“Tras un año muy intensivo en diseño, ya partimos las primeras construcciones” que modernizarán el 70% del área destinada a la atención ambulatoria, señala el nuevo gerente general de la entidad, Juan Luis Moreno.
En enero pasado, la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) inició una nueva etapa con el nombramiento de Juan Luis Moreno al frente de la gerencia general. Con una trayectoria de nueve años en diferentes cargos en esa entidad, el ingeniero comercial UC y MBA de la London Business School, asumió funciones tras un cuidado plan de sucesión que se inició en 2019 con la identificación de los candidatos y luego con una acabada preparación del sucesor de Cristóbal Prado.
El proceso de cambio también consideró la instalación de un nuevo equipo –conformado tanto por ejecutivos que ya tenían responsabilidades en la ACHS como por fichajes externos- a cargo de un porcentaje importante de las gerencias de división, renovando la composición del Comité Ejecutivo.
“Tenemos la motivación, capacidades y responsabilidad de ser parte de la solución al problema de la salud pública en Chile”.
En sus primeras definiciones al frente de ACHS, Moreno señala que “junto con seguir asegurando una gestión impecable -activo que no podemos descuidar-, el hecho de liderar esta organización en el contexto que vivimos requiere algunos énfasis en la mirada de futuro, como vincularnos de manera más intensa con el entorno, participar en la discusión pública, poner nuestras capacidades a disposición de encontrar mejores soluciones a los problemas que enfrenta el país y generar alianzas”.
Una misión que aborda, dice, desde su prioridad por “buscar espacios de diálogo, interna y externamente, para incorporar más visiones e ideas a las propuestas de una manera muy abierta”.
Planes en infraestructura
La tarea de Moreno tiene entre sus ejes continuar la ejecución del ambicioso plan de desarrollo de su infraestructura de atención de salud. Aquí el hito principal ha sido la modernización el Hospital del Trabajador de Santiago con una inversión global de US$ 140 millones. “Considera dos edificios nuevos conectados entre sí, de los cuales el primero ya está hecho y ahora estamos iniciando la construcción del segundo. Realizar este proyecto sobre un hospital en operación ha implicado un gran desafío ya que, por ejemplo, durante la pandemia decidimos no demoler ningún espacio que pudiera limitar nuestra capacidad de proveer camas críticas para pacientes Covid”, relata Moreno. Finalmente, dice, pudimos “ajustar la hoja de ruta para así cumplir con el término del proyecto establecido hacia fines de 2023”.
En paralelo, la entidad comenzó a implementar en 2021 el plan de modernización de la Red de Agencias ACHS, que apunta a intervenir el 70% de los 91.000 m2 que totalizan sus 86 centros de atención ambulatoria en el país con una inversión global de US$ 150 millones.
Luego de un primer año “muy intensivo en diseño, arquitectura y definición de estándares”, el ejecutivo señala que en 2022 “ya partimos con las primeras construcciones, fase que va a ir aumentando en intensidad de intervenciones, obras y remodelaciones de centros durante 2023 y en 2024, que es cuando apuntamos a terminar este otro gran proyecto que tenemos”.
Es así que a las dos nuevas sedes en ejecución en Calama y Los Andes, se suman otros “17 centros en etapa de arquitectura o de preparación para la licitación, más una serie de remodelaciones en curso”.
El ejecutivo aclara que más que aumentar la capacidad de atención de esta red, el foco está en mejorar la experiencia de los pacientes con acciones como ampliar las áreas de admisión, modernizar las áreas de kinesiología e imagenología, mejorar los flujos de circulación y rediseñar los boxes en línea con los nuevos estándares de la práctica médica.
Además, la ACHS tiene en su horizonte la tarea de imprimir su sello en la Red de Clínicas Regionales -integrada por siete instituciones, una de ellas dedicada a la neurorehabilitación en Santiago- tras adquirir la participación de 50% que pertenecía a la Mutual de Seguridad en una operación por $ 38 mil millones en 2020. “Lo que viene son inversiones –relevantes, pero marginales respecto a lo que involucró la compra- en infraestructura para acercar sus estándares a los de nuestras clínicas, en proyecto ambicioso en materia de integración como parte de nuestra red”, indicó.
“El foco es que los pacientes Fonasa que no
están teniendo acceso puedan atenderse con nosotros”
Además de optimizar el cumplimiento de los objetivos propios de su misión bajo la Ley 16.744, la ACHS puso en marcha un proyecto de Salud No Laboral “con el único interés de aportar a los desafíos en salud pública del país”, explica Moreno. La iniciativa -en fase piloto tras su autorización por la SUCESO en julio- es un “proyecto inédito en la atención primaria, que entrega atenciones ambulatorias en traumatología y salud mental con un modelo basado en la interacción entre médicos generales y especialistas apoyados en tecnología y telemedicina”, dice.
A partir de esa primera experiencia de la estrategia iniciada en 2021 en la Red de Agencias ACHS, Moreno señala que “ahora tenemos una autorización para ampliarla a 40 centros a partir de este mes, y sobre la base de nuestro expertise buscamos modelos más eficaces y accesibles de atención a pacientes”.
Este programa se inscribe en el objetivo general de la ACHS de aumentar su presencia en las prestaciones generales de salud para la población, apuntando a ampliar las opciones para los beneficiarios del seguro público.
“Nuestro foco es generar capacidad para que los pacientes Fonasa que no están teniendo acceso hoy, ya sea en el sistema público o en el privado, puedan atenderse con nosotros”, destaca Moreno, quien detalla que este programa -iniciado en un primer grupo de centros en agosto del año pasado- a la fecha ya ha realizado en torno a 3.000 atenciones entre salud mental y traumatología. “Esto nos tiene muy entusiasmados y existe una muy buena evaluación de experiencia”, añade.
