En esta división destacó el alza en venta al por menor en comercios no especializados con predominio de la venta de alimentos, bebidas o tabaco.
Comercio al por mayor y al por menor y reparación de vehículos automotores y motocicletas aumentó 6,7%, aportando 0,781 pp. a la expansión del IAC, debido a un alza en las ventas tanto de vehículos automotores como de partes, piezas y accesorios para vehículos automotores.
Por el contrario, comercio al por mayor, excepto el de vehículos automotores y motocicletas, se redujo 0,5% e incidió -0,225 pp. en el resultado del índice. En ello influyó, principalmente, el descenso en venta al por mayor de materiales de construcción, artículos de ferretería y equipo y materiales de gasfitería y calefacción.
En tanto, el Índice de Ventas de Supermercados (ISUP) a precios constantes creció un 11,3% en doce meses. La serie desestacionalizada y corregida de efecto calendario anotó una expansión de 0,4% respecto al mes anterior y un aumento interanual de 11,6%.
Fuente: Emol economía, marzo 31 de 2022
Una fuerte desaceleración desde el repunte alcanzado en 2021 es lo que proyectan los gremios empresariales para sus respectivos sectores este año. Cuando el primer trimestre está por concluir, y ad portas de que el Banco Central presente mañana un nuevo Informe de Política Monetaria (IPoM) -que ahora prevé un alza del PIB entre 1,5% y 2,5% este año- los departamentos de estudio prevén un crecimiento más o menos similar que a comienzos de año, pero suman luces de alerta para tener en cuenta: el conflicto entre Rusia y Ucrania y una inflación que no cede, entre otros factores.
Minería prevé mayor
producción de cobre en 2022
Luego de una caída de 0,6% de la actividad minera en 2021 -explicada principalmente por la menor extracción de cobre-, este año el sector experimentaría un alza de entre 2% y 3%, según las proyecciones de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami). Esta cifra iría en línea con el 2% que la entidad anticipa para la economía nacional en el mismo período.
El gerente de Estudios del gremio, Álvaro Merino, explica que la producción del metal rojo llegaría a más o menos 5,8 millones de toneladas este ejercicio, superando por cerca de 150.000 toneladas lo obtenido en 2021.
Además, la entidad contempla un aumento de la producción de los elementos no metálicos, sobre todo del litio, y considerando las actuales condiciones del mercado, el precio del cobre oscilaría en un rango entre US$ 4,1 y US$ 4,3 la libra, explica el gerente de Estudios.
El representante de Sonami anticipa que hay factores de riesgo que pueden hacer variar estas proyecciones, como la persistencia de la inflación, la mantención y profundización de los problemas que ha generado la cadena de suministros, o la propagación de nuevos brotes de Covid-19, a lo que se suman aspectos geopolíticos, particularmente la invasión rusa a Ucrania. Todos estos elementos podrían, según Merino, repercutir sobre el mercado del cobre.
Construcción profundiza
caída estimada para la inversión
A fines del año pasado, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) proyectaba que este 2022 la inversión en el sector se contraería hasta 2%, en la comparación a 2021.
Pero ahora, dado el «alto nivel de incertidumbre política y económica que existe en el país y la postergación sobre todo de proyectos mineros, lo más probable es que finalmente la caída de la inversión sectorial sea aún más profunda», alerta el presidente del gremio, Antonio Errázuriz.
El empresario señala que la mayoría de los indicadores de actividad sectorial han mostrado signos de deterioro respecto de lo que se estaba contemplando a comienzos de este año. A modo de ejemplo, plantea que «si ya el aumento del precio de los materiales e insumos de construcción era un tema crítico, ahora con la invasión de Rusia a Ucrania se ha vuelto todavía más incierto y preocupante por el impacto que puede tener en la cadena logística».
Al mirar el panorama general del país, la CChC prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional logrará crecer en un rango entre 0,5% y 1,5%.
El pasado 2021 el sector de la construcción alcanzó un crecimiento de 13,6% en la comparación con el año de la irrupción de la pandemia, según las cuentas nacionales publicadas a mediados de mes por el Banco Central.
Industria alerta heterogéneo
crecimiento entre subsectores
Un crecimiento de la industria manufacturera entre 1,5% y 2,5% es lo que prevé para este año la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Su director de Políticas Públicas, Rodrigo Mujica, recalca que la estimación evidencia una «significativa desaceleración» respecto de 2021 -cuando el alza fue de 8,3%-, lo que responde principalmente a la menor actividad económica agregada, a una caída de la inversión en respuesta a la «elevada incertidumbre» y a las mayores tasas de interés.
