El PIB minero cayó aún más entre abril y junio, un 4,5%, mientras que el resto de las actividades lograron una expansión de 7%.
La economía chilena se está desacelerando. En el segundo trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) nacional creció un 5,4% respecto al mismo período de 2021, lo que evidencia una moderación desde el 7,4% que logró crecer la actividad entre enero y marzo, revisada al alza en dos décimas en este ejercicio.
Así lo revelaron las cuentas nacionales publicadas este jueves por el Banco Central, las que detallaron que el crecimiento de la actividad en abril-junio fue menor en tres décimas a lo que se estimaba a partir del cierre preliminar de los Imacec de dichos meses.
El informe acotó que la minería profundizó su contracción en el segundo cuarto: el PIB del sector cayó un 4,5%, por debajo del 3,9% que ya encendía alarmas en el primer trimestre. Esto se compensó con el 7% que logró crecer el PIB no minero, pero que también se ralentizó desde el 9,3% del período inmediatamente anterior.
El ente rector precisó que la demanda interna aumentó un 8,7% entre abril y junio, impulsada principalmente por el consumo de los hogares que saltó un 7,7% frente al segundo trimestre del año pasado.
“Desde la perspectiva del origen, las actividades presentaron resultados disímiles; las mayores incidencias se registraron en las actividades de servicios -en particular, personales, transporte y empresariales-”, se lee en las cuentas nacionales, que detallan que “en contraste, entre las actividades que presentaron caídas destacaron la minería y el sector agropecuario-silvícola”.
En términos desestacionalizados, la actividad económica no presentó variación respecto al trimestre anterior. El comercio y los servicios personales contribuyeron a la baja, pero fueron compensados por un aumento trimestral en la minería.
¿Y el gasto?
Desde la perspectiva del gasto, la demanda interna -que creció un 8,7%, también desacelerándose- fue compensada en parte por una caída de las exportaciones netas, puntualizó el Central.
También detalló que el crecimiento del gasto interno fue liderado por el consumo y, en menor medida, por la inversión. El aumento del consumo -de 7,4%- fue reflejo de un mayor gasto de los hogares -7,8%-, particularmente en servicios y, en menor medida, de bienes no durables. Esto, en contraste con que el gasto en bienes durables se redujo.
La mayor inversión se sustentó en la formación bruta de capital fijo (FBCF), que registró una expansión de 7,3%, incidida mayormente por la inversión en maquinaria y equipo -que saltó un 11,5%-.
En el comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones cayeron 0,3% -principalmente por menores envíos de cobre- y las importaciones aumentaron 10,9%, gracias a las mayores internaciones de químicos, combustibles y vestuario.
El ingreso nacional bruto disponible real (INBDR) logró crecer un 5,4% en el segundo trimestre, al igual que el PIB. Pero, el Central acotó que en este resultado se compensó el efecto de mayores transferencias y rentas del exterior, con un deterioro en los términos de intercambio.
Por su parte, el ahorro bruto total ascendió a 26,5% del PIB en términos nominales, compuesto de un ahorro nacional de 18% del Producto y un ahorro externo de 8,5% del mismo, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos.
Zoom por actividad
En el segundo trimestre, la actividad agropecuario-silvícola presentó una caída generalizada en sus componentes, alcanzando una contracción de 5,4% frente al mismo período de año pasado. La pesca logró crecer un 4,8%, impulsada por la acuicultura, mientras que la pesca extractiva se redujo.
La minería se contrajo un 4,5%, principalmente por la extracción de cobre y compensado en parte por la minería no metálica. Y, la actividad industrial anotó una merma de 0,4%; por la baja de las actividades de maderas y muebles y de minerales no metálicos y metálica básica.
La actividad suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos (EGA) alcanzó una variación positiva de 0,9%, principalmente por la contribución del último componente. Mientras, la construcción creció un 2,2%, liderada por la edificación.
El comercio automotor impulsó a la actividad comercial, que creció un 1%. Y, el transporte creció un 27,9%, liderado por los servicios asociados a pasajeros. La actividad comunicaciones y servicios de información siguió presentando un alto dinamismo, con un aumento de 8,2%. Y, los servicios empresariales crecieron un 8,7%, impulsados por las actividades profesionales, mientras que la educación lideró el aumento de los servicios personales.
Fuente: Diario Financiero online, agosto 18 de 2022