A raíz de la pandemia, el trabajo remoto se masificó en el país sobre la marcha. Pero en la actualidad, se ha convertido en uno de los principales formatos para diversas empresas, incluso fortaleciendo su productividad.
Pese a que el teletrabajo, o «home office», era un concepto que venía desarrollándose desde hace varios años, la irrupción del covid-19 aceleró fuertemente este proceso, dada la obligación de implementarlo para que muchos sectores pudieran seguir funcionando. Y ahora que la pandemia pareciera estar más controlada, la mayoría de las empresas se debaten entre mantenerse tal cual, volver a lo que existía antes, u optar por un formato híbrido.
Pero lo cierto es que este nuevo modelo llegó para quedarse, más aún considerando que no son pocas las empresas que han visto mejoras en su productividad.
«Así como la productividad se ha mantenido o ha aumentado, los trabajadores han mejorado su calidad de vida. El formato híbrido les ha permitido no sólo desarrollarse profesionalmente, sino también personalmente», explica Francisco Bravo, head of health & benefits para Chile de WTW.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) expuso en su Encuesta de Remuneraciones y Costo de la Mano de Obra publicada en febrero de este año que uno de cada diez trabajadores (10,9%) en Chile realizó labores a distancia o de teletrabajo en diciembre de 2021.
Y dio cuenta que los trabajos a distancia en el último mes del año pasado se concentraron en los sectores de Información y Comunicaciones (63,3%), Suministro Electricidad y Gas (36,6%), Actividades Financieras y de Seguros (34,2%) y Actividades Profesionales y Técnicas (36,6%).
Tras dos años de aprender sobre la marcha cómo adoptar esta modalidad, Carla Aravena, directora de Adecco Training, división de capacitación de Adecco Chile, hace un diagnóstico similar. «El balance es positivo, ya que finalmente es una oportunidad para muchos quienes tenían que desplazarse horas para llegar a trabajar, y que gracias al teletrabajo pudieron ser mucho más productivos, existiendo cada vez más tiempo para equilibrar la calidad de vida», comentó a este medio.
«Por otro lado, las empresas bajaron los costos, como por ejemplo, arriendos de oficina, luz, y otros gastos, ya que también vieron una oportunidad al tener a las personas en sus hogares produciendo», agregó.
Para Rodrigo Montero, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma, si bien «fue un proceso de difícil instalación, pues desnudó nuestras falencias en temas de infraestructura digital, terminó siendo bastante exitoso».
Mientras que Carlos Smith, docente investigador del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, dijo que «el balance de estos últimos dos años y la irrupción del teletrabajo es bastante positivo. Desde el punto de vista de que las empresas se han dado cuenta de que es beneficio en los casos en los que se puede dar, y quizás la forma más importante, desde la mirada de las empresas, es que haya flexibilidad, en que los trabajadores puedan optar si hacer teletrabajo o la presencialidad cuando el tipo de trabajo lo permita».
«Eso ha permitido que, en general, la productividad se haya mantenido o haya aumentado, lo que significa que en general los trabajadores que pueden, y quieren hacer teletrabajo, sienten que esto es un beneficio, que gana en calidad de vida, y por lo tanto, la productividad tiende a aumentar», acotó.
La ley que regula la modalidad de trabajo en distancia y el teletrabajo entró en vigencia el 1 de abril de 2020, posibilitando, tanto el formato presencial como esta alternativa, a empleadores y trabajadores del sector privado.
En ese sentido, Bravo sostiene que «la calidad de vida que han experimentado las personas gracias al teletrabajo ya no tiene vuelta, dada la flexibilidad para congeniar el ámbito profesional con el personal. Por eso, la tendencia apunta hacia un formato híbrido donde se puedan generar instancias presenciales de conectividad con los equipos, que deben estar bien pensadas -gana terreno el estilo ‘cowork’- para que ir a la oficina tenga un sentido y un valor agregado».
«Este cambio de paradigma conlleva una adaptación a nuevas habilidades, rutinas y herramientas, que debe tener una coherencia para que este modelo se instaure de forma positiva», comentó.
Los desafíos pendientes
La flexibilidad sigue siendo un tema importante a considerar según los expertos consultados por Emol, y si bien el trabajo a distancia tiene sus ventajas, todavía es necesario potenciar ciertos aspectos para que la experiencia laboral satisfaga las necesidades de empleadores y trabajadores.
Por ejemplo, Bravo dice que «el teletrabajo tiene sus beneficios, como también lo tiene el trabajo en terreno, ya sea en una oficina, en un ‘cowork’ o en otro lugar. Las reuniones presenciales de equipo derivan en generación de ideas e innovación en los procesos, en un ambiente de sinergia que no se da al frente de una pantalla, además de propiciar encuentros informales entre colegas que mejoran el bienestar social y mental».
«Hoy tenemos desafíos importantes en términos de conectividad digital; no se trata solo de tener acceso a internet, sino que tener acceso a una buena conexión y estable de internet. Por ejemplo, aunque cueste creer hoy tenemos zonas geográficas que están a treinta minutos de Santiago, y tienen poca o nula conectividad. Y estamos hablando de la Región Metropolitana. Esto se exacerba si pensamos en regiones»
Rodrigo Montero, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma
«En esta línea, resulta fundamental la flexibilidad que tengan las empresas con sus colaboradores, para que éstos puedan optar entre trabajar desde la casa o en el espacio físico que disponga la compañía», añadió.
Asimismo, Aravena menciona que «el principal desafío lo tienen las empresas, en torno a no querer retroceder y, por el contrario, fomenten y entreguen herramientas para poder trabajar en este formato. La cultura del teletrabajo tiene que estar instaurada, y sobre todo, respetar los horarios laborales».
También indicó que «los departamentos de Personas o Recursos Humanos de las empresas deben estar permanentemente prestando foco y atención al bienestar de las personas por posibles cuadros de estrés que se pudiesen presentar. Por eso es importante que existan todas las condiciones para impartir esta modalidad, ya que de lo contrario se empiezan a generar problemas emocionales y físicos de los trabajadores».
«Otro punto desafiante es lograr el compromiso de las personas a estar ‘conectadas’ con sus funciones, pero eso es una labor que deben promover y contagiar los líderes», acotó.
Desde otra perspectiva, y más bien en términos de infraestructura, Montero subraya que el principal problema siguen siendo las dificultades de acceso a internet de calidad. «Muchas empresas requieren de sus colaboradores el acceso a una robusta red de internet que les permita llevar a cabo un trabajo remoto, lo que a veces involucra conectarse a los servidores de la institución. Eso no es posible con una baja calidad de conectividad», señaló.
«Hoy tenemos desafíos importantes en términos de conectividad digital; no se trata solo de tener acceso a internet, sino que tener acceso a una buena conexión y estable de internet. Por ejemplo, aunque cueste creer hoy tenemos zonas geográficas que están a treinta minutos de Santiago, y tienen poca o nula conectividad. Y estamos hablando de la Región Metropolitana. Esto se exacerba si pensamos en regiones», acotó.
Finalmente, reparó en que «se deben respetar los horarios, y el derecho a desconexión. El teletrabajo debe regirse bajo una estructura horaria que proteja la salud del colaborador, y que a la larga, redundará en una mejor productividad».
Fuente: Emol economía online, mayo 30 de 2022