Se suman al desánimo detectado por el indicador que elabora el CEEN-UDD la construcción y el agro. La excepción es el rubro financiero.
El invierno se hizo sentir en el mundo de los negocios. En un contexto de alta inflación y desaceleración de la actividad en un entorno internacional complejo, el Índice de Confianza Empresarial (ICE) se deterioró casi 10 puntos en junio para retroceder a la casilla de leve pesimismo.
Determinante en este bajón que mostró la medición que realiza el Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la U. del Desarrollo fue lo ocurrido con el rubro de la minería, que dijo adiós en el semestre a niveles más optimistas o neutrales. Esto, debido principalmente a peores percepciones sobre la situación de la economía, el negocio y el costo de los insumos.
De hecho, este último factor ha sido un aspecto que ha golpeado las expectativas del sector empresarial de modo transversal hace meses. La mirada negativa se ha extendido con fuerza a la par de la mayor inflación que se ha instalado en el país, la cual ya supera el 12% anual.
Otro lomo de toro que enfrentó la minería el mes pasado fue el llamativo retroceso del precio del cobre, cuya cotización perdió la barrera de los US$ 4 la libra.
Y si el ánimo empresarial de los mineros cayó tres escalones, en la industria hubo dos descensos reflejando fuertes retrocesos en sus expectativas sobre la marcha del negocio reciente, que incluso estuvo por debajo de lo esperado.
Completan este cuadro de pesimismo, aunque en distintas magnitudes, la agricultura y la construcción.
En el primer caso, el ICE se despidió de números azules hace un año; mientras que el segundo tampoco ha logrado escapar de una zona roja pese a que en junio hubo cierta una atenuación del pesimismo en sus percepciones sobre el panorama de la economía y del negocio a tres meses.
Los más volátiles
En el ámbito financiero, la confianza empresarial se ha mostrado bastante volátil este año, avanzando en junio tres niveles, desde “levemente pesimista” hasta “moderadamente optimista”, como reflejo mejores resultados en lo reciente.
El ICE del comercio, a su vez, se ha ubicado esencialmente en una casilla “neutral” -ni buena ni malas expectativas- desde abril, dejando atrás los niveles de leve optimismo en que se ubicó la mayor parte de 2021.
Decidor en este segmento de negocios es la esperada desaceleración del consumo tras la disminución de liquidez de los hogares, que se entiende podría acentuarse ante la fuerte alza del dólar. Este hecho, por ejemplo, ya está golpeando de nuevo el precio de bencinas -que subieron del orden de $ 17 la semana pasada- y haría lo propio con otros bienes importados.
De esta forma, la visión de los empresarios sobre la situación del negocio en los últimos meses, relativa a la que habían esperado, continuó su tendencia a la baja en junio, retrocediendo dos niveles, desde “moderadamente pesimista”, hasta “muy pesimista”.
Fuente: Diario Financiero, julio 11 de 2002