En 2016, cuatro amigos querían cambiar la forma en que se gestionan los Recursos Humanos en las empresas, compitiendo con gigantes como SAP y Oracle. La clave estaba en la nube. Hoy, Buk proyecta facturar US$3 millones en 2019 y comenzar a plantar su bandera en Latinoamérica.
Santiago Lira (31) y Jaime Arrieta (32) estaban con sus respectivas esposas cenando en Chicago. Corría 2016 y vivían en Estados Unidos mientras cursaban un MBA. Ya tenían claro la startup que armarían junto a los otros dos socios –los hermanos Felipe y Ricardo Sateler (32 y 35)- que estaban en Santiago. Pero no podían dar con el nombre. Debía ser corto y no estar registrado en un dominio de internet.
Se sentaron a la mesa proponiéndose no pararse hasta que lo definieran. Pasaron horas y probaron mil alternativas. Nada funcionaba. “De pronto miramos un libro infantil que estaba abierto, el que decía simplemente, ‘book’. Era ideal porque queríamos que nuestra startup fuera como un libro abierto de conocimientos, pero como claramente esa palabra estaba tomada, la adaptamos a ‘buk’ y… quedó cerrado”, comenta Arrieta, CEO de Buk.
Quizá no tiene el glamour de muchas startup, pero solucionar un problema fundamental en las empresas, principalmente las medianas y grandes: la gestión de recursos humanos. Para ello, aplican varios ingredientes de esta nueva generación de emprendedores: algoritmos, desarrollo informático, datos en la nube, un bajo pago mensual por usuario y mucha innovación y flexibilidad. En otras palabras, buk es una plataforma de gestión de personas que permite automatizar todos los procesos de una empresa en esta área, como remuneraciones, gestión de talento, asistencia y firma electrónica.
Comenzaron tímidamente con dos clientes a fines de 2017 y hoy suman más de 300 entre los que destacan WOM, Codelco, Besalco, BTGPactual, Finis Terra, SKC y Red de Salud UC Christus, Besalco, Echeverría Izquierdo y Tarragona, entre otras.
Pero volvamos a la cena en Chicago. Santiago era el gerente de desarrollo de Falabella.com y con Jaime se habían dado cuenta que los RRHH en Estados Unidos se habían digitalizado de tal forma, que el gerente de esa área “se preocupaba mucho más del plan de carrera de los empleados, de ser más cercanos a las personas, en vez de estar todo el día en un computador”, dice Santiago. “En Chile, en cambio” – agrega Jaime- “era todo lo contrario. El área de personal está llena de papeles e incluso, en muchas empresas medianas ocupan gran parte de su tiempo en el tema remuneraciones”.
Ambos socios, junto a Felipe, hablan intercalados durante toda la entrevista, pero su coordinación es tan perfecta que parece que fuera una persona. Se ríen, se miran con complicidad y se corrigen amablemente, mientras lucen las poleras con el logo de su startup. “La clave de nuestro crecimiento es el equipo y la cultura corporativa. Por eso nunca hemos querido recibir capital de inversionistas o postular a fondos. Creceríamos de una forma que no queremos y la clave está en ser orgánicos, enfocarnos en las ventas”, indica Felipe, quien junto con su hermano tenían más experiencia como emprendedores cuando los estudiantes de Chicago los llamaron para armar la sociedad y empezar a programar, algo que no era difícil, porque todos sabían hacerlo. “Fue más que nada una gran inversión de tiempo”, dicen casi a coro. Implementaron su solución en la empresa Maforsa y un colegio (Fundación Matte Mesías). Ya tenían algo mostrable. Un piloto.
En diciembre de 2016, Santiago y Felipe vinieron a Chile para pasar la Navidad. Abrieron los regalos y al otro día se dedicaron durante una semana a juntarse con unas 40 empresas para mostrar lo que tenían y entender más la realidad local. “Las empresas de 100 a 500 empleados no lograban un proceso eficiente en el área RRHH”, asegura el CEO. Consiguieron un par de clientes y ahí comenzó el fuerte proceso de venta y desarrollo.
El gran paso
“Nos costó mucho convencer a las empresas en Chile, porque son muy reacias a probar algo nuevo. Menos aún si éramos una startup que llevaba tan pocos meses, frente a soluciones de RRHH que tienen décadas. EN USA es todo lo contrario. Hay otra actitud frente al emprendedor”, recuerda Jaime.
Hasta que en octubre de 2017 -con los cuatro socios ya viviendo en Chile- se produjo el gran paso: WOM. Por fin una gran empresa se atrevía a comprar su software. “Estuvimos peleando en una licitación con gigantes como SAP, Oracle y Sonda ¡Y nosotros llevábamos seis meses!”, cuenta Santiago. Felipe agrega: “El gerente de WOM nos dijo: ‘nosotros tenemos alma emprendedora y ustedes… son emprendedores. ¡Vamos! Lo peor que puede pasar es que la cosa no funcione’. Y funcionó, siendo un gran hito que nos hizo crecer hasta ahora”.
Pudieron contratar a más gente, aunque los socios dividían sus tiempos entre Buk y sus respectivas actividades. Felipe dos días a la semana; Jaime un poco más y Santiago, durante las noches, porque seguía en Falabella. “En el fondo, estábamos en modo sobrevivencia”, dice riendo Jaime.
Así y todo, siguieron con sus propios recursos. “En Chile el mercado de Venture no está desarrollado y muy poco alineado con las startups. Quieren más que nada vender su participación en 4 o 5 años. Son personas muy ligadas al tema financiero”, critica Santiago, agregando: “sin inversiones estamos logrando un crecimiento entre 20 a 25% al mes. O sea, duplicamos las ventas en cinco meses”.
Tal cual. A fines de 2018 eran 16 personas y hoy son 30. Ya llevan US$1,5 millones en facturación en lo que va del año y proyectan cerrarlo en US$3 millones. El modelo de negocio se basa en cobrar entre US$2 y US$4 dólares por “ficha”. O sea, por empleado dentro de una organización. Con ese monto, la empresa puede acceder a todos sus servicios, bajo cloud computing en una plataforma alojada en Amazon Web Services (AWS). “Somos una especie de Netflix o de Spotify del área de Recursos Humanos y nuestra clave está en darle un excelente servicio al cliente”, indica Santiago. Felipe agrega: “Es una solución ideal para empresas que tienen una planilla variable, como por ejemplo, las constructoras”.
Ya tienen contratos en Colombia (Grupo Alto y Fuller) y en Perú (Comax y Sky Airlines), países donde quieren comenzar su expansión a Latinoamérica. En cuanto a la arista tecnológica, en los próximos meses lanzarán una solución de Inteligencia Artificial, que permite estimar la rotación laboral y la probabilidad que una persona se vaya de la empresa; y en el segundo semestre de 2019, implementarán un módulo inteligente para procesos de selección y reclutamiento.
Fuente: Pulso, mayo 17 de 2019