Se trata de un resultado muy por debajo de las estimaciones de mercado, cuyo consenso se ubicaba levemente bajo el 2%.
El Banco Central informó este lunes que el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de junio 2019 creció 1,3% en comparación con igual mes del año anterior.
La serie desestacionalizada no presentó variación respecto del mes precedente y aumentó 1,7% en doce meses. El mes registró un día hábil menos que junio de 2018.
Se trata de un resultado muy por debajo de las estimaciones de mercado, cuyo consenso se ubicaba en torno a 2%.
1,7% creció la economía chilena en primer semestre, según las cifras preliminares
Además, el dato de junio se trata del más bajo desde febrero, cuando el indicador se ubicó en 1,1%. También es la expansión más débil para el sexto mes del año desde 2017, cuando la economía creció sólo 0,7% en dicho mes.
De acuerdo a la información de la entidad, el Imacec minero creció 0,3%, mientras que el Imacec no minero lo hizo en 1,4%. Este último se vio favorecido por el desempeño de las actividades de servicios y de construcción, efecto que fue en parte compensado por la caída de la industria manufacturera.
De todas maneras, el registro mensual de la actividad no minera fue el más bajo de desde septiembre de 2017.
En tanto, en términos desestacionalizados, y con respecto al mes anterior, el Imacec minero creció 1,0% y el Imacec no minero cayó 0,1%.
Fuente: Emol economía, agosto 05 de 2019
El indicador estuvo presionado por las fuertes bajas de la manufactura y la producción de electricidad, gas y agua.
Los sectores económicos del país no logran despegar. Según informó el INE, la producción industrial de junio se contrajo 2,9% en doce meses.
De acuerdo al informe del Instituto Nacional de Estadísticas, el indicador estuvo presionado por los sectores de manufactura y producción de electricidad, gas y agua. Según el registro, ambos cayeron con fuerza 5,4% y 4,2%, respectivamente.
Cabe consignar que el sexto mes del año contó con un día hábil menos que el mismo periodo de 2018.
En tanto, la producción minera registró un nulo crecimiento respecto de junio del año pasado.
Detalle de las cifras
La fuerte contracción de la manufactura estuvo incidida principalmente por la disminución interanual de 7,2% en la elaboración de productos alimenticios, debido a una menor producción de quesos frescos o procesados, de acuerdo a estrategias productivas de empresas del sector.
Mientras que la producción de Electricidad, Gas y Agua se contrajo debido a que dos de las tres actividades que lo componen disminuyeron, como el gas (-17,5%) y la electricidad (-2,6%).
Fuente: Emol economía, julio 31 de 2017
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas, «este resultado se debió al incremento de 1% de la fuerza de trabajo y de los ocupados».
La tasa de desempleo del país se ubicó en 7,1% durante el trimestre móvil abril-junio de 2019, según el informe entregado este viernes por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Así, el dato se ubicó por debajo de las expectativas del mercado, el cual proyectaba que la cifra se ubicaría en 7,2%.
Así, de acuerdo a la información recogida por la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), el dato de desocupación nacional se redujo 0,1 puntos porcentuales (pp.) respecto a igual periodo del año anterior.
Por su parte, en comparación con el trimestre móvil previo, la tasa de desocupación ajustada estacionalmente se situó en 6,8%, sin registrar variación.
Cabe destacar que, pese a la caída respecto al año anterior, la tasa nacional de desempleo continúa por sobre el 7%, nivel que superó en el trimestre anterior (7,1%) y que no tocaba desde el período agosto-octubre del año pasado.
Respecto al dato publicado hoy, «este resultado se debió al incremento de 1,0% de la fuerza de trabajo y de los ocupados«, explicó el organismo estadístico encabezado por Guillermo Pattillo.
En el aumento de los ocupados incidieron, principalmente, los sectores actividades de salud (9,7%), administración pública (8,1%) y enseñanza (4,5%), mientras que por categoría ocupacional destacó el crecimiento de los asalariados formales (1,1%), seguido de los trabajadores por cuenta propia (2,6%).