El experto detalla que esperan que la expansión de la industria sea heterogéneo para los diferentes subsectores. El impulso llegaría desde los rubros más ligados a la inversión pública y al consumo de bienes no durables, que contrastarían con otros sectores más ligados a la inversión y el consumo durable.
«Un rol importante en este escenario de menor actividad lo jugará el contexto económico internacional y un potencial menor dinamismo de la demanda externa por nuestros productos de exportación», apunta Mujica.
El representante de la Sofofa indica que para los próximos meses se suma una nueva fuente de incertidumbre proveniente de la invasión rusa a Ucrania y sus posibles impactos en la economía global, y plantea que para la economía nacional en su conjunto contemplan un alza del PIB entre 0,5% y 1,5%, sin descartar variaciones negativas.
Agro se mantiene en alerta
por situación climática y lluvias
Sin cambios mantiene la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) su panorama para el sector este año, el cual podría crecer entre 3% y 4%, según el gremio. El jefe del Departamento de Estudios de la entidad, Francisco Gana, detalla que este cuadro dependerá «en gran parte de la situación climática», con particular énfasis en lo que ocurra con el régimen de lluvias, ya sea porque estas últimas sean extemporáneas o por escasez.
El analista anticipa que el subsector frutícola crecería sobre 3% este 2022, con la mayor incidencia en el PIB del agro. Para la horticultura la SNA proyecta un alza entre el 2% y el 3% -con un grado de mayor incertidumbre por los efectos de la sequía-, y para el mundo pecuario contempla una expansión menor a 1%.
Los cultivos subirían en torno al 2%, y los demás subsectores estarían en línea con el panorama general del agro. Gana advierte que el sector «deberá enfrentar aumentos de costos y un financiamiento más caro, que no siempre se pueden transferir a los precios».
El año pasado la actividad agropecuario-silvícola aumentó un 1,9% anual, liderada por la fruticultura, y en menor medida, por la silvicultura. La agricultura y ganadería, en tanto, prácticamente no registraron variación durante 2021.
Para la economía nacional, la SNA anticipa un crecimiento de solo 2%, detalla el jefe de Estudios.
Banca mira atentamente
el curso de la inflación
Una actividad crediticia creciendo en torno a 1,3% es lo que estima para este año la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), algo que «está en línea con una economía que seguirá su proceso de ajustes y se desacelerará especialmente durante la segunda mitad del año, con una inflación más persistente y una política monetaria contractiva», detalla el gerente de Estudios de la entidad Matías Bernier.
El experto plantea que el panorama «ha cambiado bastante» desde comienzos de enero. Explica que 2021 cerró con una actividad mayor a la prevista anteriormente, lo que junto a la aprobación de la Pensión Garantizada Universal (PGU) «hacía proyectar un 2022 más dinámico».
En este escenario, el representante de la ABIF plantea que también la inflación se ha tornado «más persistente», a lo que se suma el escenario internacional totalmente centrado en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. «El balance de riesgos se ha vuelto decididamente más negativo, con mayor inflación, aunque con un crecimiento similar al proyectado previamente», dice Bernier. En enero, el escenario base de la Asociación era una baja en el PIB sectorial de 2,6% para este 2022.
Para la economía nacional, el pronóstico del gremio es de un alza en torno a 2% en el año en curso, en línea con el consenso de mercado, dice el gerente.
Comercio difiere sobre la
profundidad de la ralentización
Luego de un año de crecimiento histórico del comercio minorista -impulsado por el levantamiento de las cuarentenas, apertura del comercio presencial, retiros desde las AFP y ayudas fiscales- la Cámara Nacional de Comercio (CNC) estima que el consumo irá «de más a menos» este año.
Esta desaceleración estaría influida por la desaparición de dichas variables transitorias, así como por un mercado laboral todavía en recuperación, y por las altas bases de comparación desde el próximo trimestre, explica Bernardita Silva, gerenta de Estudios de la CNC.
El gremio prevé que el PIB del sector se contraiga entre 2% y 8% este año, un rango amplio ya que «el escenario de incertidumbre tanto externo como interno es alto», detalla Silva.
Su par de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), George Lever, estima que este año el crecimiento de las ventas del comercio será cercano a cero, explicado por la caída en los ingresos de las personas luego de dos años de alta liquidez en los hogares, y en medio de una mayor inflación y tasas de interés del Banco Central que «desincentivan el gasto».
Agrega que la mayor movilidad «desviará parte del gasto de consumo hacia servicios presenciales -como turismo o recreación, etc- afectando la demanda por bienes», y suma el conflicto geopolítico en Europa del Este como factor de riesgo.
Fuente: Diario Financiero, marzo 29 de 2022
Durante la tarde de ayer, Asimet hizo entrega al ministro de Economía, Nicolás Grau, de un documento titulado Estrategia Industrial para Chile, que incluye un diagnóstico del estado actual de la manufactura nacional, su comparación con la de países desarrollados y una batería de diez medidas clave para que este sector avance en competitividad.
