El Producto Interno Bruto (PIB) de Chile se contrajo un 0,6% interanual en el período. Comercio y agricultura sobresalieron entre las bajas y servicios personales, incluida educación y salud, subieron.
El ajuste de la economía local fue menor a lo previsto en el primer trimestre de este año. El Producto Interno Bruto (PIB) de Chile se contrajo un 0,6% en enero-marzo, comparado con igual período de 2022, según informó este jueves el Banco Central.
Se trata de un descenso inferior al 0,9% que mostró el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) en el mismo lapso y distante de la baja de 2,3% observado por el PIB en el último cuarto del año pasado.
El resultado del primer trimestre, según el informe de Cuentas Nacionales publicado por el ente emisor, se dio en un contexto en que la demanda interna, en su conjunto, se redujo 8% reflejo de una menor inversión y consumo.
En el primer caso, la formación bruta de capital fijo (FBCF) retrocedió 2,1% en respuesta, principalmente, a la inversión en maquinaria y equipo; y hubo una menor acumulación de existencias, las que alcanzaron una ratio acumulada en doce meses de -0,6% del PIB, a precios del año anterior.
Como contraparte, y conforme a lo esperado, el consumo de los hogares presentó una caída de 6,7% -más que el 4,7% de fines de 2022-, destacando la disminución del gasto en bienes no durables.
Respecto del comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones aumentaron 2,4% y las importaciones cayeron 17,4%.
En el primer caso, el resultado se explicó por el componente de servicios, efecto compensado parcialmente por menores envíos de bienes, en particular de cobre y productos industriales.
Respecto de las importaciones, destacaron menores internaciones de maquinaria y equipo, vestuario y combustibles.
El comercio y el sector agropecuario-silvícola fueron los que presentaron una mayor incidencia a la baja, mientras que los servicios personales fueron la principal contribución al alza, compensando parcialmente el efecto anterior.
En términos desestacionalizados, el PIB mejoró 0,8% en términos anuales, impulsado, principalmente, por las exportaciones netas. Este efecto fue compensado, en parte, por una desaceleración en el consumo de los hogares.
El comercio la pasa mal
La caída de 0,6% en la actividad económica fue determinada, en gran parte, por el comercio y la actividad agropecuario-silvícola. En contraste, incidieron al alza los servicios personales.
La actividad comercial retrocedió 3,8%, resultado marcado por las ventas minoristas y, en menor medida, por las mayoristas.
Mientras el desempeño de la actividad agropecuario-silvícola (-4,1%) fue resultado de una contracción generalizada en sus componentes, destacando fruticultura y silvicultura.
En el caso de los servicios personales, el aumento fue de 5%, cifra que representó una aceleración en términos trimestrales.
En este grupo sobresalió el desempeño de la educación, que reflejó una mayor asistencia escolar; y de la salud pública. con un rol destacado de los quehaceres de hospitales públicos. También, propio de un escenario donde se levantaron las restricciones sanitarias propias de la pandemia, contribuyó también al resultado el incremento de las actividades culturales y de esparcimiento.
Se reduce el déficit de la cuenta corriente
Coherente con el ajuste del gasto en la economía local, el Banco Central informó también que durante el primer trimestre de 2023, la cuenta corriente registró un superávit de US$752 millones.
Dado lo anterior, el déficit acumulado en un año se ubicó en 6,9% del producto interno bruto (PIB).
El resultado se explica por el saldo positivo de la balanza comercial de bienes, en tanto, la balanza comercial de servicios y las rentas fueron deficitarias.
Fuente: Emol economía, mayo 18 de 2023