Según categoría ocupacional destacó el aumento de los asalariados formales (1,1%), correspondiente a 52.176 personas.
Cabe destacar que la tasa de ocupación informal fue 28,8%, aumentando 0,1 pp. en doce meses. En igual período, los ocupados informales crecieron 1,3% incididos, mayoritariamente, por las mujeres (2,2%) y los trabajadores por cuenta propia (3,0%).
Tasa de desocupación por sexo
La tasa de desocupación femenina fue 7,7%, disminuyendo 0,2 pp. en doce meses, como consecuencia del incremento anual de 2,6% de la fuerza de trabajo, menor al alza de 2,9% de las ocupadas.
Por su parte, la tasa de desocupación de los hombres fue 6,7%, registrando una expansión 0,1 pp. en doce meses, debido al decrecimiento de 0,2% de la fuerza de trabajo y de los ocupados. Por su parte, los desocupados tuvieron un alza de 1,2% incidida solo por los cesantes (2,7%).
Fuente: Emol economía, julio 31 de 2019
El famoso economista John Keynes ya planteaba en 1930 que con el pasar de los años, las personas producirían más y trabajarían menos. ¿Qué pasó con el empleo y los salarios del país en este tiempo?
«En 2030 nuestros hijos serán más productivos y trabajarán sólo 15 horas a la semana«. Esa era la afirmación que sostenía el famoso economista John Keynes en 1930 y en la que un grupo de expertos chilenos se inspiró para analizar la evolución de las horas trabajadas en el país en las últimas cinco décadas.
Así, en diciembre de 2017, los economistas de Clapes UC, Rodrigo Cerda (actual director de Presupuestos), José Ignacio Llodrá (hoy también en la Dipres), Nathaly Andrade y José Tomás Valente, publicaron un trabajo de investigación en el que se preguntaron: ¿Tiene algo de cierto la conjetura de Keynes para el caso de Chile?.
Hoy, en medio del debate en torno al proyecto de ley que busca rebajar la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales y el de la reforma laboral del Gobierno que busca mayor flexibilidad y adaptabilidad, el análisis de los economistas sirve para contrastar lo que ha sido el crecimiento del PIB, las horas trabajadas, la productividad y la evolución de las remuneraciones entre 1965 y 2017.
Evolución de las horas trabajadas en Chile: 1965-2017
Para analizar la evolución de las horas trabajadas en el país, los economistas se basaron en la Encuesta de Empleo de la Universidad de Chile (EOD) -que no distingue entre trabajos formales e informales- y utilizaron las horas promedio que cada encuestado trabajó a la semana, además de considerar el salario real para cada año entre 1965 y 2017. (Ver gráfico)
«A primera vista, se puede apreciar que la cantidad de horas no varió mucho entre 1965 y 1990. Sin embargo, desde entonces existe una fuerte tendencia a la baja en las horas trabajadas, pasando de 49,8 horas en 1991 hasta las 42,1 horas en 2017«, observaron los expertos y recalcaron que, a partir de la década de los 90s, la tendencia decreciente se registra en todos los años hasta 2017. «Lo anterior, no parece ser el resultado de algún evento específico«.
Por el lado de las remuneraciones, el estudio mostró que desde finales de los 80s que los salarios mostraron un crecimiento sostenido del salario real. Algo que podría haberse gatillado por dos posibles efectos, según la teoría económica.
El primero, es que un aumento en los salarios hace más tentador aumentar las horas trabajadas respecto a las horas de ocio dado que cada hora de ocio requiere renunciar a un mayor nivel de salario por hora. El segundo, es el llamado ‘efecto ingreso’, el cual induce a trabajar menos tiempo y a consumir más ocio debido a la percepción de mayor poder adquisitivo.
Así, según los economistas de Clapes, «a partir de 1991 los datos parecen sugerir que el ‘efecto ingreso’ ha dominado las decisiones laborales en Chile«.