Entre las iniciativas se propone redefinir la categorización de las pymes, duplicando los límites de ventas actuales, la depreciación de 150% sobre modernización de maquinaria manufacturera y productos tecnológicos, medidas antidumping que fortalezcan el cumplimiento de la normativa nacional y la creación de una subsecretaría de la Industria.
Otra de las medidas es fomentar la renovación de maquinaria y tecnología asociados a la industria 4.0. Se propone específicamente una depreciación de 150% sobre modernización de maquinaria manufacturera y productos tecnológicos asociados a la i4.0, para alentar la rápida adopción de actividades innovadoras y productivas en empresas manufactureras.
El presidente de Asimet, Dante Arrigoni, comentó que el país está en una oportunidad histórica para la industria chilena. «El crecimiento potencial de Chile es inferior al 2% y con eso no se va a poder cumplir ningún objetivo de recaudación ni tampoco se podrán hacer las transformaciones sociales para mejorar la calidad de vida de los chilenos”, señaló.
A lo que agregó que tanto la pandemia como la actual guerra en Ucrania han dejado de manifiesto la importancia que tiene para los países el poder contar con una industria manufacturera fuerte. «Estos escenarios no han hecho sino evidenciar la necesidad de bajar la dependencia a las importaciones, y para ello se necesitan políticas para la industria productiva que incentiven su desarrollo», dijo.
Fuente: El Mercurio, marzo 25 de 2022
Gonzalo Sanhueza, socio director Econsult:
“Banco Central debería subir la tasa de interés a 10% a mitad de año”
Durante una conferencia con socios de ASIMET, el economista afirmó que el actual escenario macro es de los más complejos de los últimos 30 años, lo que, sumado a la incertidumbre política económica, aumentan los riesgos de recesión en 2022
Durante una conferencia on line con empresarios de ASIMET, el socio director de Econsult, Gonzalo Sanhueza, afirmó que el Banco Central “va a seguir subiendo fuerte la tasa de interés, porque la inflación va a pasar por niveles del 10%. Nos queda todavía mucha inflación de energía que se demora más en traspasarse a precios. Las empresas no tienen márgenes tan grandes como para aguantar un aumento de precios de la energía de 45% y no pasarlo a precio”, sostuvo.
En este escenario, agregó que el alza de la TPM “debería ser rápida, tiene que ser a mitad de año, porque vamos a tener que generar una tasa de interés real positiva para realmente contrarrestar la expansión de la economía, y llevarla a que vaya mas cerca de su capacidad de producción”.
En su exposición, el economista revisó también las proyecciones para este año de la economía en Chile: “En 2022 hay un ajuste fiscal muy importante, más o menos equivalente a 8 puntos del PIB, lo que va a permitir generar alguna holgura fiscal los próximos años. Existe acuerdo en pensiones y otras materias relevantes, alzas graduales de impuestos y violencia social contenida, con ese escenario base estamos fijando el crecimiento del PIB en 1%, y una caída de la inversión del 6%. El consumo va a ser 0, porque estamos con un nivel de consumo muy alto, entonces vemos difícil crecer sobre eso´”, indicó. Respecto del tipo de cambio, la proyección del economista es que se va a mantener en un valor de $790.
Para2023, Sanhueza proyectó un escenario más positivo, “porque pensamos que este año el nivel de incertidumbre es mayor. Ahí podríamos estar con crecimiento de 1,5. Nuestra estimación es que el crecimiento de tendencia de la economía hoy es cerca de 1,8%. La TPM va a bajar a 8 puntos, con una inflación más contenida”, sostuvo.
“El sesgo este año es negativo, principalmente por la incertidumbre de la economía internacional. El escenario macro es de los más complejos de los últimos 30 años porque tenemos una inflación al alza, la economía está sobre expandida, estamos usando significativamente el ahorro externo. Todo esto en un escenario de mucha incertidumbre económica que aumenta los riesgos de recesión”, indicó.
Reindustrialización de Chile
Consultado sobre la viabilidad de que en este Gobierno se lleve a cabo un proceso de reindustrialización del país, Sanhueza señaló que en el actual equipo económico hay personas que piensan que esa iniciativa se debe desarrollar a partir de la inversión pública, de las empresas públicas. “Si el proceso de reindustrialización va a ser a partir del Estado para construir empresas públicas, yo creo que eso va a ser un fracaso. Si se logra convencer al Gobierno que lo que hay que construir es un proceso en que puede participar Estado, pero que tiene que ir de la mano del sector privado, eso puede ser exitoso, con un Estado como facilitador”, aseguró.