– ¿Cómo opera actualmente la colaboración de la ACHS con Fonasa?
-Operamos en la modalidad de libre elección de Fonasa, a través de la cual un trabajador afiliado a ésta, o un paciente, puede elegir dónde atenderse. Dado que la gran mayoría de los prestadores privados son de nivel tres, y por lo tanto tienen un copago más alto que el de Fonasa nivel uno, eso puede ser una barrera de acceso para algunos pacientes. Entonces, el paciente que decide ir a un centro y atenderse con esta modalidad tiene el beneficio de un precio más accesible. A nivel general, funcionamos hace varias décadas con Fonasa en nuestro hospital atendiendo pacientes en intervención quirúrgica y también tenemos la modalidad de pago asociado a diagnóstico de salud (PAD).
– ¿En qué etapa se encuentra el programa que se está implementando en la red de centros?
-Estamos en una fase de capacidad acotada para probar el modelo. Nuestro foco este año es asegurar que el modelo funciona y cubre necesidades de pacientes que no tienen acceso, pero que a la vez convive de manera óptima con nuestros pacientes de la ley.
-¿Cuál es el próximo objetivo del plan?
– Queremos poder llegar a convertirlo en un prestador Fonasa a nivel uno, para que los pacientes que no están teniendo acceso puedan venir. No queremos competir con los pacientes que está atendiendo el sector público o que son atendidos a través de Fonasa en el sector privado, sino que queremos generar capacidad para los que no están teniendo acceso. Y creo que a través de estos modelos de atención también vamos a tener una propuesta atractiva desde la perspectiva sanitaria.
-¿Qué otros proyectos hacia la salud pública están viendo?
-Siempre hemos buscado la forma de transferir toda nuestra eficiencia a precio. Por lo tanto, tenemos un foco en que la actividad quirúrgica no ley pueda estar disponible para pacientes Fonasa; por ejemplo, ya 60% de las atenciones de la red de Clínica Regional corresponden a Fonasa. Por lo tanto, también tenemos un esfuerzo desde lo quirúrgico hospitalario para priorizar nuestra capacidad.
-La ACHS participa en la provisión de atenciones de mayor complejidad para el sistema público a través de la licitación que hizo Fonasa el año pasado, adjudicándose el mayor porcentaje ¿Cómo se ha desarrollado ese proceso?
-Respecto a las listas de espera, tenemos dos experiencias muy positivas. La primera en 2018, en que se nos asignó de manera directa un universo de pacientes para que resolviéramos sus intervenciones quirúrgicas, y en esa oportunidad operamos a 3.000 personas. Y en la licitación del año pasado fuimos el prestador privado que tuvo el mayor porcentaje de adjudicación con un 58% de los cupos. Ese proceso se definió un precio máximo y nosotros fuimos a un 40% menos que ese precio y por eso obtuvimos mayores cupos.
En nuestro hospital y en nuestra red de clínicas regionales hemos hecho un poco más de 2.000 cirugías de gente que llevaba mucho tiempo en lista de espera con muy buenos resultados.
Reforma al sistema de salud
En el marco de las definiciones que el país está adoptando para transformar el sistema de salud, Moreno subraya que “en la ACHS tenemos la motivación, capacidades y responsabilidad de ser parte de la solución al problema de la salud pública en general en Chile. No creemos en la competencia entre el sector público y el sector privado, y sí en la complementariedad”.
-¿Cuál es su visión de la forma en que se está llevando a cabo la discusión para definir la futura estructura del sistema de salud?
– Para todos los que somos parte del sistema de salud no nos puede ser indiferente que hoy tenemos un sistema que no está funcionando óptimamente. Las dificultades que tienen muchos millones de chilenos y chilenas para acceder a resolver su problema de salud se establecen en una situación de desequilibrio que no se puede sostener por mucho tiempo, por lo tanto que hay que hacer ajustes. En eso creo que hay bastante consenso y es la opinión nuestra también.
Desde esa convicción, creemos que los actores privados tenemos un rol relevante en complementarnos. Creo que el problema de acceso a la salud que tienen muchos de nuestros compatriotas solo se puede resolver si es que trabajamos de manera más integrada entre el sistema público y el privado. Ninguno por sí solo va a ser capaz de resolverlo.
-¿De qué manera debiera potenciarse la complementariedad público-privada en salud?
-Por ejemplo, el gran aprendizaje respecto a cómo se enfrentó una emergencia sanitaria como la pandemia integrando las capacidades públicas y privadas, creemos que es el camino para abordar el problema de la salud. Nosotros hemos hecho muchas propuestas y también acciones que apuntan en esa dirección: hemos trabajado con Fonasa en dos oportunidades para poner nuestras capacidades a disposición de resolver la situación de pacientes que están esperando por una intervención quirúrgica.
-Al interior de la Convención Constituyente ya se aprobaron las normas generales derecho a la salud y está en discusión el rediseño de la estructura de los prestadores y aseguradores privados en función de un sistema universal público. ¿Cuál es su visión sobre los cuidados y factores que deberían tenerse en cuenta en este proceso?
– Restringir la participación de cualquier actor implica, a su vez, restringir las capacidades del sistema de salud en Chile, que hoy tiene una problemática de acceso y para eso, tenemos que buscar sistemas que den el acceso en función de la necesidad que tengan los pacientes y no de la capacidad que tengan para pagar. Pero creo que restringir participación de actores va a agudizar el problema y creemos en una solución en la que participen conjuntamente actores públicos y privados.
Fuente: Diario Financiero, abril 29 de 2022