7,5 veces creció el PIB per cápita de Chile entre el año en que Keynes hizo su predicción (1930) y 2017
Nathaly Andrade, economista de Clapes UC y una de las autoras del informe, comentó a Emol que se trata de un estudio que goza de total validez en la actualidad, ya que es un análisis descriptivo para un período específico y sus resultados no han cambiado.
– Ustedes concluyen que la disminución de la jornada laboral ‘no parece ser el resultado de algún evento específico’. ¿Se justifican entonces los proyectos que se están discutiendo?
«Flexibilidad laboral sí; es deseable que los trabajadores puedan elegir entre distintos formatos para cumplir con su obligación laboral (manteniendo el total de las horas trabajadas). Disminuir las horas trabajadas arbitrariamente sin ajustar los salarios (como propone el proyecto de 40 horas) lo que hace es encarecer la contratación de mano de obra en ocupaciones que requieren presencia física. Esto reducirá la creación de empleo en esas tareas», sostuvo Andrade.
«Si la economía chilena continúa una senda de crecimiento basada en ganancias sostenibles de productividad (si aumenta el salario real de los trabajadores), es esperable que continúen disminuyendo las horas trabajadas, pero es una tendencia de largo plazo; en el corto plazo muchos shocks pueden alterar esa trayectoria»
Nathaly Andrade, economista de Clapes UC
«En otras ocupaciones el aumento de costo puede verse compensado (total o parcialmente) con aumentos de productividad por menor fatiga, menor número de accidentes, mayor concentración y menos errores humanos, etc. Pero es importante entender la causalidad de la relación entre horas trabajadas e ingreso laboral«.
«Cuando los ingresos suben por mayor productividad observamos que, en promedio, los trabajadores optan por una jornada laboral más corta. Si no se produce un aumento en productividad -lo que se explica por otras variables como educación- la disminución de horas trabajadas de 45 a 40 afectará negativamente la creación de empleo«, concluyó la economista.
Evolución de horas trabajadas por semana y salario real
Sin embargo, los expertos fueron más allá de la visión general de los datos y analizaron si lo observado cambiaba entre diferentes grupos de personas. Por ejemplo, se cuestionaron si las conclusiones podrían diferir dependiendo de la edad, el sexo, el sector laboral, el nivel de ingreso o el nivel educativo.
Evolución de la horas trabajadas según edad
En esta primera descomposición, los economistas consignaron tras el análisis que «hay que tener cuidado con la interpretación de que las generaciones jóvenes trabajan menos horas que las generaciones mayores«.
En ese sentido, explicaron que «es cierto que actualmente las personas de los grupos de edad más jóvenes (25-44 años) trabajan en promedio menos de lo que trabajaron sus padres y jefes cuando tenían su edad, pero las personas en estos grupos de edad hoy trabajan en promedio la misma cantidad de horas que sus actuales jefes y padres (45-64 años)».
«Dentro de los cohortes de jóvenes, las horas trabajadas en promedio se han reducido durante las últimas tres décadas, pero han sido similares a las disminuciones de horas trabajadas de cohortes de mayor edad. Esto sugiere que trabajar menos horas es una tendencia que ha afectado a todos los grupos de edad por igual y no solamente a los más jóvenes»
Andrade, Cerda, Llodrá y Valente, diciembre de 2017
Evolución de las horas trabajadas según sexo
Las horas trabajadas por hombres y mujeres presentan tendencias decrecientes similares. Si bien desde 1965 hasta 1987 las horas trabajadas por las mujeres era mayor a la de los hombres, a partir de 1988 los patrones cambian y las horas trabajadas por los hombres supera a las horas trabajadas por las mujeres, pasando de 50 horas semanales para los hombres y 48,95 para las mujeres en 1988 a 44,38 horas y 40,76 horas semanales para hombres y mujeres, respectivamente, en el 2017.
Un dato en el que los expertos decidieron hacer hincapié fue el hecho de que la tendencia a la baja de las horas trabajadas por las mujeres se contrapone al de la participación laboral de dicho género, la cual va al alza. Así, en las últimas cinco décadas la participación laboral femenina en Chile ha aumentado de 34% a 52% y sus horas trabajadas promedio ha caído de 51 a 40 por semana.
