Por David Villaseca
En el entorno actual de globalización, las empresas ven una presión permanente para aumentar su competitividad. En este contexto, la manufactura inteligente, basada en tecnologías digitales, es una estrategia que deberán tomar más temprano que tarde. En el Programa de Innovación en Manufactura Avanzada (IMA+) tenemos como objetivo ayudar a la industria a través del desarrollo de nuevas tecnologías que, al ser incorporadas en procesos productivos, puedan generar beneficios que las hagan más competitivas.
El consorcio tecnológico formado por ASIMET, la Universidad de Chile, La Universidad de Santiago de Chile, la Universidad Tecnológica Metropolitana y la empresa Seguel Robotics está validando con éxito las tecnologías desarrolladas durante tres años y las empresas están viendo beneficios como mayores niveles de flexibilidad, eficiencia y eficacia, y disminución de costos y riesgos operacionales.
El principal objetivo de IMA es la implementación de productos en las empresas. Éstos incluyen sistemas predictivos para mantenimiento y calidad de producto, sistemas de tele-operación háptica para maquinaria de minería subterránea, sistemas de identificación de fatiga en personas, sistema de recuperación automática de componentes metálicos de desgaste, gemelos digitales de procesos productivos, sistema de identificación de fallas para equipos industriales y sistema de navegación autónoma de maquinaria móvil en túneles mineros.
Gracias a la dinámica que instalamos en nuestros equipos, donde la Industria se encuentra en el centro de las actividades, varias empresas ya vienen acompañándonos por un par de años, lo que hace más fluida la transferencia tecnológica. En particular, en los proyectos de Identificación de fallas en equipos industriales y de Digital Twins, se han formado spin-offs con los mismos desarrolladores, generando una línea de emprendimiento desde el Programa. Y la forma en que se realiza esta transferencia es un factor clave para la adopción y generación de beneficios. Existen muchos mecanismos y modelos de negocio para ello. Uno, por ejemplo, podría ser que las universidades ofrecieran directamente los servicios derivados de las tecnologías. Sin embargo, aunque ese modelo podría funcionar, y lo hace, para servicios más cercanos a la investigación, en productos como los que hemos desarrollado, o en servicios que se generan a partir de ellos, se requiere un actor que sea capaz de empaquetarlos, hacer el desarrollo comercial, introducirlos al mercado e implementarlos en los usuarios finales. Por lo tanto, todos nuestros productos pasarán a estas entidades, que nosotros llamamos empresas proveedoras tecnológicas. Las que adquirirán las licencias desde las universidades y proveerán productos o servicios al sector manufacturero, de manera eficiente y eficaz, para que se puedan generar todos los beneficios esperados.
Habiendo finalizado las actividades de desarrollo en cada uno de nuestros proyectos, corresponde buscar socios que quieran sumarse al desafío de la Cuarta Revolución Industrial. Por lo tanto, las empresas que se interesen en evaluar nuestros productos para incorporarlos a sus procesos productivos, podrán contactarnos directamente y serán derivados a las proveedoras tecnológicas preparadas para recibir el requerimiento.
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