Por su parte, el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, señaló que el actual escenario que vive Chile es uno de los más desafiantes de las últimas décadas, tanto en el ámbito internacional como nacional: “Chile necesita hoy un ambiente de negocios que genere estabilidad y certezas para atraer inversiones. Como gremio, queremos hacer un llamado al Gobierno para que opte por iniciativas que permitan alejar la incertidumbre en el ámbito interno. Frente a un escenario internacional de mucha inestabilidad, Chile debería presentarse como un país confiable y atractivo para invertir. En estos escenarios es un contrasentido que se planteen propuestas refundacionales en la Convención Constituyente, o que no se condicen con el actual contexto productivo, como la de rebajar el horario laboral”, indicó.
Agregó que, como empresas que otorgan empleos de calidad, el gremio está de acuerdo en la necesidad de ajustar el sueldo mínimo en Chile. “De hecho, según nuestra última encuesta de remuneraciones, el salario base de un operario técnico en nuestro sector es de 797 mil pesos, lo que corresponde a 2,3 sueldos mínimos, no obstante, creemos que una decisión en este sentido debe contar con un necesario proceso de diálogo para aunar voluntades que permitan conjugar mejores sueldos con mayor productividad”.
Entre los desafíos que enfrenta el sector en el actual escenario, Arrigoni mencionó que la industria vuelva a tomar protagonismo en la economía nacional, como motor de la reactivación que tanto necesita Chile. “Tanto la pandemia como la guerra en Ucrania han puesto en evidencia la importancia de contar con una industria manufacturera potente, para así bajar la dependencia de otras economías. Como gremio, y como siempre lo hemos hecho, ofrecemos todo nuestro apoyo y experiencia a la nueva autoridad para el diseño de una Estrategia Industrial que marquen una hoja de ruta de largo plazo para su fomento”, concluyó.
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ASIMET, marzo 23 de 2022
Expertos analizaron cómo aplicar tanto la reducción de la jornada de trabajo como la idea de elevar el ingreso básico a $500 mil hacia el 2025, ambos ejes centrales del programa del Presidente Gabriel Boric.
A poco más de una semana desde el arribo oficial del nuevo Gobierno a La Moneda, dos son los proyectos que han protagonizado el debate en materia de empleo, tanto por las expectativas que generan en la ciudadanía, como por las dudas que surgen en torno a la aplicación de estos. Se trata de aquel que busca reducir, gradualmente, la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas y el reajuste del salario mínimo.
Ambas propuestas figuran como ejes centrales de la agenda del Presidente Gabriel Boric, sobre todo el segundo, puesto que el actual monto del ingreso básico expira el 1 de mayo, por lo que se espera que la iniciativa con el nuevo guarismo comience a ser analizada y discutida en el Parlamento durante el mes de abril.
Y si bien el objetivo es llegar a $500 mil al final de la administración –es decir, hacia 2025-, para el primer año el nuevo Ejecutivo fijó un primer escalón de subir el sueldo mínimo a $400 mil, lo que se traduce en un incremento del orden de 40%.
Así, además de enfatizar en la relevancia de sacar adelante ambas medidas, este lunes la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, comentó en Chilevisión que «la combinación de ambos proyectos hay que buscarla debidamente».
«Lo que tenemos que hacer desde el Gobierno, en conjunto con los parlamentarios, el mundo empresarial y con las y los trabajadores, es buscar cuál es esa combinación que nos permita avanzar y cuáles son esas gradualidades. Pero, sin duda, temerle a los cambios, resistir los cambios, la verdad que creo que es parte de lo que le ha hecho mal a nuestro sociedad», acotó.
Coincidente lo anterior, el ministro de Economía, Nicolás Grau, señaló la semana pasada que el avance del salario mínimo debe ir «en armonía con el desarrollo y el dinamismo de la economía, y en particular de las empresas más pequeñas».
Y es que estos debates se instalan no solamente en un contexto con bajas proyecciones de crecimiento –en torno a 2%- sino que también en un escenario en el cual la productividad ha ido retrocediendo.
Pese a que la sexta versión del Informe Anual de Productividad de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) reveló que, de la mano con la reactivación impulsada por los apoyos sociales para enfrentar la pandemia, sumado a los retiros previsionales y la flexibilización de las condiciones sanitarias, el país logró aumentar su productividad en 2021 –con un alza entre 7,4 y 8,7%-, dejando atrás dos periodos contractivos consecutivos, las cifras del año pasado fueron impulsadas por «una economía sobrecalentada».
Al respecto, Paulo Cox, economista de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, indicó que «el número de horas y el salario mínimo son discusiones pertinentes. La evidencia empírica no es conclusiva respecto al efecto del salario mínimo sobre el empleo, y tampoco lo es respecto a la reducción de la jornada laboral sobre la capacidad de producción de la economía».