Evolución de las horas trabajadas por ingreso y educación
Se observó que las horas trabajadas por hombres y mujeres de ingresos más bajos presentan una marcada tendencia a la baja desde inicios de los años 90. Sin embargo, las horas trabajadas de hombres y mujeres de ingresos más altos se han mantenido relativamente estables.
«Tanto hombres como mujeres del primer decil de ingresos (los de menos recursos) en promedio trabajan más horas que los hombres y mujeres del decil 10 (los más adinerados), lo que sugiere que mayores ingresos inducen a trabajar menos tiempo y dedicarse a otro tipo de actividades»
Andrade, Cerda, Llodrá y Valente, diciembre de 2017
Respecto a la descomposición de los datos en cuanto al nivel educacional de los trabajadores, se concluyó que son los trabajadores con menor nivel de educación los que han experimentado la mayor reducción de las horas de trabajo, pasando de 52 horas promedio de trabajo a la semana en 1965 a 36 horas promedio en 2017.
Evolución de las horas trabajadas por sector de ocupación
Por último, los economistas analizaron los diversos sectores de ocupación, donde destacó que desde los años 90, las áreas de comercio, gobierno, servicios financieros, servicios personales y servicios de hogares han acentuado la disminución en sus horas trabajadas por semana.
Por otro lado, se analizó el caso particular de las personas que se dedican al sector minero y se observó que en dicha área, las horas promedio de trabajo han aumentado de 48 horas a la semana en 1965 a 53 horas en 2017. «Esta tendencia, en particular en 2004 en que las horas trabajadas promedio en este sector da un salto, se explica por el fenómeno del boom del cobre«, explicaron los analistas.
Tras el estudio, los cuatro economistas concluyeron que dentro de los factores que han influido en la disminución de las horas de trabajo «son la mayor tasa de participación laboral, liderada por la participación laboral femenina, el aumento de la productividad y las reformas laborales que disminuyeron la jornada semanal de trabajo».
Fuente: Emol economía, julio 31 de 2019
El presidente del gremio, Dante Arrigoni, manifestó preocupación al Gobierno por el proyecto que pretende reducir la jornada laboral en cinco horas a la semana.
El dirigente apuntó además a la reforma previsional que aumenta en cuatro por ciento la cotización de los trabajadores a cargo de los empleadores.
El presidente de Asimet, Dante Arrigoni, expresó su preocupación al ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, por el proyecto que se discute en el Congreso que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, manifestando que podría ser «lapidario» para el sector metalúrgico metalmecánico.
Arrigoni se reunió este martes con el secretario de Estado a quien le representó las inquietudes del gremio respecto a la necesidad de consensuar políticas públicas que permitan la reindustrialización del país y volver a generar riqueza y nuevas fuentes de trabajo, considerando que en las últimas dos décadas se han perdido 250 mil empleos calificados por el cierre de las industrias.
«Ahora se pretende dar un duro golpe a este sector industrial si se reduce la jornada laboral (…) Bajar la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales representará un mayor incremento del 11 por ciento en los costos. En resumen, eso significará menos empleo porque habrá industrias que no podrán asumir esos mayores costos, con iguales estándares productivos», dijo Arrigoni.
Además, el presidente de Asimet planteó al ministro de Economía que la menor jornada laboral será un mayor costo fijo que, sumado al proyecto de la reforma previsional de un 4 por ciento adicional para el empleador, puede poner a este sector industrial que representa el 10 por ciento del PIB, en una condición crítica.
«Quienes promueven estas ideas probablemente no han considerado los factores determinantes en la producción industrial, que es la productividad. Chile en nuestra área tiene una productividad menor en un 50 por ciento a los países desarrollados de la OCDE y de un 40 por ciento de la industria de Estados Unidos», dijo el dirigente.
Ex ministro: Proyecto 40 horas aumenta costos en 11 por ciento
Quien también entró en el debate sobre la jornada laboral fue el ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien aseguró que el proyecto de 40 horas aumenta los costos de las empresas.