«Ello depende, en este último caso, de las horas efectivas de producción en la actualidad, y del efecto que tendrían las horas adicionales de ocio sobre la calidad de vida de los trabajadores, y a causa de ello, sobre una mayor productividad», agregó.
No obstante lo anterior, a su juicio, «no es el momento para discutir estas reformas, y tampoco debiesen abordarse ambas conjuntamente, menos cuando no contamos con datos que sustenten que no tendrán efecto en la economía chilena. Por encima de eso, se puede entrar a un escenario de riesgo si es que la discusión de estas reformas tiene efectos sobre la incertidumbre general, lo que puede traducirse en un freno para la inversión».
Desde la otra vereda, el presidente de la CNEP, Raphael Bergoeing, comentó a Emol que «si bien en medio de una pandemia como esta hacer grandes reformas que pueden incrementar el costo del proceso productivo pueden significar que los que se ven perjudicados se vean perjudicados, también es cierto que estas son reformas que tienen que hacerse pensando en los desafíos estructurales de la economía, y no solamente en el día a día».
«Más que cerrar la puerta a la discusión, o simplemente decidir ex ante que no hay ninguna posibilidad de avanzar en esta dirección, lo que yo diría que primero hay que aprender de la experiencia internacional, y darse cuenta de que estos procesos como tienen ganadores y perdedores en el corto plazo, tienen que tratar de implementarse primero haciendo varias políticas al mismo tiempo para que se hagan cargo de mitigar los costos», subrayó.
Gradualidad y mitigación
Consultado por mecanismos para conjugar ambas iniciativas con la productividad, el director del Observatorio del Contexto Económico (Ocec) de la Universidad Diego Portales, Juan Bravo, resaltó que, como se está proponiendo un alza de 14% del ingreso básico en un periodo de cuatro meses, considerando que el monto actual de $350 mil empezó a regir a partir del 1 de enero de este año, «según la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) del Central, en ese periodo de tiempo la inflación acumulada andaría en 2,8%, entonces, si a ese 14,5% le restas el 2,8%, te da un incremento en términos reales del salario de 11,5%. Es muy difícil, por no decir imposible, que la productividad laboral crezca el 11,5%».
Es más, acusó que en «en periodos tan breves de tiempo, lo más probable es que la productividad laboral no crezca casi nada, o crezca muy poco. Entonces por eso lo que se espera, y por eso es que se ha alertado bastante, es que esto generaría un daño sobre la creación de empleo asalariado formal en el sector privado, particularmente en los sectores de jóvenes y las personas con menores niveles educacionales».
Así las cosas, el economista puntualizó en, al menos en el corto plazo, «resolver el problema social que genera el salario mínimo, tiene que ver con, a mí juicio, reajustar el salario mínimo en base a inflación más crecimiento de la productividad laboral, y eso complementarlo con una mejora radical al subsidio del Ingreso Mínimo Garantizado, que corrija por cargas familiares y que el monto del subsidio sea tal que la fórmula de cálculo permita siempre asegurar que se supere la línea de la pobreza».
Asimismo, remarcó «hay que empezar desde ya a implementar ese tipo de reformas estructurales, eso es clave, porque eso mismo daría buenas señales de que hay una intención de mejorar los problemas estructurales y que las promesas de campaña se realicen de una manera tal que minimicen los impactos negativos que esto pueda tener en el empleo».
En ese sentido, Bergoeing sostuvo que, bajo el contexto actual, «es particularmente importante la gradualidad y el complemento de políticas en un momento de bajo crecimiento como el que está enfrenando el mundo y Chile en particular».
«Es particularmente importante la gradualidad y el complemento de políticas en un momento de bajo crecimiento como el que está enfrenando el mundo y Chile en particular»
Raphael Bergoeing, presidente de la CENP
Y ejemplificó «tú podrías hacer una reducción no de las 5 horas, pero de menor cuantía en un primer momento, esperar y luego al año evaluar qué impacto tuvo, en qué tipo de trabajadores, y en qué tipo de sectores, para ir calibrando la necesidad de tener otras herramientas que vayan suavizando los efectos negativos, y permitan que el sector productivo se vaya adaptando a esta nueva realidad».
Pero, ¿cómo mejorar la productividad? Según el titular de la CNEP, considerando las habilidades laborales y los niveles de educación técnico-profesional en el país, lo fundamental es «mejorar la capacidad de ser más productivo y adaptarse para aprovechar las tecnologías a favor del trabajo, y no para ser sustituido, sino que para complementar a las personas con las máquinas es la capacitación, y la capacitación es un tema que tiene que ser permanente».