En una exposición en el seminario «Reforma previsional; pongámonos de acuerdo», organizado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, dijo que «la propuesta de baja de horas sin cambios salariales equivale a un 11% en aumento de costos laborales».
Los costos laborales incluyen no solo el salario, sino que también las cotizaciones previsionales, de seguridad social, las indemnizaciones por año de servicio y el seguro de cesantía.
Fuente: cooperativa.cl, julio 31 de 2019
Mientras el empresariado mostró su preocupación por el artículo 22 y la jornada semanal ininterrumpida, desde la Asociación de Industrias aseguraron que la iniciativa podría ser «lapidaria».
El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, cuestionó el proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales.
Swett afirmó estar en contra de la iniciativa que se tramita en el Congreso, ya que “no queremos que esto sea un mecanismo para reducir la remuneración”, según consigna Radio Bío Bío.
El presidente de la CPC señaló que sería un error enfocarse sólo en el tiempo libre de las personas, ya que el mercado laboral tiene varias aristas, como remuneraciones, los empleos y la formalidad de los mismos”.
“Los países en medida que se van volviendo desarrollados se van haciendo legislaciones que disminuyan las horas de trabajo, pero claramente esto equivale a un 11% de alza de costo para las empresas y eso nos preocupa porque el alza tiene efectos en el empleo”, agregó Swett.
Por otra parte, aseguró que la CPC no busca que los trabajadores trabajen muchas horas, ya que esto va en contra de la productividad y la salud de las personas.
Swett manifestó su preocupación por el “artículo 22 y la jornada semanal ininterrumpida, no le permitimos a hogares que están a cargo de una sola mujer que pueda trabajar mientras su hijo estudia o no le permitimos a un adulto mayor trabajar según su realidad física”.
Por lo mismo, explicó que la CPC propone modificar dicho artículo con una propuesta de trabajo por horas “pero con más seguridad”.
Asimet: “Bajar la jornada laboral a 40 horas semanales sería lapidario para las industrias”
El presidente de Asimet, Dante Arrigoni, expresó esta mañana su preocupación al ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, en relación al proyecto que se discute en el Congreso y que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, señalando que podría ser “lapidario”, considerando los bajos niveles de productividad y competitividad con los cuales trabaja la industria chilena.
Arrigoni se reunió esta mañana con el secretario de Estado a quien le representó las inquietudes del sector metalúrgico metalmecánico, y que dicen relación con la necesidad de consensuar políticas públicas que permitan la reindustrialización del país y volver a generar riqueza y nuevas fuentes de trabajo. En las últimas dos décadas se han perdido 250 mil empleos calificados por el cierre de las industrias.
“Ahora se pretende dar un duro golpe a este sector industrial si se reduce la jornada laboral. Lo acaba de decir un ex ministro de Hacienda afín a las ideas de quienes promueven esta legislación que bajar la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales representará un mayor incremento del 11% en los costos. En resumen, eso significará menos empleo porque habrá industrias que no podrán asumir esos mayores costos, con iguales estándares productivos”, señaló el dirigente empresarial.
Dante Arrigoni planteó al ministro de Economía que la menor jornada laboral será un mayor costo fijo que, sumado al proyecto de la reforma previsional de un 4% adicional para el empleador, puede poner a este sector industrial que representa el 10% del PIB en una condición crítica. “Quienes promueven estas ideas probablemente no han considerado los factores determinantes en la producción industrial, que es la productividad. Chile en nuestra área tiene una productividad menor en un 50% a los países desarrollados de la OCDE y de un 40% de la industria de Estados Unidos”.
Según informó Arrigoni, el ministro Fontaine se comprometió a establecer una mesa de trabajo para tratar las brechas normativas y de fiscalización que hay en Chile con respecto a productos que se comercializan en el mercado, que afectan los proyectos de construcción y al consumidor final.