De hecho, Cox mencionó que, dado que esta se explica por la acumulación del capital humano y la innovación tecnológica, en el corto plazo se podría impulsar «importando nuevas tecnologías y formas de uso del capital físico y humano. Para ello es clave el esfuerzo que se hace desde la inversión».
Fuente: Emol economía, marzo 22 de 2022
Jeannette Jara comentó que está trabajando junto con el titular de Economía, Nicolás Grau, para ayudar a las pequeñas empresas a que puedan implementar la reducción de la jornada laboral sin que implique una rebaja de salarios.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, habló esta mañana sobre un tema que es prioritario para los primeros meses de su gestión: sacar adelante el proyecto que reduce, de forma gradual, la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas semanales.
Para la secretaria de Estado, impulsar estar iniciativa, junto con «otras mejoras productivas», mejora la calidad de vida de las personas y «también esto se convierte en un motor para la economía».
En Chile tenemos una paradoja, tenemos más horas laborales que en el sistema de la OCDE y un menor nivel de productividad. Entonces, hay que hacer una combinación de varios elementos, que tiene que ver con jornada laboral, capacidades instaladas de las empresas, encadenamiento productivo, tecnologías, que nos permitan potenciar el crecimiento del país», dijo a Chilevisión.
Pero también es cierto que «tenemos que hacernos cargo de todas las realidades del mundo empresarial», subrayó. «En particular para las pymes, estamos viendo la gradualidad con que un proyecto como este se debe llevar adelante», añadió.
En ese sentido, recalcó que un tema relevante en torno a las «40 horas» es encontrar los mejores mecanismos de apoyo para que las pymes puedan implementar aquello sin que implique una reducción de salarios.
«Estamos estudiándolo junto al ministro Nicolás Grau de Economía, estamos estudiando el tema de apoyo a las pymes, porque sabemos que generan muchos puestos de trabajo para el país», comentó Jara.
Y así como es «necesario», según la ministra, reducir la jornada laboral en el país, también los es alcanzar un salario mínimo de $500 mil, un monto al que el Gobierno se comprometió llegar al final de su mandato.
«La combinación de ambos proyectos hay que buscarla debidamente», dijo. «Entonces, lo que tenemos que hacer desde el Gobierno, en conjunto con los parlamentarios, el mundo empresarial y con las y los trabajadores, es buscar cuál es esa combinación que nos permita avanzar y cuáles son esas gradualidades. Pero, sin duda, temerle a los cambios, resistir los cambios, la verdad que creo que es parte de lo que le ha hecho mal a nuestro sociedad», acotó.
Por último, sostuvo que el primer proyecto de reajuste del salario mínimo «va a ser prontamente presentado, así que muy luego vamos a tener noticias, porque el nuevo salario mínimo, reajustado, empieza a regir el 1 de mayo».
Fuente: Emol Economía, marzo 21 de 2022
Con todo, el instituto emisor revisó a la baja el dato, dado que en febrero había informado un crecimiento preliminar del PIB de 12% el año pasado
El Banco Central entregó este viernes el crecimiento oficial del Producto Interno Bruto (PIB) chileno en 2021, confirmando un histórica alza, aunque ajustando levemente a la baja el dato preliminar que exponía una expansión económica de 12% el año pasado.
Según el Informe de Cuentas Nacionales del cuarto trimestre de 2021 dado a conocer esta mañana, la economía chilena anotó un crecimiento anual de 11,7%, manteniéndose como la mayor alza en casi 30 años, desde 1992 cuando registró una expansión de 12,3%.
«Este crecimiento fue reflejo de la apertura gradual de la economía y de una mayor adaptación de los hogares y empresas al contexto sanitario y su evolución durante el año», apuntó el informe. «Adicionalmente, se observó un aumento en la demanda interna explicado en parte por las medidas económicas de apoyo a los hogares y empresas y a los retiros parciales de los fondos previsionales», agregó.
En 2021 se registró un día hábil menos que en 2020 y el efecto calendario fue de -0,1 puntos porcentuales.
Por su parte, las cifras ajustadas estacionalmente respecto del trimestre anterior, mostraron tasas positivas durante todo el año, siendo el primer y tercer trimestre los más dinámicos (3,4 y 4,5%, respectivamente).
En tanto, el último cuarto registró un crecimiento de 1,8%.
«Desde la perspectiva del origen, todas las actividades exhibieron cifras positivas con la excepción de minería. Las actividades de mayor incidencia al crecimiento del PIB fueron el comercio y los servicios personales, sectores particularmente favorecidos por la mayor apertura de la economía y el aumento de la demanda. Asimismo, destacaron por su crecimiento las actividades de restaurantes y hoteles, construcción y transporte», añadió el texto.