Finalmente, el presidente de Asimet, propuso un trabajo conjunto con el Gobierno para desarrollar políticas públicas que permitan que Chile pueda incorporarse a la industria 4.0 y a la automatización, como lo han hecho la mayoría de los países con los cuales tenemos tratados, y que comprendieron que el futuro de la industria del siglo XXI y su competitividad pasa por un trabajo asociado entre las autoridades y el sector privado.
Fuente: eldinamo.cl, julio 30 de 2019
La Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático certificó a 12 empresas del sector fundiciones de las Regiones Metropolitana, O’Higgins, BioBío y Atacama, que cumplieron con éxito el 100% de las metas y acciones comprometidas en el Acuerdo de Producción Limpia (APL) coordinado por la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (ASIMET).
Enmarcado en la Estrategia Regional de Innovación y con el apoyo de los Ministerios de Economía, Energía, Medio Ambiente y Salud, Dirección General de Obras Públicas y Corfo, el APL permitió mejorar la eficiencia de los procesos productivos de las empresas fundidoras, alcanzando ahorros anuales por más de $2.300 millones en consumo energético y casi $267 millones por gestión de residuos.
El director ejecutivo de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Giovanni Calderón, sostuvo que “la industria de la fundición está haciendo un esfuerzo serio y real por mejorar sus estándares de sustentabilidad, en ámbitos que son muy relevantes como es el consumo energético, de agua y sobretodo la reducción de emisiones de material particulado y de gases de efecto invernadero. Para la Agencia significa un avance concreto de una industria que se está alineando con las necesidades de sustentabilidad que plantea la economía”.
Considerando que el consumo de energía es uno de los aspectos más gravitantes del proceso productivo de las fundiciones, se destaca la rebaja de un 7% en energía eléctrica, un 10% en consumo total de gas natural, un 18% de Gas Licuado de Petróleo y un 2% en petróleo, lo que se traduce en una reducción directa de 12.357 toneladas de CO2 equivalentes.
El presidente de ASIMET, Dante Arrigoni, aseguró que este APL ha sido fundamental para las empresas del sector y para el país. “Hoy estamos viendo en el mundo un proceso de reindustrialización y Chile tiene que ponerse a tono con su industria, porque competimos con las mayores economías. Por eso necesitamos que nuestras empresas sean de nivel mundial y con el APL hemos logrado aumentar la productividad y competitividad de las empresas y, sin duda, aportando a la sustentabilidad y a las personas, dando empleo de calidad”, señaló el dirigente gremial.
Otros positivos impactos del APL
En materia de gestión de residuos, las empresas fundidoras certificadas redujeron en un 4,5% la generación de residuos sólidos peligrosos y no peligrosos, al tiempo que elevaron su valorización en un 9%, significando una reducción indirecta de 35.760 toneladas de CO2 equivalentes.
Asimismo, registraron la disminución de un 14% en emisiones de material particulado (PM10) y un 13% en las de óxidos de nitrógeno, contribuyendo así al mejoramiento de la calidad del aire.
Mediante el APL se anotó además una rebaja del 7% en consumo de agua y la mejora de los índices de accidentalidad y siniestralidad, del orden del 11% y 14% respectivamente.
Nueva alternativa para construcción de caminos
Con la implementación del tercer APL del sector fundiciones, se avanzó en la definición del potencial de valorización de escorias y arenas como alternativa de materiales de uso para la construcción de caminos, mediante estudios de caracterización física que arrojaron resultados positivos.
Con esta iniciativa, se abre el camino para explorar opciones más económicas para las obras que permitan disminuir la extracción de áridos de ríos, cerros y montañas.
Fuente: lanoticiaonline.cl, julio 26 de 2019
Desde un punto de vista histórico, la tasa se ubica por sobre el promedio de los últimos 10 años (7,7%), según los datos del Centro de Microdatos de la U. de Chile.
La tasa de desempleo en el Gran Santiago subió hasta un 8,4% en el mes de junio, registrando una subida de 0,8 puntos porcentuales respecto a la medición de marzo de este año y de 1,4 puntos en doce meses.