Mientras que, desde la perspectiva del gasto, «la demanda interna se mantuvo dinámica durante todo el año impulsada por el desempeño del consumo de hogares; la inversión también contribuyó al resultado, exhibiendo una recuperación el 2021», señaló el instituto emisor.
Además, la entidad presidida por Rosanna Costa expuso que el crecimiento del consumo fue en gran parte explicado por un «mayor gasto en servicios -restaurantes y hoteles y salud- y en bienes no durables -vestuario y alimentos-«.
Con relación al comercio exterior, «las importaciones aumentaron y las exportaciones retrocedieron, teniendo como resultado un deterioro de las exportaciones netas», indicó, agregando que «el ingreso nacional bruto disponible real (INBDR) creció 15,9%, aumento mayor a lo observado en el PIB, explicado por una mejora en los términos de intercambio».
A su vez, el ahorro bruto total ascendió a 25,3% del PIB en términos nominales, «compuesto por un ahorro nacional de 18,8% del PIB y un ahorro externo de 6,6% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos».
Por último, el informe precisó que también se reestimaron las cifras de crecimiento de 2019 y 2020. Así, el PIB se revisó dos décimas a la baja en ambos años, ubicándose en 0,8% en 2019 y -6,0% en 2020. Y en 2021, «el PIB se revisó tres décimas a la baja con relación al cierre preliminar del Imacec (de 12% a 11,7%)», finalizó.
Fuente: Emol economía, marzo 18 de 2022
Bci Estudios estima «alta probabilidad» de que Chile caiga en recesión en últimos trimestres de 2022
En un informe, anticipó también que el Consejo del Banco Central de Chile podría subir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 200 puntos básicos este mes para llevarla a 7,5%.
Bci Estudios estimó el martes una «alta probabilidad» que hacia los últimos trimestres del año la economía chilena se encuentre en recesión y anote en 2022 un crecimiento de 1,8%, mientras que la visión hacia 2023 continúa siendo débil, con un crecimiento de tan sólo 0,5%.
«Chile enfrenta una coyuntura compleja, marcada por la incertidumbre a propósito del proceso constituyente y la instalación del nuevo gobierno, a lo que se suma la guerra Ucrania-Rusia, que reconoce un nuevo orden geopolítico global, con impactos relevantes en el crecimiento y riesgos globales», indicó en el último informe trimestral Claves Económicas. «Todavía están por verse los alcances e impactos que en definitiva marcará el nuevo escenario que se dibuja».
Bci Estudios indicó que en materia de crecimiento, la economía chilena da cuenta de una desaceleración, alineado con el ajuste requerido para contener las presiones sobre precios del lado de la demanda interna, dado el evidente sobrecalentamiento que da cuenta la economía. La pérdida de impulso en la economía se verá remarcado por los efectos de la guerra en la actividad mundial.
«El consumo privado se encuentra en torno a 20% por sobre los niveles pre-pandemia, lo que no es sostenible. Ya se ha retirado el estímulo monetario, al tiempo que para este año se prevé una caída en torno a 20% en el gasto público», señaló.
Aumento récord en tasa clave
En el documento, anticipó también que en su reunión de fines de este mes el Consejo del Banco Central de Chile podría subir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 200 puntos básicos para llevarla a 7,5%, para luego realizar un último aumento de 100 pb en la reunión de principios de mayo a 8,5%, nivel que mantendrá por algunos meses, estimó el martes Bci Estudios.
«El Banco Central se encuentra en un contexto bastante complicado», sostuvo en el análisis. «Si bien durante 2022, las presiones inflacionarias serán mayormente desde el lado de la oferta, el desanclaje de expectativas llevará al Banco Central a continuar con su ciclo contractivo, el cual será uno de los más agresivos desde la puesta en del esquema de metas de inflación a principios de los 2000».
El escenario base de Bci Estudios considera que la presiones sobre los precios se mantendrán todo el año, aunque comenzarían a ceder tímidamente en la segunda parte. Así, la inflación cerraría 2022 en torno a 7,5%. «Para 2023, dado el escenario de crecimiento y mayores niveles de TPM, vemos que la inflación cederá, a penas ubicándose dentro del rango meta del Banco Central», señaló.
Menores riesgos en tipo de cambio
Bci Estudios afirmó que los riesgos para el tipo de cambio se han disipando en el ámbito local, de la mano de positivas señales por el lado fiscal y un manejo económico responsable en las cuentas macroeconómicas. Anuncios consistentes con la estabilización de la deuda externa, junto con menores presiones sobre el déficit de cuenta corriente, anticipa un mejor escenario para la moneda local, sujeto a que se vayan confirmando estas directrices, dijo.