Así lo reveló este jueves la Encuesta de Ocupación y Desocupación en el Gran Santiago que realiza el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile.
280.267 personas desocupadas se registraron en junio en el Gran Santiago
Según el análisis, el 8,4% de junio es el porcentaje más alto desde el registro de marzo de 2016, cuando la tasa alcanzó un 9,4%. Tras dicha fecha, el único registro sobre 8% fue el de diciembre de 2017 que tocó un 8,2%.
De acuerdo al estudio, el aumento de la tasa en doce meses se debe fundamentalmente a un aumento del empleo total de 0,26% y a una subida en la fuerza de trabajo de 1,83%.
Cabe destacar que desde un punto de vista histórico, la tasa se ubica por sobre el promedio de los últimos 10 años (7,7%).
Frente al alza de junio, el director del Centro de Microdatos, Fabián Duarte, tildó la subida de «desafortunada» y explicó que «lo que uno sospecha es que esto se debe a cómo ha crecido la economía».
Lo anterior, porque «no ha crecido como se esperaba«, dijo el economista. Además, «a eso se suman las expectativas de la gente, de los organismos internacionales. Todo eso impacta en la búsqueda o en la creación de empleo».
En otra arista, y pese a reconocer que la encuesta no está registrando completamente la llegada de los inmigrantes al país, Duarte sostuvo que la ola migratoria “por supuesto ha tenido un impacto”.
En esta medición se observó un alza de 1,3 puntos en el desempleo masculino que alcanzó el 8,0% y una subida del desempleo femenino de 1,7 puntos, el que alcanzó un 9,1%.
Según el análisis, un 89% de los 280.267 desocupados corresponde a cesantes, es decir, personas que han percibido remuneración anteriormente.
Los sectores que presentan mayores niveles de cesantía son Construcción, Comercio y Transporte . Por otra parte, el tiempo de desocupación avanzó de 3,9 a 5 meses y la proporción de hogares con al menos un desocupado pasó de 10 a 11,7%.
De todas formas, Duarte hizo hincapié en que 2 millones 325 personas del Gran Santiago se desempeñan en un empleo asalariado, lo que representa un aumento de 1,3% en un año. Por su parte, el empleo independiente, que corresponde al 23% del empleo total, tuvo una baja de 3,5% en doce meses.
Fuente: Emol economía, julio 25 de 2019
No obstante, el estudio informó que los empleados que sí tienen personas bajo esta condición siempre son apoyadas en sus labores por sus pares.
Desde el 1 de abril de 2018 entró en vigencia la Ley Nº 21.015, que incentiva la inclusión laboral de personas con discapacidad, por lo que las empresas que cuenten con 100 o más trabajadores, deben estar compuestas por al menos un 1% de personas discapacitadas.
A poco más de un año desde que la ley comenzó a funcionar, la empresa de recursos humanos Adecco Chile, elaboró un estudio para saber cómo es percibida esta experiencia inclusiva al interior de las compañías, entrevistando a cerca de 13.000 personas.
Dentro de la información que entregó el estudio, quedó reflejado que aún existe un número importante de empresas que no cumplen con la nueva normativa, pues del total de los encuestados, solo el 35% afirmó contar con un compañero que presente alguna discapacidad, mientras que el otro 65% aseguró no tener ninguno.
Sin embargo, a pesar de que no todos reconocieron contar con un compañero con discapacidad, la mayoría de las personas que si lo hicieron (27%), aseguraron que éstas siempre son apoyadas en sus labores por sus pares, mientras que un 6% dijo que esto sucedía solo en ocasiones, mientras que el 2% restante afirmó que casi nunca son apoyados.
«Sin duda la implementación de la ley ha permitido que las empresas cumplan con el objetivo en materia de contratación, pero aún queda mucho por avanzar. De todas formas, los resultados demuestran que la implementación de esta iniciativa se ha hecho de manera consciente por parte de la mayoría de los empleadores y colaboradores, entendiendo que no sólo se trata de incorporar personas con discapacidad, sino entregarle un período de inducción, ayuda y adaptación como lo haríamos con cualquier persona que se incorpora a la organización», indicó la directora de Responsabilidad Social Corporativa de Adecco Chile, Suyin Palma.
Quien continuó comentando que «lo ideal es que cuando hablamos de apoyo, éste contemple a la persona y sus talentos como eje central y bajo una igualdad de oportunidades. Al mismo tiempo, es necesario normalizar la discapacidad, creando entornos sensibles y eliminando los prejuicios, para así tener un mundo más justo para todos».
Según datos del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), en Chile alrededor de 12.910 personas con discapacidad se encuentran trabajando actualmente y del total de contratados, 8.579 son hombres (66%) y 4.331 son mujeres (34%).
Fuente: Emol economía, julio 22 de 2019
El intercambio comercial del país sumó US$62.278 millones, durante los primeros seis meses del año, según datos de Aduanas.
El intercambio comercial de Chile sumó US$62.278 millones en el primer semestre de este año, que suponen un 4,6% menos que en igual período de 2018, según informó este miércoles el Servicio Nacional de Aduanas.
La diferencia entre ambos períodos fue de US$3.268 millones, precisó el organismo en su Compendio estadístico del Comercio Exterior de Chile en la primera mitad del año en curso.
Asia, América y Europa fueron, en ese orden, las zonas del mundo que concentraron principalmente el comercio exterior de Chile en el primer semestre, representando en conjunto el 97,7% del intercambio total del país suramericano.
El comercio con Asia representó en el período el 44,5% del intercambio, equivalente a US$29.959,2 millones, que suponen una baja interanual del 2,5% respecto de la primera mitad de 2018, indicó el informe.
América, en tanto, representó el 36,5% del total, equivalente a US$24.725,1 millones, con una merma interanual del 7,7%, mientras el comercio con Europa alcanzó al 16,5% del total, equivalente a US$11.068,6 millones y a un descenso del 5,2%, precisó el texto.
Las exportaciones chilenas, indicó Aduanas, sumaron US$36.747 millones en la primera mitad del año en curso, que suponen una merma del 5,9% en comparación con el primer semestre del año pasado, mientras en volumen la baja fue del 11 %, hasta las 30.438.028 toneladas.
Por países, los principales destinos de los productos chilenos fueron, en valor, China, con un 30% del total y una baja del 8,2 %, seguida de Estados Unidos, con un 14,3% y una merma del 13,4 %, Japón, con un 9,6% y un aumento del 2,8%, mientras Corea del Sur tuvo una participación del 7,2% respecto del total y un incremento del 12,6%.
Entre los países de la región, el principal destino fue Brasil, con una participación del 4,3% y una caída del 7,9%, seguido de Perú, con un 2,7% de participación, un 4,3% más que en la primera mitad del 2018, y de México, con un 1,8% de participación, que representa una baja del 2,4%.
Las importaciones, en tanto, alcanzaron a US$32.427 millones, que suponen una disminución del 2,7% interanual entre enero y junio de este año.
Un 70% de las importaciones chilenas, según el informe, provinieron de China, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Alemania, Japón, México y Ecuador, países todos que mantienen vigentes acuerdos comerciales con Chile.
El principal abastecedor del mercado chileno fue China, con un 22,6% del total de las importaciones, que representaron un aumento del 0,2% interanual. Un 77,1% de los productos importados desde China están incluidos en el Tratado de libre comercio suscrito por ambos países.
Estados Unidos se situó en el segundo lugar como origen de las importaciones chilenas, con un 19,2% de participación sobre el total, y aunque representan un retroceso interanual del 2,8%, la mayor parte de los productos (82,1%) ingresaron a Chile bajo el Tratado de libre comercio.
Brasil fue el tercer proveedor del mercado chileno por orden de importancia, con un participación del 8,5%, aunque con una disminución interanual del 17,2%, señaló el informe.
En el cuarto lugar estuvo Argentina, con una participación del 5,4%, que representó un aumento del 9,9%, según el documento.
Fuente: Emol economía, julio 18 de 2019