El escenario base de Bci Estudios contempla un tipo de cambio en torno a 790 $/USD a fines 2022, reconociendo un cambio significativo frente a las proyecciones de unos meses atrás.
«Si se agudizan los argumentos a favor del peso, un escenario alternativo incorpora un tipo de cambio en 750 $/USD. Con menor probabilidad de ocurrencia, mantenemos la posibilidad de un escenario adverso para la moneda local que sea consistente con una paridad cercana a 900 $/USD, si los fundamentos sobre la economía chilena y el manejo fiscal vuelven a tensionarse», añadió el informe.
Fuente: Diario Financiero, marzo 15 de 2022
El presidente del gremio, Dante Arrigoni, se mostró confiado en que el nuevo gabinete económico le otorgará a la industria manufacturera un rol clave, en momentos en que la pandemia y la guerra han evidenciado la necesidad de bajar la dependencia de los países a las importaciones.
Hacer de Chile un país atractivo para la inversión será, a juicio del presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, una de las principales tareas que tendrá que asumir el nuevo Gobierno. “El mayor desafío del Presidente Gabriel Boric será hacer de Chile un país confiable frente a un escenario internacional de inestabilidad absoluta”, señaló el dirigente gremial.
En ese sentido, enfatizó que tanto la pandemia como la actual guerra en Ucrania han dejado de manifiesto la importancia que tiene para los países el poder contar con una industria manufacturera fuerte. “Estos escenarios no han hecho sino evidenciar la necesidad de bajar la dependencia a las importaciones, y para ello se necesitan políticas para la industria productiva que incentiven su desarrollo. En ASIMET confiamos que este nuevo gabinete económico le dará a la manufactura un rol clave, incentivando su fomento a través de una estrategia de largo plazo que permitirá a Chile avanzar en crecimiento y bienestar para las personas”, sostuvo.
Como desafíos para el equipo económico del Presidente Boric, Arrigoni señaló tres factores a los que deberán hacer frente: “La pandemia, que aún no está controlada, la guerra en Ucrania, cuyo desenlace y repercusiones aún son una incógnita, y un escenario político interno que está generando incertezas, con una Convención Constituyente que se está alejando de su origen, que fue redactar una Constitución de consenso, donde fueran escuchadas todas las opiniones”, indicó.
En esa misma línea, el dirigente gremial recordó que dos de las prioridades de este nuevo Gobierno son una reforma tributaria que pretende recaudar un 5% del PIB, “objetivo que vemos muy exigente en una economía decreciente y con una inflación que no se logra controlar. Y, por otra parte, la reducción de la jornada laboral, iniciativa que no se condice con nuestros actuales niveles de productividad”.
Pese a lo anterior, Arrigoni se mostró confiado en que la experiencia y trayectoria del equipo encabezado por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, “permitirá realizar cambios con gradualidad y aterrizados a nuestra realidad, como también esperamos que en su gestión ponga en marcha una Estrategia Industrial para Chile, que estamos seguros será la clave para reactivar el país, no solo en las actuales circunstancias, sino también para las próximas generaciones”, concluyó.
“Miramos este Imacec de 9% con prudencia, el mercado esperaba una cifra un poco más alta. Con estos datos será difícil llegar a la meta del 3,5% que planteó el Ministerio de Hacienda para este año, con lo cual vamos a crecer menos que el IPC y eso dará origen a un decrecimiento que afectará principalmente la creación de empleo”.
De esta manera calificó la cifra del Imacec de 9% en enero el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, quien mostró su preocupación respecto de la recuperación de la economía chilena, y la del sector manufacturero, dado “el nuevo escenario político tanto nacional como internacional que no aporta a la recuperación y que impactará con fuerza la actividad durante este periodo”.
En este sentido, recordó que la industria metalúrgica metalmecánica creció el año pasado un 7,3% y que para este 2022 las proyecciones ubican esta cifra en torno al 2% o 3%. “Sin embargo, tanto la guerra en Ucrania como el actual escenario en el país nos hacen ser menos optimistas respecto a este crecimiento. Vemos con preocupación las propuestas de la Convención Constitucional que se han alejado del objetivo de conseguir una nueva Constitución que genere un consenso que nos permita avanzar como país hacia el desarrollo”.
Agregó que Chile necesita un ambiente de negocios que genere estabilidad y certezas, que atraiga inversión. “En los tiempos actuales promover nacionalización de riquezas básicas en un país que con urgencia requiere inversión para desarrollarse, crear buenos empleo, incorporar nuevas tecnologías, fomentar la reindustrialización y la economía verde, significa un gran retroceso. A partir del 11 de marzo se abre un nuevo ciclo político y surgen interrogantes que como empresarios esperamos que puedan ser despejadas en el menor tiempo posible”, concluyó.